EfÍmero

Capitulo 22 Entre sospechas y silencios

Entre sospechas y silencios.

La batalla había terminado, pero la calma que siguió estaba lejos de ser un alivio. Valmora se sumía en un silencio inquietante, roto solo por el crepitar de las antorchas encendidas en la plaza central. Los cazadores se reunieron en un círculo, los rostros cubiertos de sudor, sangre y cansancio.

Andrei Orlov tomó la palabra, con voz grave.

-El ataque fue diferente a todo lo que hemos enfrentado. Los corrompidos no solo atacaron en masa, parecían atraídos…como si alguien los hubiera guiado hasta aquí.

Algunos murmuraron entre ellos, pero Kara alzó la voz.

-Yo también lo note, la energía que los movía no era del todo suya.

Elian, sentado en el suelo con una herida en el brazo, frunció el ceño.

-¿Qué quieres decir?

Kara se cruzó de brazos, observando a todos con seriedad.

-Sentí una presencia angelical. Como si hubiera alguien más en medio de la pelea.

El comentario encendió un murmullo inquieto.

Algunos cazadores asintieron, otros parecían molestos, Andrei golpeó el duelo con el extremo de su lanza para imponer silencio.

-Si un ángel está en Valmora-dijo lentamente- eso cambia todo. Podría ser responsable de que los corrompidos hayan atacado en este momento.

Los ojos de algunos se endurecieron. La idea de un ángel infiltrado no era tomada a la ligera.

Arseni se mantuvo en silencio, sentado a un costado. Sus manos se apretaban sobre sus rodillas, mientras el recuerdo de Déniil brillando en medio de la oscuridad le martillaba la mente. No podía decir nada, no ahora. Si lo hacia, sabia que todos se lanzarían a cazarlo.

Andrei continuo

-Mañana al amanecer saldremos a rastrear cualquier rastro. Quiero vigilancia doble en las murallas y nadie saldrá solo de la ciudad.

El consejo terminó entre tensiones. Los cazadores se dispersaron, algunos murmurando sobre venganza, otros rezando por protección.

Arseni finge retirarse a descansar, pero su cuerpo lo llevó en otra dirección. Necesitaba aire, necesitaba respuestas.

Cruzó las murallas bajo la excusa de patrullar, hasta llegar a un claro en el bosque cercano. Allí como si hubiera estado esperándolo, estaba Déniil.

El ángel no mostraba sus alas, pero la luz que lo envolvía parecía imposible de ocultar en la oscuridad de los árboles.

-Sabía que vendrías-dijo con calma, sin volverse hacia él.

Arseni desenfundo su espada, aunque no la levantó.

-Todos piensan que fuiste tú quien atrajo a los corrompidos. ¿Fue así?.

Déniil lo miró entonces y sus ojos reflejaron una mezcla de tristeza y desdén.

-No, pero no me sorprende que lo crean. Para ustedes, los ángeles solo somos el origen de todo lo malo que ocurre.

El cazador apretó la mandíbula.

-Y dime ¿por qué debería creerte?.

Un silencio denso cayó entre ellos. Déniil dio un paso más cerca , aunque no demasiado.

-Porque si hubiera querido verte muerto, lo habría hecho ya- su voz fue suave, casi burlona, pero con un fondo sincero que Arseni no pudo ignorar- Y sin embargo, aquí estamos.

El cazador bajo la espada, aunque no la guardo.

-No entiendo, porque me salvaste.

Déniil apartó la mirada hacia los árboles.

-Quizá porque, por un instante, vi algo en ti que me recordó lo que fuimos alguna vez. Antes de la corrupción, antes de la guerra.

-¿A qué te refieres con antes de la corrupción?

-No creerás que siempre fuimos los malos ¿verdad?-lo miraba fijamente mientras decía aquellas palabras- O parece que si lo crees

Antes de decir algo Déniil continuo.

-Olvidaba que a ustedes, los humanos les enseñaron que los ángeles siempre fueron y seremos los malos.

Las palabras de Déniil dejaron a Arseni con un nudo en la garganta. Quiso preguntar más, pero el ángel ya se giraba para marcharse.

-Volverán a buscarme-dijo Déniil, con la voz apagada- Y tú tendrás que decidir de qué lado estarás cuando ocurra.

La figura del ángel se perdió entre las sombras del bosque, dejando atrás solo el eco de sus preguntas. Arseni se quedó solo, con la espada aun en la mano y el corazón latiendo con fuerza, dividido entre deber y una extraña sensación de conexión que no sabía explicar.

****

Más tarde Arseni regresó con pasos pesados, intentando que el cansancio disfrazara la inquietud en su rostro. Sin embargo, no pasó desapercibido, Kara estaba apoyada contra la pared de piedra, los brazos cruzados. Elian la acompañaba, aunque con un gesto más cansado que severo.

-¿Dónde estabas?-preguntó Kara, con un tono que era más acusación que curiosidad.

-Patrullando-respondió Arseni con calma, evitando su mirada.



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Editado: 24.11.2025

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