Un día caluroso y poco convencional en la ciudad de Bogotá. Era muy raro que hubiera sol pero tenían por seguro los habitantes que por la noche iba a hacer frío.
La puerta del salón de clases estaba abierta, el poco aire fresco que entraba lograba que los estudiantes y el maestro pudieran realizar su clase sin el calor que los podría sofocar.
El principio de Arquímedes era el tema que explicaba con detalle.
Lucía sólo contaba los minutos que faltaban para salir de clase y encontrarse con Matti , desde hace mucho ella no le decía así, se acuerda de los momentos cuando eran más pequeños y ella lo nombraba así, él se enfadaba pero lo más gracioso para la niñita era ver como se sentaba en una esquina, hacia pucheros, se cruzaba de brazos y frunce el ceño . Cuando empezaron a crecer y él se enojaba con ella tenía una que otra facción, como fruncir el ceño, cruzarse de brazos y hacer pucheros lo que quitaba la seriedad en Lucía, pero en los demás estudiantes no lo era así, más bien no se atrevían a acercarse, pero nada que un buen abrazo de Lucía lo calmará y olvidará su enojo.
Flashback
— Eres una manipuladora —afirma Matt siguiendo con el abrazo de la joven.
— Manipuladora no soy, pero maga si — contestaba ella.
El solo se reía, encantado de las ocurrencias de la joven.
Fin del flashback
— Para la próxima clase quiero como tarea un experimento que me demuestre el principio de Arquímedes pueden salir.
Todos ansiados por querer salir de ese salón, tomaron sus cosas rápidamente y las guardaban. Lucía tomó su tiempo, además que era mejor dejar pasar a sus enemigas.
A pesar de no ser una persona muy social, se había ganado enemigas.
- Lauren García.
-Dayana Méndez.
-Sabrina Orozco.
La primera era su ex mejor amiga, pero desafortunada-mente fue hipócrita y sin contar del daño terrible que le hizo a nivel psicológico y físico.
Dayana fue una de sus cómplices además de que es novia del chico que le hizo daño, a diferencia de Matthew ella si se había enamorado por primera vez y fue del incorrecto; Steven Vargas
En un tiempo ella se dejó de hablar con Matthew, su mejor consuelo era Steven que la defendía de los comentarios tan llenos de veneno y malicia de las tres chicas hasta que el descubrió que ella estaba enamorada de él y la dejo. No le dio la espalda porque él no se fue con el bando de Lauren, se mantenía neutral en la situación, pero la confusión que tuvo Steven al saber eso fue como un balde de agua y todavía lo sigue siendo, aunque ahora tiene sus sentimientos claros, ser novio de Lucía, pero no se anima porque tiene miedo al rechazo.
Una sonrisa le da el, al pasar por el puesto de la joven que hasta ahora se da cuenta ha robado su corazón.
Ella también le sonríe, no guarda el rencor contra él.
—Eh, Lucía no sé, ... si ¿quieres hoy ...pasarte conmigo el descanso? — propuso con timidez.
— No puedo porque estaré con Matt pero ¿si quieres puedes venir con nosotros dos?—pregunta.
El niega, pasando en seco la poca saliva que tenía por este momento.
—No quiero armar mal tercio, pero igual gracias — El chico se acomodó mejor su maleta y salió rápidamente del salón sin esperar un adiós de la chica, se sentía impotente, celoso y arrepentido.
—Nada de esto hubiera pasado, si desde niños hubiera aceptado y propuesto ser mi novia—pensó.
Ahora otro ocupaba el puesto que alguna vez él lograba ocupar en su tiempo y los sentimientos de Lucía.
Lo noto cuando ella pronuncio Matt, sus ojos se notaban un brillo hermoso, su mirada llena de amor y dulzura al nombrarlo, la felicidad que tenía al nombrarlo se notaba. Había perdido la oportunidad, pero lograría que por lo menos lo aceptará como amigo, sabía que iba en contra porque era novio de Dayana, pero es su vida y es su decisión con quien socializar.
Matt estaba esperando en la primera planta a su amada y la vio, linda como siempre, aunque este en uniforme del colegio, dos trenzas, sus gafas, con su morral en la espalda le hacía recordar cuando era una niña de cinco años.
— ¿Cómo te fue?—pregunto tomando la maleta de la chica y ponerla en su hombro.
— Bien pero ya sabes nunca te vas sin tarea en la clase de física—denota divertida.
El asiente dejando un beso en la punta de su nariz.
Siguieron su recorrido tomados de la mano.
— ¿Te puedo pedir un grande favor? — pregunto Matt.
Ella asintió.
— ¿Podrías acompañarme este sábado a un evento que organizó Frederick?
—Estaría encantada — contestó.
Frederick era el padre de Matt, un millonario con una empresa multinacional e importante en la industria de la moda. Era raro para la prensa y los socios saber que el primogénito de Frederick estudiaba en una escuela pública, pero a él le parecía genial porque en ella encontraba personas extraordinarias entre ellas estaba Lucía.