Efímero

CAP3/Anuncios conflictivos

 

Vestido azul oscuro con corte de sirena, unas sandalias con tacón no tan altas, un rodete como peinado, un maquillaje natural pero llamativo.

— Te vez hermosa—murmura Matt cerca del oído de Lucía.

Para él había visto a un ángel en persona, una diosa. Sabía que ese vestido y los tacones que había comprado le habían sentado bien.

— Tu tampoco te vez mal — elogio ella dejando que su Matt como caballero le abriera la puerta del auto— Gracias.

—No hay de que muñeca.

Era muy raro ver un auto de tal elegancia y costo. Un precioso Audi A3 blanco estacionado enfrente de la casa de su novia en un barrio poco convencional, aunque todos los habitantes se había acostumbrado al BMW que el chico siempre traía a principio de año, pero ver un Audi era impresionante.

Él se sentó en su asiento de piloto, se colocó el cinturón, cerró bien la puerta para dar marcha hasta su destino, una casa que su padre tenía en el norte de la ciudad pero  la utilizaba más que todo para reuniones y eventos sociales con sus socios.

—¿Pediste ayuda para escoger el vestido?—preguntó.

— Yo solito — denoto con orgullo

— Ajam, te creeré — dijo con diversión ella.

Sabía como se ponía si le contradecía y empezarían un pleito que terminaría entre risas.

— ¿Cómo está Laura? — pregunto ella por la hermana menor.

— Está bien, contenta por verte hoy y aburrida en la escuela "porque todas las niñas de allí sólo son consentidas de papá y mamá, que son tan delicadas que no puedes tocarle el uniforme porque piensan que ya está sucio" palabras de ella no mías —.Defendió.

Lucía negaba divertida.

— ¿Por qué la han cambiando de escuela? — pregunta, dirigiendo su mirada hacia el rostro de Matt que está concentrado en la carretera.

— Porque mi padre piensa que si deja que ella decida terminará como yo, un sensible ante la sociedad, que debería de pasar por los demás para lograr algo, que debería de ser un orgulloso y un cabrón completo para hacerme respetar de los demás. Así que no quiere que eso pase con Laura.

—Pobrecita.

Ella desde que conoció al padre de Matt, nunca le cayó bien, se veía un hombre centrado sólo en su trabajo, egoísta, orgulloso, egolatría y mentiroso además  su ética y moral defiende que los ricos deberían de siempre sobrepasar a los de clase baja y media porque según él, ellos están para trabajar no para emprender y realizar sueños lejanos, sin contar que piensa por sí mismo y toma las decisiones de los demás para su propio beneficio sin importar perjudicar a los demás.

— Intente hablar con Frederick, pero siempre evade la conversación — contesta.

— No hay modo alguno entonces — murmura Lucía.

El niega con la cabeza.

Al llegar a la casa del padre de Matt se encontró Lucía en una perspectiva lucida, una casa grande de tres pisos, los invitados caminaban por la alfombra roja que había, todo estaba muy elegante y acomodado.

— Está todo muy hermoso — añade la chica asombrada.

— Eso que no la has visto por dentro.

Toma la mano de la chica, para empezar a caminar por la alfombra roja, acaparando alguna que otra mirada. Al entrar era todo más elegante, mesas con manteles blancos y bordes dorados, cortinas doradas, el mármol del piso estaba brillante. En otra parte estaba el escenario donde se encontraba un piano de cola negro, un pianista, un violinista y una señora cantando ópera. Algo estruendosa para Lucía que no le gustaba mucho la ópera.

Había gente mayor junto con sus esposas que lucían vestidos sencillos y hermosos, mientras que los hombres trajes negros o grises sin arrugas, zapatos de chándal lustrados.

Al fondo se encontraba Frederick junto con su hija de diez años, Laura. El miraba fijamente y no perdía de vista a su hijo que viene en compañía con esa chica que el tanto no le gustaba que estuviera. Afirmaba en su mente que ella era el mal camino para su hijo, era ella quien causaba la humildad y la bondad de su hijo. Era ella la perdición de que su matrimonio pactados con el señor Robert se pueda ir a la miseria y es ella la hija de un gran enemigo, uno del cual destruyo y seguirá destruyendo a sus parientes cercanos.

— Hermanito — canturreo la pequeña niña corriendo y esquivando a la multitud para llegar hasta su hermano mayor y por fin conocer a la chica que tenía tan desconcertado a su hermano, ese chico que siempre la dibuja y tiene sus retratos en un block. Esa chica que hasta aparece en los pensamientos de él.

— ¡Lau! — exclamó el feliz viendo con adoración a su hermana , esa hermosa niña que a pesar de ser el error que cometió su padre al tener relaciones con una mujer de treinta cinco años que solo lo quería por el dinero, aunque todo salió mal, termino embarazada , Frederick se dio cuenta de sus intenciones y termino quitando la custodia de Laura de Melani, a pesar de que esa mujer amaba a su hija cuando estaba en su vientre y quería ocuparse de ella se le fue negado por Frederick. Nunca se volvió a saber nada de ella.



#44468 en Novela romántica
#11967 en Joven Adulto

En el texto hay: juvenil, romance, romance drama

Editado: 19.08.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.