Un fin de semana lleno de felicidad y de diversión para dar comienzo de nuevo a un lunes por la mañana.
Lucía estaba feliz, se estaba dirigiendo hacia al auto ya tan conocido de Matt, pero se llevó con la sorpresa de ver a su padre salir del carro de Matt.
—¿Dónde está Matt?—
Se preguntaba ella misma.
Entro con rapidez al colegio y a su debido salón, esperando que se encontrará con Matt pero no dejaba de estar inquieta.
—¿Lucy este signo no tiene qué ser positivo? —pregunto Steven.
Tan ida estaba que los ejercicios de álgebra no le estaban quedando bien.
—Lo siento si, es que estoy muy preocupada por Matt y ...
El interrumpió.
— Si ya se, vi llegar a su padre en el carro de el, algo raro —concluye.
—Si vez que es raro, ese tipo nunca viene aquí y mucho menos con el auto de Matti —opinó ella.
Se dieron cuenta ellos dos que había entrado alguien al salón, ese era el padre de Matt que hablaba con la profesora que estaba en el momento. Dejaron de hablar y la profesora puso la mirada en Lucía.
—Lucía puedes acompañar un momento al señor Frederick en la rectoria —pide.
Lucía asiente.
Con los nervios a punta, Lucía guarda los espero y sus materiales en la maleta , dejarla al cuidado de Steven.
— Yo te la cuido —afirma Steven.
Ella pronuncia un si en murmullos, para salir junto con el señor Frederick, iba detrás de él, hasta que llegaron al despacho del rector, pero el no estaba hay, el señor Frederick cerró la puerta para dar más privacidad a lo que iba decir.
—Toma asiento —ordena con seriedad y severidad.
Ella se sentó en el sillón que había, mientras que Frederick se sentaba en la otra que estaba al frente de ella.
—Se que tienes algo con mi hijo, pero el se casara con Lauren, y tiene que lograr compartir con su futura esposa, pero hay un problemilla.Ese problema eres tu, estas como un bloqueo; te lo pido de buena manera Lucía y espero que seas igual de ingeniosa para los negocios como lo es tu padre.
Ella lo interrumpió.
—No metas a mi padre en esto porque tu no lo conoces —defendió.
El ríe ante la defensa que hizo la chica.
— Crees que no lo conocí, por favor era mi mejor amigo pero toda esa amistad se fue a la basura cuando tu mamá llegó a la vida de tu padre y la mía pero esto no viene al caso. Quiero que te alejes de Matthew, entiende que esto será algo bueno para los dos, lograrán superarse y no dolerá en el momento que el se case, triunfe y tenga hijos. Porque estaría encantado que fueras tu mi nuera pero no eres lo suficiente para mi hijo, el aspira a mas, una mujer culta, de buena familia y no la hija de un traidor como lo fue tu padre —declara de una manera venenosa.
La mira de una manera arrogante, sin piedad y cínica que hace helar a Lucía, ahora con la confesión de que conoció a su padre deja muchos interrogantes en la vida de ella.
—Mira el lado bueno, tengo un cheque de ochenta millones de pesos que serán sólo para ti, puedes en cualquier momento ir al banco y sacarlos, puedes utilizarlo para la universidad, un gusto cualquiera que tengas y será tuyo sólo si dejas a mi hijo. Ponte en mi lugar, interpreta el papel de un padre que solo busca lo mejor para su hijo. ¿Aceptas o no?
Lucía ofendida se levantó de manera brusca del sillón y miro a Frederick enojada .
— No se cual es tu pensamiento acerca de buscar lo mejor para un hijo, pero estas equivocado y no, no dejaré que me compres con ochenta millones sólo por separarme de Matt, porque el amor que le tengo es invaluable a lo que usted me puede ofrecer, así que guarde su asqueroso dinero donde pueda y déje a su hijo vivir en paz, con sus propias decisiones, también le aclaró que con mi padre no se atreva a ser un hipócrita ahora, porque puedo asegurar que eras un doble cara que hacía creer a mi padre que eras su amigo cuando solamente eres un cobarde que habla de...
El sonido que provocó la bofetada se hizo eco en el despacho, la mejilla de Lucía estaba roja por el impacto. Ella negó con diversión.
—Esto que ha hecho todavía es mas cobarde de lo que eres —increpa con severidad, para salir del despacho.
Salió corriendo hacia el baño de mujeres, quería estar sola y reflexionar un poco de todo lo que había pasado en ese sitio. Al llegar se posicionó en el borde del muro, oprimió el botón para que saliera agua y echarla en su rostro, tratando de aliviar también el dolor de su mejilla y olvidar todo lo que dijo ese señor.
Aunque no se le podía olvidar ¿cómo el conocía a su padre?