Epílogo

Epílogo

Han pasado diez años desde que Elizabeth murió. Aún sigue recorriendo un desagradable escalofrío en los cuerpos de todos al recordarlo.

Los señores Crowley se marcharon de Montana a Londres, queriendo empezar una vida nueva. Allí abrieron una asociación para ayudar a la investigación de la enfermedad de Elizabeth. Así a la señora Crowley no le duele todo tanto.

Matt se quedó a cargo de Pompidou, que ahora es un feliz perro de doce años.

Por su parte, a él le costó años y años salir por primera vez de su casa. Abandonó su vida, su meta de ser un gran fotógrafo por años. Años en lo que lo único que hacía era estar escondido en la cama observando aquellas fotos que echó a Elizabeth y rociando las sábanas de aquella colonia que Elizabeth le dio para Pompidou. Ambos se pasan horas y horas tumbados oliendo su colonia.

Ahora, Matt es un hombre casado. Se casó siete años después de la muerte de Elizabeth, con una hermosa mujer llamada Pamela. Ella le ama, pero él nunca podrá corresponderle. Ocho meses después de su boda, nació la pequeña Elizabeth, justificando aquel apresurado casamiento.

A Pamela le gustó la idea de ponerle aquel nombre tan bonito a la niña de Matt, sin saber su verdadera razón.

Matt ahora es un prestigiado fotógrafo. La fama siempre le estuvo esperando tras la muerte de Elizabeth, tal y como ella siempre le dijo. Todos sus éxitos se los dedica, y siempre, todos los días, sin excepcionar si quiera uno, Matt visita la tumba de Elizabeth y le cuenta todo lo que le ha sucedido a lo largo del día.

Además, Matt es uno de los actuales mayores benefactores de la asociación Elizabeth que crearon los señores Crowley, a los cuales, él siempre considerará sus suegros.

Su última exposición de fotos ha sido un total éxito. Se ha sentido fuerte, y por primera vez, ha sacado a la luz aquellas fotos que tomó a Elizabeth, desde la primera con Pompidou, pasando por aquellas fotos en su balcón, hasta aquella pequeña improvisada sesión de fotos.

Después de la muerte de Elizabeth la vida continuó, pero Matt siempre supo, que el día de su muerte, algo también murió dentro de él.