EfÍmero

Visita

Me veo algo demacrada y no tengo deseos de maquillarme, siento que es una mentira fingir algo que no soy al usarlo, pero mi hermana insiste y ella misma sostiene sus brochas y comienza a maquillarme: Tocan a la puerta, alguien abre y es Blanca, mi amiga de la infancia quien se acerca abrazarme.

 —¡Hola chabela! 

—¡Hola Blanca! ¿Como te va? 

—Muy bien, hace mucho no se de ti... Vine a saludarte y darte un abrazo porque hace días te soñé.

—Entonces no te quedes allí parada ven a dármelo. —La abracé fuertemente sin derramar ninguna lágrima. Sentía un nudo grande en mi garganta, pero mis ojos estaban secos, mi voz es pausada— ¿Cuéntame qué estás haciendo? 

—Vinimos a filmar una película, en aquel cerro de arriba. —Con su dedo índice me señala la enorme montaña desolada frente a mi casa.   

—Yo quiero ver, salgamos.

Mi hermana interrumpe... 

—Espera... Aun te falta pintarte los labios. 

—Ahora regreso, no tardo. —Y veo al inicio del terreno hombres de negro corriendo, disparando y como si fuera real me agacho al momento empezamos a reír.  

—Isa, no son balas reales, no hay nada que temer.

En eso veo que se acerca un amigo:  Es Leonel 

—¡Hola, Isabel! 

—¡Hola, Leonel!  ¿Qué haces aquí? Pensé que trabajabas en la construcción.

—No, estoy trabajando en las películas de mandadero, cocinero, cantinero, de todo, soy el mil usos.

—Entonces nunca te vas aburrir de tu trabajo. —Ambos sonreímos.

—¿Y tú cómo estás Isabel? 

—Muy bien, gracias. 

Tratando de disimular lo que aún nadie puede notar a simple vista, al menos solo mis ojos hinchados, mi cansancio que puedo fingir diciendo que padezco de insomnio o alguna cosa por el estilo. La verdad que me siento fatal, como si un cuchillo interno fuera atravesando órgano por órgano y se detuviera cuando le da la gana para hacerme sufrir más a cada segundo que vuelve a iniciar su ataque aniquilador.

—Me tengo que ir Chabela. 

—Si amiga está bien, que te vaya excelente, muchas gracias por tu visita.

Se despide también Leonel y los veo alejarse juntos, sonriendo y platicando, veo tanta vida en ellos. ¡Cuánta alegría!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.