Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 06

 

 

Para Hanae, Nauplia ha sido su hogar desde hace un año apenas. No entendía el porqué. Esta ciudad es un imán para ella, la atraía como ninguno otro lo había hecho y lo sabía de sobra, ya había vivido en muchas partes, Paris, Alemania, Italia, Londres, España, pero Grecia siempre fue su sueño y lo cumplió con trabajo, no era su expectativa completa pues solo ha vivido en la calle Palamidiou y no lo ha podido ver por completo; además de ser una ciudad pequeña, hay pocos habitantes todos amigables que es donde conoció a Rinott. El único amigo que ha tenido hasta ahora. Era como si de verdad las cosas estuvieran encajando en su lugar, “¿Que más podía pedir?, mirando a su alrededor, el sol, la playa, el mar Egeo que cubría todo el lugar, este lugar tenía su magia.

Parte de ello ha podido valer la pena, Hanae lo sabía y eso es gracias a Rinott, se ha comportado como un buen amigo, a pesar de todo, él ha sido la única persona a la que le he permitido entrar en su vida, después de la familia Rodríguez, con la que había convivido en Londres. Su madre había sido prácticamente una desconocida para ella, aunque de verdad lamento como termino, sabía que las personas podían traicionar, podían desaparecer, podían romper su corazón o su alma. Por ello, ella consideraba a las personas como un mapa, tenía que pasar de ellas al final del verano. Si bien no tenía familia, ni amigos, estaba sola, pero con Rinott no, con él era diferente, solo él se acerca a ese algo, que aún no he podido descifrar. Es definitivamente un hombre enigmático, poderoso, su porte es único y ningún hombre que hubiese conocido tenía ese magnetismo.

Sentía que por fin su vida estaba teniendo sentido, se decía mientras caminaba, si había un dios de verdad, por fin le estaba tomando cariño, después de toda una vida de sufrimiento que llevaba, una sonrisa apareció en su rostro.
–“Este definitivamente es un buen tiempo, un chico guapo en el apartamento, mirar el Egeo, quien no quisiera vivir aquí, es el sueño hecho realidad, si quitamos el hecho de que no tengo donde caerme muerta, tengo un trabajo de mesera y solo tengo una cuenta de ahorros con 5 euros,  una mierda, pero tendré que salir de aquí, ¡No!, nadie definitivamente me va a alejar de este lugar”.

Hanae llego a la taberna Stavlos donde trabajaba desde que llego a aquella ciudad, era un pequeño bar que atendía a los mismos clientes y uno que otro turista, lo normal para una ciudad tan pequeña además solía compartir algunos turno con otra chica, Carla una madre soltera.

Pero no todo podía ser felicidad teniendo en cuenta que lo primero que tenía que ver al atravesar la puerta del mesón era a su detestable jefe.

—¡Maldita sea, Hanae, llegas tarde de nuevo! –grito Carpo que apenas si pudo tenerla en su visión, un hombre bastante desagradable. Su porte siempre le causo curiosidad, era tan desaseado y emanaba un olor tan desagradable que no sabía cómo los demás no salían huyendo de ese lugar.

—Ya llegué Carpo y solo fueron diez minutos –respondió Hanae cansada de ver su grasienta cara nuevamente.

—Sera mejor que no se vuelva a repetir si no quieres estar esta misma noche de patitas en la calle. –menciono demasiado cerca de ella, para su gusto, lo más extraño era que su voz sonaba más extraña de lo normal, podría jurar que produce un sonido lo mas de extraño.

—Has pensado en lo saludable que puede ser los baños calientes con jabones perfumados. Ese olor a pescado es asqueroso. Ahuyentara a todos los clientes a un kilometro a la redonda.

—Mucho cuidado muerta de hambre. Puedo perfectamente reemplazarte en un chasquido y estoy muy seguro que nadie ni lo notara —acercándose a su rostro tomo su cintura acariciándola —mejor quédate callada y no vuelvas a llegar tarde de lo contrario no seré tan misericordioso contigo.

—Tranquilo guapetón –decía alejándose de él –no sucederá nuevamente. Mejor dime que pedidos sigue, para irlos despachando y que pueda salir Carla.

—Hoy hay más gente de lo habitual, así que las necesito a ambas, a no ser que necesiten hacer algo más importante –hablo con condescendencia, “maldito sea”.

—No me importa trabajar sola, yo puedo reemplazar a Carla –le insistió Hanae.

—No, no es así, hermosa –dijo acercando su asqueroso rostro –es posible que solicite un poco de tiempo contigo –decía mientras su mano se iba dirigiendo hacia el trasero de Hanae, pero antes de lograr su cometido, le respondió con toda la dignidad posible.

 –Cuida tus manos Carpo, puedes ser el dueño del lugar, pero, aun así, no va a ver ni la más mínima posibilidad de que en alguna ocasión te metas dentro de mis pantaletas, ¿Quedo claro? –Finalizando en un tono despectivo –ahora si no te importa iré a recorrer el lugar para ver que nadie le falta una cerveza.

—Mucho cuidado zorra –dijo entre dientes mientras veía el lugar llenarse de a poco.

—Mucho cuidado con que Carpo. ¿Crees que te tengo miedo? ¿Crees que tienes el maldito control? Puedes estar seguro que si me despides no encontraras a alguien mas que aguante tu maldito hedor en kilómetros a la redonda ¿Eso quieres? —Al notar la atención de varios de los clientes del bar, decidió callar.

—Esta me la pagaras Hanae. Te vas a enterar…

—¿Yo? No Carpo. —acercándose a su rostro le susurro —No creo que quieras que las personas se enteren… ¿verdad? De que eres un animal sumamente grotesco y la más grande bestia de los alrededores y que eres peor como jefe y aún más como persona Carpo, así que para tu conveniencia y la mía es mejor que empiece a trabajar —su rostro adquirió una tonalidad roja, pero al ver que estaba llamando la atención de los clientes la dejo ir, de momento.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.