Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 18

Marzo 10 del 2018

 

 

Rinott se encontraba en el edificio central de Atenas. “TATSIS” viendo a través de la ventana. Su ira la mantenía al límite. Tenía un sentimiento de impotencia que odiaba. Además de que Tritón iba a presentarse en algún momento y ciertamente no quería tenerlo en su presencia sabiendo que todo ha ido de mal en peor. Él solo iba a explotar.

—Vaya… sí que pierdes el tiempo Rinott.

 

Lo tuve que invocar maldita sea” —Pensó Rinott cerrando los ojos con fuerza y sus puños a los costados.

 

—Tenía cosas que resolver aquí.

—Creí que tenías a esos títeres humanos.

—Simplemente no funcionan a veces como espero —susurro mirando hacia abajo. Como el mundo corría sin presión alguna. Esos simples mortales vivían su día a día sin preocuparse por nada —No te impresiona como nadie descubre que una empresa multimillonaria de tecnología es manejada por un dios medio –comento Rinott en voz alta, al sentir a Tritón a su espalda se tensiono. De algún modo quería desviar el tema.

—Cállate Rinott ¿Crees que he venido aquí para escucharte mientras hablas de los mortales como si fueran la mejor creación del mundo? —sus dientes rechinaban con cada palabra —Ha pasado casi un mes ¡UN MALDITO MES RINOTT! —Grito haciendo temblar la ventana tras el —No estoy ahora para tus juegos…mejor dime, ¿Como vas a traer a la chica? ¿Dónde mierda esta? —pregunto Tritón.

—Aun lo estoy analizando. –de pronto Tritón soltó una gran carcajada.

—Aun… aun… lo estás analizando… —Rinott sabía muy bien que este solo era el despertar de este dios –¡ME CREES ESTÚPIDO MUCHACHO! —Sin verlo venir lo lanza sobre la pared rompiéndola de paso. Rinott no pudo protegerse a tiempo, sus manos fueron automáticamente hacia su rostro donde corría un hilo de sangre de sus labios.

—No tengo otra respuesta de momento –Rinott lo miró fijamente y prosiguió –No la pude leer antes y aunque tu estuviste miles de veces en ese maldito lugar y nunca hablaste de ella —Rio con ironía mientras se limpiaba la sangre del rostro —Eso quiere decir que no la sentiste.

— ¡Cállate Rinott! Una palabra más…–Tritón empezó a cambiar de color.

— ¡SI HUBIERAS PODIDO LA HUBIERAS ACABADO HACE UN AÑO DE SER ASÍ! ¡PERO NO! ¡NINGUNO DE LOS DOS LA SENTIMOS… ASI QUE NO ME VENGAS AQUÍ Y…! —Tritón tomo nuevamente a Rinott y lo lanzo, soltándolo y cayendo sobre la mesa, rompiéndola de paso. Rinott solo pudo rodar de costado. Presentía que su costilla se había astillado por el dolor que le producía — ¡Mierda!

—No te hagas el inteligente ahora Rinott. Es una simple Tyflós y ya sabias muy bien que no era posible que no podíamos actuar antes, porque tu escoria te tardaste en buscar a todos los malnacidos tyflós. Y… ¡Oh si! El eclipse empieza a dar poder a los dioses y a su sangre —Tritón sonrió al ver la sangre brotar por el costado de su abdomen —No me digas que un simple golpe y sangras como animal —rio con ganas —creo que es lo que te hace tan estúpido ¿cierto? Eso o estar rodeados de humanos. Pero no cambiemos de tema querido.

—Tú sabes que no tengo el poder suficiente…

 — ¡NO TRATES DE CAMBIAR EL PUTO TEMA! —Pateándolo en el costado.

—¿Ya te sientes más poderoso? –Tritón lo miro realmente enfadado —¡La hubieras sentido igual! ¡Te duele saber que no lo pudiste hacer! Lo sentiste de alguna forma, pero se te escapo a ti Tritón. La energía de un tyflós es singular y tú lo sabes. Ese rastro de dioses se huele a kilómetros. Simplemente ya estas perdiendo el toque.

—No me hagas enojar aún más Rinott. Los malditos ancianos son los que se vuelven poderosos, sus hijos somos solo un fruto desafortunado de ellos, una simple manzana podrida en su camino y los tyflós solo un pequeño error entre el mundo.

—Que lastima… hubiéramos terminado esto más rápido. ¿Deberías utilizar tus poderes? –gimiendo se llevó la mano a la costilla riendo al sentirla fracturada

—Sí que lastima… —viéndolo reír en el piso –No puedo utilizar mis poderes entre humanos. Los ancianos están sospechando así que los kidemónes pueden rastrearnos. –la mirada escéptica de Rinott fue hasta Tritón.

—“Los Kidemónes, guardianes del Olimpo a órdenes de los tres ancianos, es un simple rumor” –pensó Rinott, mirando a Tritón desplazarse hacia el escritorio —Pensé que los kidemónes eran solo un mito –musito Rinott levemente, Tritón no contesto solo se acercó hacia el escritorio sacando un puro y empezando a fumarlo.

—Muchacho los mitos no existen entre dioses. Es muy raro verlos, pero si se incumple las leyes, ellos son los responsables de juzgar a un dios, semidiós o bestia. Y la verdad quiero ahorrarme el momento de castigo.

—Interesante… y por qué no aparecieron antes… cuando hemos torturado o hecho cualquier otra cosa.

—Todos tienen su precio.

—Son guardianes del Olimpo.

—Con más razón aun…Tienes que encontrarla Rinott. –Tritón fijo su mirada de nuevo en Rinott. Este se levanto del piso haciendo una mueca. Su camisa estaba manchada de sangre.




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