Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 21

—¡DEBES SACARLA DE AQUÍ AHORA MISMO!

 

La cara de asombro de Naxos no se pudo ocultar, por su cabeza pasaban mil preguntas sin respuesta. No podía ni siquiera leer la expresión de Poseidón, como iba a sacar a una mujer que prácticamente estaba herida y hace menos de unas semanas a punto de morir por magia desconocida hasta para él.

—¿Debes estar bromeando? –Naxos quería encontrar las palabras adecuadas para tratar de convencer a Poseidón de lo contrario –¡Por los dioses Poseidón es tu hija de la que estás hablando!

—No me tienes que recalcar lo obvio aquí Naxos porque lo tengo entendido desde hace años –exhalo profundamente antes de mirar a Hanae.

—Si no quieres que te resalte lo obvio, ¡Entonces piensa en algo mejor! porque dios de los dioses la que dices que es TU hija está allí, despertando y desmayándose sin poder evitarlo por la vida de mierda de papi.

—No… no empieces con eso de nuevo Naxos… no puedo ni pensar y realmente estoy teniendo un dolor de cabeza.

—Dolor de cabeza… que bueno. ¡Debe ser porque no es una buena idea!

—Eres realmente un dolor en el trasero.

—¡Que mal! Pues si no quieres que malditamente lo sea, busca una solución, estoy aquí para protegerla, pero no será de mucha ayuda si se enferma más o mucho menos será de ayuda si muere ¿O me equivoco?

 —¡NO TE EQUIVOCAS NAXOS! –su grito resonaba contra las paredes, trato de calmarse, pero su furia era mayor. Su cuerpo se transformó nuevamente –¡MALDICION SI LO SE! –Cogiendo a Naxos del cuello –Pero si se queda aquí, Zeus o Hades o incluso ambos la podrían notar.

—¿Y… no lo pueden hacer? –trato de pronunciar Naxos, pero le era imposible pues se estaba ahogando.

—NO –NAXOS –NO –LA –PUEDEN –DESCUBRIR –NI –SIQUIERA –MIS –HERMANOS –le respondió entre dientes.

—Se supone que ya eran muy amigos ¿A caso me equivoco? —El agarre en su cuello aumento.

—No debes preguntar nada chico.

—La curiosidad siempre será mi pecado. Ahora…Podrías …soltarme anciano –Poseidón libero su agarre, respirando pesadamente —Idiota…

—Quisiera simplemente aplastarte el cráneo —Naxos sacudió la cabeza ignorando ese último comentario.

—Y que vas hacer… guardar apariencias frente a ellos —Poseidón de pronto sonrió mirando a Naxos.

—Debes venir conmigo –demando Poseidón —Zeus tiene información y tu serás un simple peón… no debes temer.

 —De acuerdo… ¿Quieres que te acompañe a ver a Zeus?… ¿Y a sacar a Hanae de aquí?

—Así es…

—Pues dime como, por qué adorable anciano hace un momento casi me matas por esa pregunta.

—Sigo pensando –dice tomando su forma humana –Simplemente no lo puedo saber todo.

—¿En serio?

—Así es…

—Podrías dejar de repetir “Así es”. –Naxos no sabía cómo tomar esta petición por parte de Poseidón —¿Qué tienes pensado?

—¡Aun no lo sé! ¡Y es lo que me exaspera más y tu preguntando no ayudas!

—Te ves realmente preocupado –Poseidón le lanza una mirada cargada de furia.

—¡LO –ESTOY!

—No podemos llevarla aun –susurra Naxos mirando el rostro inconsciente de Hanae, sabía que ella al igual que él eran simples piezas de ajedrez, su bienestar no era importante salvo por lo que Poseidón quería de ella. Pero si lo que alegaba Poseidón era cierto, Hanae no podía ser detectada por ningún dios y por ahora su prioridad era esa chica, por lo que la única solución que veía posible era mantenerla en el mismo lugar. –Vamos por Zeus primero –decidió Naxos –Poseidón se quedó mirando la expresión de Naxos para desvelar la idea que tenía en mente.

—Te veo seguro.

—No lo estoy, pero es bueno que lo creas –le afirmo Naxos viendo entre Poseidón y Hanae —Sera lo mismo con ellos. La seguridad es un arma que el enemigo no puede descubrir con facilidad.

La mirada que le brindo Poseidón podría enfriar el mar Negro. Naxos podía notar la duda en el rostro de Poseidón, claramente que un dios no esté seguro, nunca es bueno, no había pensado en la magnitud del problema hasta ese momento. Sin embargo, no era el momento de flaquear, si tenía que verla a salvo a cambio de su vida lo haría sin pensarlo.

—Está bien… —la voz de Poseidón saca a Naxos de sus pensamientos.

—¿Qué está bien?

—Vamos a ver a Zeus primero.

—Espera… ¿Ahora mismo?

—Ahora mismo –antes de que Poseidón hiciera algún movimiento Naxos lo detuvo —¿Qué quieres? Debemos darnos prisa.

—Antes asegúrala –señalando a Hanae –No podemos confiar en que no puedan sentirla.

—¿Qué sugieres?

—Crea un campo de poder a su alrededor y deja a Deacon vigilando la puerta —Por primera vez pudo ver que Poseidón está tomando la sugerencia de Naxos al pie de la letra.

—Hecho —Naxos pudo ver la determinación en Poseidón. Alrededor de Hanae se creó un pequeño campo donde la desaparecía a vista de todos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.