Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 29

Rinott se encontraba en Tatsis, la música resonaba en la oficina del edificio de Atenas. Había soltado su corbata y varios de sus botones. Tenía puesta sus gafas y bailaba al son de la música. Estaba extasiado. Los skotádi iban en aumento. Su ejército cada vez era más y más grande. Estaban a punto de tener noticias de Hanae, sería el tesoro para su padre Tritón. Se sentía pleno. Era una de las mejores noches. Lo podía presentir. Dejo en el sofá a la mujer con la que se había acostado y la que estaba totalmente inconsciente después de la sesión de sexo que habían tenido toda la tarde. Tomo sus pantalones y su saco. Aspiro profundamente. Podía sentir la gloria del poder que se acercaba poco a poco. Su sonrisa apareció con plena satisfacción. Se acerco a la ventana y admiro la ciudad de Atenas a sus pies. Allí lo veía a través de sus ojos estaba el futuro y seria como lo había planeado con su padre.  Muy pronto estaría sometida. Poco a poco los humanos rogarían por piedad y los dioses serian nuevamente quien estuvieran en la cima del poder.

—Mi señor –Rinott miro sobre su espalda y vio al skotádi de las bestias.

—Dime que noticias tienes.

—Eliminaron a la furia, recuperamos a la mantícora y tenemos a una quimera siguiendo su rastro. La chica está sangrando. No tendremos problema en seguir su rastro. Está muy fresco.

—¿Por qué esta herida? —Le pregunto Rinott —El registro de la mantícora no dio indicio alguno del porque mi señor.

—Tritón no se equivoco es una tyflós, pero debemos averiguar a quien de los dioses pertenece sus recuerdos.

—Lo tendremos mi señor una vez la capturemos toda la información será nuestra.

—Dame una fecha skotádi.

—Me apena mi señor, pero no será posible –Rinott se inmovilizo totalmente al oír la respuesta que le dio.

—¿Qué quieres decir con exactitud?

—Vamos a cumplir nuestra misión mi señor, pero no le proporcionare una fecha, no podemos saber con seguridad.

—Me acabas de decir que la quimera está cerca de atraparla.

—Así es mi señor, pero son bestias. Podría ocurrir cualquier cosa —Con un leve asentimiento Rinott acepto su respuesta.

—Avísame, en cuanto tengas alguna información.

—Así será mi señor –desapareciendo en una niebla negra.

 

No iba a dejar que su ánimo decayera, este mundo gritaría su nombre por piedad, conocería lo que en verdad significa la palabra poder.

—Siempre que llego a esta oficina estas mirando hacia la ventana –menciono Adonia al fondo de la habitación —Y hay una puta diferente en ese sofá.

—Este lugar es perfecto, es lo más cercado a una vista digna de un dios —susurro viendo el paisaje

—Ya te estas pareciendo a Tritón.

—¿Al caso te molesta Adonia?, porque realmente …

—¿Realmente qué? –pregunto interrumpiéndolo.

—Deberían parar de discutir –Interrumpió Griffin entrando en la habitación, viendo especialmente a la mujer desnuda en el sillón –únicamente importa que los skotádi tengan a esa estúpida.

—¿Caesar tienes noticias? –pregunto Rinott notando su entrada atrás de Griffin.

—Así parece –contesto este, centrando su atención completamente en él.

—Continua Caesar

—Le coloque un rastreador a la quimera, antes de que el skotádi la soltara, esta registra la velocidad del animal, generalmente cambia cuando tienen a su objetivo en la mira, y así parece ser.

—Está herida, según me informo el skotádi –menciono Rinott.

—¿Dónde está en este momento? ¿es cierto lo que dice Rinott? –pregunto Adonia.

—Está dirigiéndose a Solomos, así como mencionaste está sangrando –respondió Caesar —La cámara capto su cuerpo y aunque algo borroso se nota su camisa empapada de sangre —Le mostro la imagen congelada en el iPad.

—¿Quién es la persona que esta frente a la quimera?

—No lo se.

—Trata de aclarar la imagen Caesar.

—Lo trate —menciona con frustración —Me fue imposible. A ella la reconocí porque la había visto antes su silueta es conocible. Sin embargo, a el no lo conozco. El programa no permite aclarar la imagen.

—No entiendo —menciono Griffin —Todo alrededor de la imagen es nítido.

—Ese es el problema imbécil —contesto enojado —es bastante poderoso y definitivamente alguien lo esta ayudando. Es un poder no tan común.

—Bien eso es bueno –menciono Griffin.

—¿Como eso es bueno? La están ayudando, de seguro que lo sabrán y ya no estará allí –menciono Adara atrás de Rinott. Este sintió la rabia subir por su cuerpo, cambiando el color de sus ojos.

—¿Por qué lo dices? Adara… —lo cuestiono Rinott, apretando con fuerza sus dientes.

—Porque yo lo haría.

—Hablas muy segura de ti misma.

—Es mejor que cierres la boca Adara –le ordeno Griffin.




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