Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 58

— ¿Quién eres? —musito Keelan agotado.

—No eres quien para peguntar que soy. No eres ni siquiera digno —la voz del Apochróseis resonaba con tranquilidad frente al Kidemónes —deberías cerrar la boca.

—Yo soy un Kidemónes ¡Debes tenerme respeto!

—Tu aquí no eres nada.

— ¡Yo soy un comandante del gran Olimpo! Yo de ti tenía cuidado.

—Lo eras —contesto Zeus —Eras un guardián y eras el comandante, pero ya no más.

—Mi señor fue una trampa. Yo nunca lo traicionaría.

—Eres un pequeño mentirosillo pequeño —contesto Hades a su lado.

—No puede confiar en estas criaturas. Mi señor estamos en el inframundo. Son criaturas de la peor calaña.

—Mucho cuidado ex guardián —le contesto Hades en su oído —estas en mi territorio ahora.

—Hades yo…

—No tienes que decirme nada ¿Crees que te tendimos una trampa? No amigo mío...

— ¿Qué quieres decir?

—Te hemos seguido Keelan —le susurro —te hemos seguido por días. Gracias a ti tendremos varias fuentes —La risa de Keelan resonó en la habitación.

— ¿Ustedes piensan que lograran tener algo? Yo soy inocente.

—Lo intentaremos —contesto Hades –tomo su cabeza y poso su palma —Sabes lo fácil que es tener miles de pensamientos. Nuestra mente es la más compleja de las partes del cuerpo y la más frágil. Nos da la oportunidad de escoger entre el bien y el mal. La libertad que incluso les dio mi hermano. Por el que no estuve muy de acuerdo, pero eso es lo que ha hecho de este mundo ser lo que es —Keelan apretaba su boca. Para no provocar más al dios —Es difícil de ver.

—Porque no hay nada que ver. Yo le soy leal al Olimpo.

—Todo lo contrario. Esta protegida tu mente.

— ¡Yo le soy leal al gran Olimpo! ¿Por qué no lo quieren comprender?

—Todo lo contrario… sabían que esto podía pasar y por eso protegieron tu mente. Que astutos.

— ¡YO LE SOY LEAL AL OLIMPO! —grito Keelan.

—No lo creo Kidemónes —comento Poseidón.

— ¿Poseidón? —pregunto incrédulo. No había visto a los hermanos reunidos en siglos. Eso definitivamente no podía ser bueno.

—Es alguien difícil de leer hermano —murmuro Hades rodeándolo —inténtalo tu —Poseidón poso su palma en su cuello. Sintiendo la sangre fluir por su cuerpo. Los latidos de su corazón.

—Sabias kidemónes que el cuello es una de las partes mas sensibles del cuerpo de cualquier criatura. Allí hay una conexión entre arterias, oxigeno. Registra nuestras emociones —su mente empezó a evocar pequeñas imágenes. Keelan se encontraba en una sala sellada. Lleno de computadoras. Con varias personas alrededor —la excitación del momento es palpable guardián. De verdad deseabas estar en ese lugar.

— ¿Qué ves hermano? —pregunto Hades.

—Es un lugar secreto. Se nota que tuvo que pasar por varios lugares para volverse imperceptible con los humanos y semidioses. Borro sus huellas bastante bien. por eso nunca sospechamos de él.

—Es mi turno —dijo Zeus entrando en la habitación.

—Mi señor. Le juro que todo es falso. Sus hermanos, son ellos quienes quieren acabarlo. No deje que llene su cabeza con tonterías —Hades se acerco a su rostro luciendo bastante molesto.

— ¿Quién te crees tu kidemónes para hablar de nosotros?

—Se que por milenios han estado separados y hasta ahora se reencuentran ¿No les parece mucha casualidad?

—Vaya… vaya… Kidemónes tienes la boca muy grande —menciono Poseidón.

— ¡Es la verdad!

—No lo es Keelan —susurro Zeus acercándose a su rostro — ¿Crees que yo estoy alejado de todo el mundo? ¿Crees que tienes el derecho a decir que me conoces cuando no sabes nada?

—Mi señor. Yo lo conozco y yo se lo que hay a su alrededor. Yo lo he protegido.

—No Keelan. Porque tu estes protegiendo el Olimpo como un guardián no quiere decir que sepas cada movimiento mío.

— ¿Por qué dice esto mi señor? No es posible.

—Lo es… Keelan —Zeus poso su palma en su pecho —sabes que es lo curioso de esta zona. Esta el corazón. es el lugar mas vulnerable. La mayoría de nuestros actos son decisivos por él. Es un órgano más del cuerpo, pero tú y yo sabemos que no lo es. Nuestros deseos más profundos surgen de él... Muéstrame tus deseos mas profundos —cientos de rostros aparecieron ante su vista. muchos de ellos borrosos. Zonas oscuras y antiguas —están en varias partes del mundo. Y sin embargo muchos de esos lugares son ruinas. Ruinas de Grecia.

—No se de lo que hablan —negó Keelan tratando de salir. Las cadenas estaban cediendo ante la presión.

—No puedes engañarnos Kidemónes. No aquí —Hades soltó una risa —dejen que pase. Nos divertiremos.

— ¿De que hablas? —Pregunto Poseidón.

—Tres… dos… uno —Keelan logro soltarse de las cadenas y empujo a Poseidón. Corrió hacia la salida y desapareció.




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