Egeo _ El secreto de Poseidón

CAPITULO 67

 

—Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí —comento Rinott al ver a Adrián.

—Es un gusto también verte Rinott —contesto con sarcasmo.

—Te damos por muerto.

—Muchas gracias por el voto de confianza.

—¿Dónde has estado? —le pregunto Adonia.

—Zeus me envio a seguir pistas en America.

—¿Pistas sobre qué? —pregunto Griffin.

—Sobre su hijo perdido.

—¿A dónde se supone lo llevaste? —Pregunto de nuevo Adonia.

—Lo lleve a una parte remota de Brasil. No iba a sospechar nada. Conjure unas pistas falsas.

—¿Y lo creyó sin más? —pregunto Griffin.

—Asi es… porque a diferencia de ti yo si se hacer mi trabajo Griffin.

—Mucho Cuidado Adrián. Tu no sabes con quien estas tratando.

—Se muy bien con quien estoy tratando por eso te lo estoy diciendo —Griffin iba a lanzar un puño, pero lo tomaron del brazo.

—Querido Griffin. No es momento para gastar tus fuerzas en este momento. Aprovechemos la gran aventura que vivió el señor Adrián. Me interesa que nos explique como es posible que no lo pudimos rastrear.

—Mi señor —Adrián se inclinó ante Tritón.

—Te escucho kidemónes.

—Me fue confiado una misión por parte de Zeus. Está a la búsqueda de su adorado y muy perdido hijo.

—Interesante. ¿Adonde lo llevaste? —pregunto caminando a su alrededor.

—A una parte remota de Brasil. Conjure pistas falsas. Ropa, cosas personales. Algunas por aquí otras por allá.

—¿No lo sospecho?

—En verdad no. Estuvo bastante ausente. Quería involucrarse, pero era como si su mente estuviera en otro lugar.

—Algo no está bien —murmuro Rinott —¿Cómo es posible que Zeus no quisiera seguir con el rastro de su hijo?

—Algo lo detuvo, pero no pude ir de nuevo al Olimpo, levantaría sospechas.

—Es cierto —murmuro Tritón.

—Necesitamos a Xander y a Keelan.

—Todo tuyo.

—¿Por qué no los llamas tu kidemónes? —pregunto Adara.

—Porque yo estoy siguiendo un rastro del chico en una favela en Brasil. No puedo arriesgarme a caer en frente de las narices de esos idiotas por culpa de ustedes.

—Mucho cuidado estúpido —escupió con rabia Adonia.

—¿Por qué les llueve la pequeña ofensa? Díganme como es posible que un montón de Apógonos no han sido astutos y hábiles para lograr encontrar a que… una simple tyflós. No me hagan reír.

—Mucho cuidado Adrián —Murmuro Griffin —Yo realmente no me puedo fijar en un Kidemónes que no ha tenido más que…

—¿Qué? ¿Basado en que dices eso Griffin? Porque yo si debo mantener un papel y cumplir con mi trabajo.

—No es posible.

—¿Qué no sospechen de mí? eso se llama talento.

—¡Ya basta! —Grito Rinott.

—Pero Rinott.

—¿Pero que Griffin? Ha hecho su trabajo y mejor que tú. Asi que cierra la maldita boca de una vez por todas —Adrián sonrió con suficiencia.

—¿Ahora que tiene Zeus?

—Al regresar al Olimpo no lo localice.

—¿Qué quieres decir con que no lo localizaste?

—Muchos de los kidemónes y los dioses no lo han visto en días.

—¡Mierda! —pronuncio Rinott. Tritón se quedó en una esquina sentado sobre el escritorio meditando la información que le estaba proporcionando el guardián.

—Hay algo que sigue sin cuadrarme —comento Adonia —Adrián volteo sus ojos con aburrimiento.

—Llama a los kidemónes —Solicito Tritón —mejor aún – añadió con una sonrisa —que un skotádi lo traiga. Rinott sonrió de lado, parpadeo y sus ojos fueron dos esferas blancas. Murmuro algo por lo bajo y frente a ellos el skotádi broto de una gran sombre en el suelo junto con un guardián bastante molesto.

—¡Pero que mierda! ¿Qué está pasando? —Xander se levantó molesto del suelo. Viendo alrededor se detuvo en Rinott —¿Estas demente? Estaba en el patio central del Olimpo si alguien me hubiera visto, sospecharían no lo crees.

—Era divertido.

—¡Imbécil! ¿Qué es lo que quieren?

—Vaya el guardián está molesto —comento Griffin con sorna.

—No le hagas caso Xander. ¿Dónde esta Keelan?

—Se fue en una misión con Zeus hace días no ha regresado.

—Algo sigue sin gustarme —murmuro Adonia ansiosa.

—Quieres callarte de una maldita vez Adonia.

—¿Qué misión es esta? —Le pregunto Tritón.

—No lo se. Zeus quiso manejarlo privado. Tanto asi que nos saco a todos los guardianes del lugar y quedo solo con Keelan. También estuvo Ares, pero no tomo mucho tiempo salió del lugar y dijo que siguiéramos en lo nuestro. Cuando volvimos al lugar ya no había rastro ni de Zeus ni de Keelan. Quise rastrearlos, pero fue imposible. No había rastro de su poder.




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