Egoísmo y cobardía

El susurro de los corazones

CHARLOTTE

 

Nuca pensé que Verónica llegaría a pisar mi departamento. Jamás se me pasó por la mente la idea de que le permitiría tal acto, mucho menos si estaba borracha.

Sin embargo, nunca digas nunca.

—Gracias por la pijama, Char. —Agradeció dejándose tumbar sobre mi cama. Aunque en un principio le dije que podía usar el sofá, su respuesta fue “¿Por qué?, si somos amigas. Además, no voy a seducirte o algo parecido

—Ni lo menciones. —Respondí desvistiendo mis chancletas.

—¿Pero no sientes frio con esa camisa? —Inquirió acostándose de lado. Mientras doblaba la almohada para acomodar su cabeza.

—No tanto. La tela es agradable —Indiqué sentándome sobre la cama. Guardé mis pies bajo la cobija y después acosté mi cuerpo por completo. Por la ventana entraba suficiente luz para permitirme ver los ojos expresivos de Verónica. —. Si me ves no podré dormir.

—Tu camisa no me dejará dormir —Hipó ella. —. ¿Sabes que ese tipo de dibujos son diabólicos?, es como si estuvieras durmiendo en medio de un ritual satánico.

—Solo es un anime. —Giré mi cuerpo y le di la espalda. Eran las doce de la madrugada y solo restaban un par de horas para poder descansar.

—Aun así, continúa aterrándome la idea. —Volvió a hipar.

Guardé silencio esperando que se callara. Sin embargo, lo único que logré fue alimentar sus diálogos.

—¿Ya te dormiste? —Situó una de sus manos sobre mi cintura para después abrazarme.

—¿No habías dicho que nada de seducirme? —Rompí mi silencio.

—Solo estoy abrazándote. —Rio ella antes de volver a hipar.

—¿Por qué no vas por agua?, ya no es normal hipar tanto. —Recomendé sintiendo que se aferró más a mi cintura.

—Siempre me pasa. No le des atención. —Volvió a hipar.

¿Cómo podría dormir escuchando eso?

Minutos trascurrieron. Minutos en los cuales creí que Verónica se había rendido ante Morfeo, por lo cual yo calmé mis pensamientos e intenté conciliar el sueño.

—¿Tu cabello es natural? —Hipó.

—¡Por Dios Verónica!, duérmete.

Ella guardó silencio. Después percibí su cuerpo acercarse un poco más al mío para abrazarme por completo.

—¿Qué dieta haces para tener el abdomen así? —Hipó.

—¡Bien!, ¿quieres hablar?, habla —Me di la vuela ubicando mi cuerpo de frente, observando el techo. —. Mi cabello es natural y evito comer pan.

—¿No ibas a dormir?, Char —Dijo provocando mi ira. La cual desaté golpeando su frente con la palma de mi mano.

Ella rio.

—Esto es divertido —Hipó. —. No sabía que pasar la noche con una mujer era tan encantador.

—Tus palabras se pueden malinterpretar. —Guardé mis brazos dentro la cobija.

—Mi mente no está tan consumida como la tuya. —Rio.

Yo no negué su comentario. Era una pérdida de tiempo intentar adentrarme a su mente.

—Hiciste bien en golpear a Joel —Hipó. —. Fue grandioso.

—Pensé que no estabas viendo.

—Toda la discoteca los estaba viendo. —Reveló. —. También el hermano de la bruja.

—¿Luca?

—Si. Él estaba un par de metros atrás de ti observando todo. —Dirigí mi mirada hacia ella para observar su sonrisa. —. Hasta estaba grabando.

—¿¡Estaba grabando!? —Alcé un poco mi voz.

—Sip. —Verónica cerró sus ojos. —. Serás viral en YouTube, alégrate.

Me resigné a debatir, no supe si lo que decía Verónica era verdad, pero tratándose de Luca cualquier cosa podía esperarse.

Además, si subía algún video podría demandarlo y sacarle un par de billetes. No iba a discutir hasta que ese día llegara.

Cerré mis ojos e intenté dormir. Sin embargo, el rostro de Fredrik abarcó mi mente.

El video que él dijo haber grabado.

En verdad puedo decir que lo intenté, pero me era imposible ver a ese hombre como algo diferente a lo que no era. No entendía el por qué Verónica decía comprenderlo.

¿Acaso su relación fue tan cercana?

—Verónica. —Hablé.

—Mande. —Hipó.

Quizás estaba a punto de preguntar algo de lo cual llegaría a arrepentirme. Pero mi curiosidad siempre ha podido más que mi pensamiento racional. Aquel pensamiento que me mantenía alejada de cualquier verdad que mis ojos no pudieran ver.

—¿Por qué dices entender a la anguila con patas? —Empecé a soltar mi lengua. —. Se acostó contigo para después dejarte, ¿Por qué puedes comprender algo así?, no lo entiendo.

—¿A quién? —Se confundió ella.

Cerré mis ojos con fuerza y di un grito interno. Calmé mis deseos de salir corriendo y hablé.

—Fredrik, ¿escuchaste?

—Dijiste anguila con gafas.

—¿Tan borracha estas? —Fingí reír.  —. Te lo repetiré. ¿Por qué dices entender a Fredrik? Se acostó contigo para después dejarte, ¿Por qué puedes comprender algo así?

Deseé que olvidara lo comentado. Ella pareció no darle importancia. Volvió a cerrar sus ojos y se acostó de frente.

—Yo era la asistente de él —Hipó. —. Hace ya un par de años. Aquí donde me ves sé hablar tres idiomas y soy asistente ejecutiva.

—Entonces… ¿Por qué estas como recepcionista?

—Porque quiero ver como Fredrik se vuelve presidente —Hipó. —. Si ese día llega volveré a recuperar mi puesto.

—Verónica… aferrarte a algo así est…

—Lo sé. Pero no quiero estar a su lado como pareja, quiero estar a su lado como su antigua —Hipó. —amiga. Lo que sucedió entre nosotros no fue más que una noche de tragos y viejos recuerdos. Solo intento mantenerlo lejos de Raquel. —Volvió a hipar.

—¿Por qué le hacen eso a Raquel?, ella no tiene la culpa de nada. —Mi voz desprendió desconsuelo, y a la misma vez inconformidad con ellos dos. —. Solo tiene que terminar la relación que hay en ellos. No es necesario herirla más.

—La bruja es terca. —Pronunció con firmeza. —. No entiende que lo único que está haciendo es alargar su dolor. Fredrik ha estado sufriendo por la debilidad de ella. —Hipó.



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En el texto hay: romance, drama, jefe y secretaria

Editado: 29.03.2021

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