Vicisitud
Caminar por los bosques cristalinos de Arenlow es lo más tranquilizante que puedo hacer.
Ver los árboles traslúcidos con su savia luminosa que refleja lo violáceo del cielo por el Sol Vehris.
Caminar sin destino.
Sentir el aire en mi pelo largo.
Haría esto sin fin.
De repente, no puedo evitar dejar de caminar. En frente mío hay un cuerpo de un Auryn. Está recostado, pareciera qué está dormido, pero no respira. Intento checar su pulso, es demasiado lento y se siente muy mínimo. Jamás había visto algo así, un cuerpo tirado en la nada. Un cuerpo casi sin vida. Impedir verlo a gran detalle era imposible. Era la curiosidad de ver a un ser sabiendo que si lo ves te convertirá en un gusano para siempre. Con su cuerpo delgado, con su pelo negro.
Me pregunto qué lo trae por aquí. Nadie camina por estos rumbos. Aunque los bosques cristalinos son conocidos por su hermosura e inocencia por ser transparentes, esté especificó, no es conocido.
—Oye, ¿estás bien? —Dije sin parar de verlo. Era hipnotizante de una manera inexplicable.
No se movía.
Estaba demasiado quieto, como si estuviera congelado.
—¡OYE! —Grité, creo que muy fuerte. Pero valió la pena, empezaba a moverse. Se movía de una manera tan lenta que un poco más pensaría que se volvería caracol.
Jamás terminaría de analizarlo.
Con toda mi atención, lo único que puedo notar es qué balbucea cosas y cosas sin sentido, aunque trate, no le entiendo nada,
—Hansy, ¿dónde estás?
¿Hansy? ¿Quién es Hansy?
—¡Oye, Auryn!
Se paró de golpe. Solo veía que estaba tan desorientado.
Miraba hacia todos lados dando vueltas en su propio eje.
Hasta que por fin, pone su mirada en mí.
—¿Dónde estoy? ¿Quién eres? ¿Qué es aquí?
Ya veo que en serio estaba confundido, casi lo confundía con un Erye inteligente. Que decepcionante.
—Estás en un bosque cristalino. Me presento, soy Nébula, tengo 30 años… —Me estaba dedicando a responder sus preguntas sino que me distraigo a ver su expresión, una maravillosa cara de sorpresa, una expresión donde no podía abrir más su boca porque había llegado al límite, al igual que sus platos que parecen ojos, no entiendo la razón de su expresión. —¿Sucede algo?
—¡¿Tienes 30 años?
—Sí, ¿hay algún problema con eso?— No puedo creerlo, esa fue la razón…
Según yo, me veo acorde a mi edad, ¿me veré demasiado joven?
—¿Qué edad tienes tú?— Quiero vengarme, sea cual sea su edad, más, parece que es de mi edad, o cercas, tal vez; le diré que es un viejo, aunque yo no lo veo como insulto, aquí los Erye viejos son conocidos como sabiondos.
—Tengo 12 años.
—¡¿QUÉ?!—
—¿Qué tiene de malo?— Expulsaba con una señal de que estaba muy ofendido, su hombro volteando un poco para atrás y con una de sus marcadas cejas levantada, pero, ¿cómo se va a ofender? Quiere que le crea cosas tontas sin pies ni cabeza.
—”¿Qué tiene de malo?” ¡Tu no eres un bebe! Tienes casi mi edad, ¿como gozas de mentirme de esa manera tan ridícula?
Y de esa manera empezamos una pequeñísima discusión.
—¿De qué rayos hablas? No tengo tu edad y no te estoy mintiendo. —Él aseguraba como si pudiera prometerlo por todo lo valioso que pudiera tener, sino fuera porqué dice barbaridades, le creería.
—¡Erye, tú no puedes tener 12 años! Los Erye de esa edad apenas saben hablar y contar hasta 10 con los dedos correctamente. —Escupí de una manera bastante segura, con los brazos cruzados y con la cabeza muy en alto, si Syrhal desapareciera a causa de decir mentiras, que lo haga.
—¿”Erye”? ¡No entiendo nada!— Esta vez sí me sacó de mis costales, sonaba desesperado.
Muy desesperado, como si quisiera llorar. Tenía las cejas hundidas, encorvando un poco la espalda y con las manos a la altura del pecho tratando de atrapar algo de explicación.
—¿No sabes qué es Erye?
Solo movía la cabeza de un lado para otro sin quitarme la mirada.
—Pues, ¿de dónde eres?— Será que en algún lado de Arenlow no manejan los años como aquí, pero no es posible. Arenlow maneja sus años por Syrhal y Vehris, los soles de Arenlow.
Parecía que él no entendía mi pregunta, como si estuviera pensando:
¿Pués de donde se tiene que ser para tener 30 años cuando tienes 12?
Sería gracioso si piensa eso.
—No contestaste todas mis preguntas, te falto responder “¿qué es aquí?”
No contesté porque alguien aquí no supo disimular un poco de respeto por sus mayores.
—¿”Aquí”? ¿A qué te refieres exactamente con “aquí”? Te refieres al bosque cristalino, que tipo de tierra estás pisando, este pueblo, qué ecosistema es este, qué es Arenlow…
—¡Eso! ¿Qué es Arenlow?
De todas las opciones, nunca me imaginé que escogería esa. No sabe en qué planeta está parado… Que los sabiondos lo sabiondeen.
—Déjame pensar… ¡Es el planeta en el que estás!— Hice el mayor esfuerzo posible por ser amable y no usar sarcasmo, pero un Erye así, no se ve donde sea y cuando sea. Esta oportunidad es única.
Parecía que estaba asimilando todo, exclusivo a asentir mirando el suelo tal como si estuviera tratando de darle la explicación a mis recientes palabras.
Definitivamente, su cabeza estaba pegada a su cuerpo pero su mente no estaba pegada a su cabeza, supongo que todo de él es sin sentido. Es como un intercambio: llévate a este Erye y dame el sentido.
—Escucha con mucha atención. Yo no soy de aquí, yo no soy de Arinluw , no sé qué es un bosque cristalino, y no sé porque tú tienes 30 y porque dices que tengo tu edad. Por favor, no creas que estoy loco.
Cielos, en serio me quitaron el sentido por esta cosa, aún así no tengo como negarlo, es divertido, todo demente.
—Digamos que te creo, entonces, te explico, el planeta en el qué estás justo ahora, se llama Arenlow, no Arinluw. Nuestro planeta tiene dos soles, Syrhal: qué es pequeño rojizo, cálido y constante; y Vehris: el sol paílido, violáceo y cambiante. Y a los habitantes de este planeta se les llama Eryes, ¿tú entender o no entender?