La Leyenda

En un pequeño pueblo rodeado de densos bosques, circulaba una leyenda aterradora sobre El Abasayo, un espíritu que se decía que se manifestaba en las noches de luna llena. Se decía que era el alma de un niño que había sido abandonado en el bosque por su madre, perdido y solo, buscando compañía. Aquellos que escuchaban su llanto eran advertidos: si respondían, quedarían atrapados en su lamento eterno.

Clara, una joven periodista, llegó al pueblo para investigar la leyenda. Intrigada por las historias de los lugareños, decidió pasar la noche en el bosque, armada con su grabadora y una linterna. A medida que caía la noche, Clara se adentró en el bosque, ignorando las advertencias de los ancianos del pueblo.

Mientras caminaba, comenzó a escuchar un suave llanto a lo lejos. Su corazón latía con fuerza, pero la curiosidad la impulsó a seguir el sonido. Después de unos minutos, encontró un claro iluminado por la luna. En el centro, había un pequeño muñeco de trapo, desgastado y sucio. El llanto se intensificó, resonando en el aire. Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero decidió grabar el sonido.

De repente, el llanto cesó. Clara miró a su alrededor, sintiendo que algo la observaba. En ese momento, un viento helado sopló, y la figura de un niño apareció entre los árboles, con ojos vacíos y una expresión de tristeza. Clara, aterrorizada, dio un paso atrás, pero el niño extendió su mano, llamándola.