El Acuerdo

Capítulo 4

—Danielle —su madre la toma del codo, su rostro dibujaba una sonrisa, la lleva a un lugar aparte, rápidamente la sonrisa se borra al estar solas —Debes convencer a ese marido tuyo de aceptar la ayuda de la familia Wells.

—Hablaré con él mamá —su madre presiona con fuerza su brazo, ella hace una mueca de dolor.

—Debes hacerlo en esta semana, si tu vives aquí, será fácil para tus hermanas, James es el heredero del imperio Wells, una de tus hermanas es la apropiada para ser su compañera. Vendremos a visitarte muy a menudo, si vivis aquí.

Danielle baja la mirada.

—Es tu deber ayudar a tus hermanas, para que una de ellas sea la esposa de James ¿Me escuchaste?

—Si mamá —su madre la sujeta con más fuerza.

—No lo olvides Danielle.

La suelta y la deja sola, ella soba su brazo, al girarse, topa con el hombre que su madre quería para una de sus hermanas, James la toma de los hombros para evitar que cayera, sus ojos recorren su rostro.

—Lo siento —murmura y se mueve para que la suelte.

—No te preocupes, después de todo, no te había felicitado —su sonrisa no llegaba hasta sus ojos, se daba cuenta que era falsa —Eres demasiado bella para ser de Lex, un enorme desperdicio.

Danielle frunce el ceño, no conocía a su esposo, pero no podía permitir que hablará de él.

— No entiendo hermano —él frunce el ceño.

—¿Hermano? —pregunta.

—¿O prefieres que te llame cuñado? Eres el hermano mayor de mi esposo.

James sonríe llenó de burla.

—Debes aprender que en esta familia se hace lo que yo diga—extiende su mano y aparta en un mechón negro de su rostro para colocarlo detrás de su oreja, tocando el pendiente de una perla en forma de lágrima —Te has casado con Lex, pero es a mi a quién obedecerás si quieres tener comida y un techo sobre tu cabeza.

Danielle nota la mirada de James, poniendola incómoda, ella da un paso hacia atrás.

—Danielle —la voz fría de su esposo le heló la sangre —Vamonos.

Ella asiente y en lo que se está girando escuchó la voz de James.

—No olvides lo que te he dicho, ya tengo tu número, me pondré en contacto contigo.

Ella se apresura hacia su esposo, el rostro de él es una máscara de frialdad, mira hacia atrás, James tiene una sonrisa llena de burla, ambos se están observando.

—Vamos Danielle —él se hace a un lado para que ella avance, los hermanos no dejaron de verse por un buen rato.

Lex camina y ella lo sigue, se sentía como un barco a la deriva, se daba cuenta que los hermanos no tienen una buena relación.

Todo el camino hacia el parqueo designados para los invitados a la boda, fue en silencio, Danielle miraba de vez en cuando a su esposo y se daba cuenta que tenía el ceño fruncido.

El encargado del parqueo trajo la moto y los dos cascos, con una sonrisa amable les deseó un feliz matrimonio, Danielle agradeció con sinceridad, se puso el casco y espero que su esposo la encendiera para subirse.

****

Lex condujo con rapidez, estaba furioso, no confiaba en su esposa, vio como su hermano la toco y ella lo permitió, una de sus novias lo había dejado al saber que el heredero era James y no Lex, por supuesto su hermano recibió a la joven con los brazos abiertos por un tiempo, James era su rival, buscaba lo que él quería para quitarselo y sentirse ganador.

Al llegar al edificio casi en ruinas, Danielle se quedó de pie observandolo..

—¿No vienes? —ella parpadea y lo sigue, este lugar era su nuevo hogar, jamás se ha sentido parte de la familia Harper, así que aquí sería un nuevo comienzo.

El ascensor viejo tenía un letrero En servicio, Lex abre la puerta y entran, Danielle miraba hacia todos lados, se veían unos enormes cables, luego él marca en el viejo tablero el piso 5.

El ascensor sube, Danielle sentia que estaba viviendo una película de suspenso, el ascensor se detiene, Lex sale y ella lo sigue, él saca la llave y se detiene frente a la puerta con el número 4.

Al entrar Lex enciende la luz, Danielle lo sigue, sus ojos observan el pequeño juego de muebles que se veía desgastado, las paredes gritaban que fueran pintadas.

—No es la gran cosa —Lex se detiene en medio de la pequeña sala —Es lo único que puedo ofrecerte —Levanta su mirada fría hacia ella —No está en discusión el irnos a vivir a la mansión Wells.

Danielle asiente a las palabras de su esposo, bajó la mirada hacia el piso de loza, su madre se llenaría de rabia al saber que no estarían en la mansión.

—Está es la cocina —Danielle sigue a su esposo, el lugar era diminuto para alguien tan grande como él, pero perfecto para ella.

Lex estaba atento a las reacciones de Danielle, pero hasta el momento no veía una en que dijera "Me largo".

—Lamentablemente no tenemos lavadora —sus ojos se entrecierran ante sus palabras, ella no responde.

—¿Mis maletas ya vinieron a casa? —Lex entrecierra más los ojos, ella llamó casa a este lugar ¿pensaba quedarse?

—Si, mi se... —se detiene cuando casi torpemente revela la existencia de su secretario, ella nunca iba a saber que tenía dinero y una lujosa casa —Un buen amigo me ayudó a traerlas.

—Muéstrame la habitación, por favor, deseo cambiarme.

Lex camina hacia la habitación, abre la puerta y enciende la luz, la cama era lo único nuevo en ese lugar, e igual los juegos de sábanas.

Ella mira las maletas apiladas en un rincón.

—Me daré un baño —toma una de las maletas y la abre.

—Lamento decirte que no tenemos agua caliente.

—Está bien —declara Danielle dándole la espalda, ella está buscando su ropa de dormir y su neceser —Supongo la puerta que está frente a la habitación es el baño.

—Si —declara Lex, se sienta en el borde de la cama.

Ella camina hacia el baño, Lex suspira, mira alrededor era una habitación pequeña, esperaba que Danielle pegará el grito al cielo, que le hiciera un berrinche, exigiéndole que a lo inmediato la llevara a la mansión Wells, pero nada de eso había ocurrido.




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