—¿Un hijo?—Danielle palidece ante las palabras de su esposo.
—Si, un hijo —ella traga saliva, su esposo acaba de enfrentar a su madre, no era el momento para decirle que se había puesto la inyección.
—¿No crees que es demasiado pronto? —Lex se levanta de la cama, ella no aparta sus ojos de él.
—¿Lo crees tú o es opinión de tu madre? —ella se sienta en la cama.
—Nos acabamos de casar —sabía la opinión que tenía su madre sobre qué trajera un hijo al mundo de Lex.
—¿Cuál es el problema? ¿Piensas que no tendré los medios para mantener a mi hijo?
—Solo pienso que estas comenzando a trabajar, no sabemos como te irá en el trabajo.
Lex sonríe con ironía se acerca a la cama y toma su barbilla.
—Todo se resume a dinero —su mirada se volvió fría —Te aseguro que puedo mantener a mi hijo, no le faltará nada —se separa de ella y camina hacia el cuarto de baño —Me gustaría conocer realmente lo que piensas, no lo que piensa tu familia.
Danielle se recuesta en la cama y se cubre con la colcha, le habían puesto la inyección de los tres meses, faltaban dos meses para que su organismo estuviera limpio, no se imaginaba como se lo tomaría Lex.
Se quedó dormida escuchando el sonido de la ducha que se estaba dando Lex.
*****
—¿Divorciaras a Danielle? —Abril unta mermelada su tostada, su madre estaba en la mesa furiosa.
—Por supuesto, ya he pedido a mi abogado que inicie los trámites del divorcio.
—No creo que la familia Wells se lo tome bien, mi hermana se acaba de casar con su hijo —Anna le recuerda a su madre.
—¿Crees que eso le importa a Quincy Wells? Ese bueno para nada de hijo que tiene, sólo es una carga, y ahora se suma Danielle, más gastos para la familia.
—Tú misma has dicho que no están en la mansión Wells, creo que si interfieres en su matrimonio, no serás bien recibida por esa familia.
Clementine da un sorbo a su café, por el borde de la tasa mira a su hija Anna.
—No hemos recibido ni un centavo de parte de la familia Wells, en cambio de los Donovan, recibiremos una dote de dos millones de dólares.
Abril tose ante las palabras de su madre.
—Es mucho dinero madre ¿están por encima de los Wells?
—Creo sólo son inventos madre, la familia Donavan, no soltarán dos millones de dólares por un matrimonio —Anna frunce el ceño —No estas segura si tienen ese dinero.
—¡Vamos Anna! ¿Estás a favor de tu madre o de Danielle?
Anna guarda silencio, la verdad le parecía extraño, no creía que la familia Donovan tuvieran ese dinero para pagarlo para una dote.
—¿Es feo el hijo? —pregunta Abrirl curiosa.
—Un total adefesio, es un nerd completo, no está a la altura de una de ustedes, pero si a la altura de Danielle.
Abril ríe ante las palabras de su madre, sus pensamientos se centraron en Lex, no estaba mal para una aventura, por supuesto que para nada serio, una vez fuera libre, ella lo buscaría, nadie se resistía a su encanto.
*****
Danielle se sienta en el rincón de la cafetería, mira hacia todos lados y luego a Anna.
—¿Qué pasa? —Anna guarda silencio por un momento, mientras le llevan lo que ha pedido.
Cuando se quedan solas, sus ojos azules se fijan en los verdes de su hermana.
—Si revelas que yo te he informado, lo negaré y jamás volveré a ayudarte.
Danielle asiente.
—El abogado de la familia está tramitando tu divorcio —Danielle palidece, su madre se había enfurecido porque Lex la retó.
—¿Mi divorcio? —Anna bebe su batido.
—No lo repetiré de nuevo, está planificando tu boda con el hijo de la familia Donavan.
—¿Qué? ¡No puede romper mi matrimonio!
—¿Sabes porque no te respetan? —Danielle niega —Por qué eres demasiado sumisa, no tienes carácter, papá y mamá no te respetan, deciden sobre tu vida porque nunca has dicho no.
—Anna, pensé no me querías, pero me he equivocado.
—Y no lo hago, no te quiero Danielle, te tengo lástima, odio tu servilismo hacia papá y mamá, el que beses el piso por donde caminan olvidándote de ti.
Las lágrimas ruedan por las mejillas de Danielle.
—Tú lo has tenido todo, no sabes lo que se siente no tener nada.
—Lo he tenido todo y no puedo entenderte, pero prefiero no tenerlo todo, pero si mi dignidad. Nuestra posición en la sociedad, nos hace tener matrimonios arreglados, pero mamá no se meterá en mi relación para casarme con otro hombre.—Anna mira su reloj de pulsera —Debo irme, tengo clases de cocina, odio eso, pero debo aprender a ser una excelente anfitriona para cuando me casé, en mi opinión estas mejor con Lex Wells, que con Harry Donovan.
Su hermana saca unos billetes de su bolso y los pone en las mesa, se coloca las gafas de sol, de marca y se marcha dejando una estela de su costoso perfume.
Danielle se levanta derrotada, no podía creer que sus padres habían decidido otro matrimonio para ella, apenas tenía un mes de haberse casado.
Al salir de la cafetería da una paso atrás, afuera estaba un costoso auto negro, James Wells estaba recostado en él, sus ojos penetrantes la recorrieron de la cabeza a los pies.
—Hermosa sorpresa —murmura, avanza hacia ella y la toma del brazo —Vamos a un lugar más privado —ella notó el tono de su voz y por supuesto su mirada llena de lascivia, iba a decir no, cuando el auto descapotable rojo se detiene.
—¡Vamos Danielle, se nos hizo tarde! —James la suelta, Anna se baja los lentes de sol —Señor Wells, un gusto verlo.
James apreta la mandíbula, pero luego finge una sonrisa.
—El gusto es mio —Danielle camina rápidamente hacia el auto de su hermana, se sube y está arranca rápidamente, despidiéndose con la mano de James Wells.
—¿Qué rayos fue eso? —pregunta Anna —Danielle ese maldito quiere llevarte a la cama ¡Eres su cuñada!
Danielle sentia que su corazón latía apresurado.
—¿No ibas con él verdad?
—¡No! —niega Danielle.
—Parecías un conejo atrapado, debes sacar carácter Danielle, ese maldito hombre tiene fama de usar a las mujeres y luego desecharlas, he agradecido mucho el que ni Abril y yo hemos sido consideradas para un matrimonio arreglado con ese maldito, no soportaría sus infidelidades, se lo cortaría en mil pedazos si lo anda metiendo en cualquier lado.
Editado: 21.04.2024