El Adiós Que Nunca Quise

Capítulo 1

Capítulo 1 

Dalia

- Señorita, por favor cuénteme que sucede pero con calma. – Repite la chica del otro lado de la línea, por segunda vez.

- Señorita, no tengo mucho tiempo. Necesito-

Pare de hablar, cuando deje de escuchar ruido del otro lado de la línea.

- ¿Hola? ¿Señorita sigue ahí? – Pregunté.

No hay respuesta.

Obviamente tenia poca carga, pero creí que el 10% que quedaba seria suficiente para pedir ayuda.

No hay nadie vivo, aquí.

Llevo mucho tiempo sintiendo dolores, no puedo moverme mucho pero aun así tuve fuerzas para lanzar el celular contra el suelo.

La peor parte, fue no ver en que cayo.

Si tiras tu celular hacia tu cama, tu celular rebota y con suerte no se quebrará.

Pero si estas, en un ambiente rural no valoras lo que las rocas pueden hacer.

Desafortunadamente, lance el celular que estaba usando contra la roca que estaba en el suelo y la pantalla de este se rompió.

Genial. Pienso.

¿Qué más falta?

Y en medio de escuchar como me quejaba de las constantes y profundas heridas que tenía, escuche un trueno.

Comenzaba a oscurecer y además también quería llover.

Necesitaba un lugar mas seguro, mas seguro que estar en medio de la nada de un bosque... frente a 3 cadáveres.

Con todo el dolor, intente levantarme pero se me era imposible.

Las heridas, raspones, y rasguños de mis piernas me duelen mucho. Además, se contaminarán.

Tome el suéter que traía conmigo y le rompí una parte, la coloque sobre la pierna mas lastimada y enrolle alrededor de la herida.

Hice fuerza para evitar que siguiera doliendo, y en algún punto también que calmara la hemorragia que apenas me había enterado que tenía.

Coloque mi mano sobre una de las rocas y en esta me apoye para levantarme. Mis piernas no querían ayudarme, pero necesitaba moverme lo mas que pueda de aquí.

Una vez ya de pie, fui dando pequeños pasos apoyándome en los troncos de los arboles por los que pasaba.

Al principio eran pocos arboles hasta podía contarlos con los dedos de mis manos, pero luego perdí la cuenta porque comenzaban a multiplicarse entre sí.

Eso o simplemente me estoy adentrando en el bosque.

Y en estos momentos nada era mejor, constantemente intentaba repetirme: "Saldrás de esta y continuaras con tu vida".

Pero la situación iba de mal en peor.

¡Auch!

En mi pie cae un liviano objeto metálico, pero en el pie sobre el que cayo también esta lastimado.

En serio, ¿Qué parte de mi es la que no esta lastimada?

Y ahí estaba, en medio de la pregunta en mi mente vi una especie de refugio.

Una enorme bolsa hacia la función de capa entre dos ramas cercanas entre dos árboles, debajo de esta hay una vieja bolsa de dormir pero a simple vista parece estar en sus mejores días.

Y lo demás, era lo de menos.

Fui en camino hacia la bolsa de dormir, y me acosté sobre ella.

En ese momento, mi cuerpo se sintió tan relajado, no se por cuanto estuve caminando pero mis pies comienzan a agradecer de haberme guiado a este extraño lugar.

Extraño, pero en la ocasión es oportuno.

Cerré mis ojos, con el objetivo de dormir.

Descansar un poco, estas ultimas horas me han dejado muy exhausta.

Muy confundida.

Comenzaba a sumergirme en dormir, cuando un ruido extraño pero cercano me despertó.

- ¿Hola? – Pregunto, mientras miraba a mi alrededor. Todo lo que había eran árboles y hojas en el suelo, ni siquiera un rayo del sol traspasa a los enormes árboles. La sombra de ellos era todo en el ambiente. Volví a escuchar otro ruido—. ¿Hay alguien aquí?

Me repitió constantemente: "Lo estas imaginando, y si no es así todo tiene una explicación lógica. No existen las cosas paranormales".

Pero dejé de hacerlo, cuando lo vi.

Se estaba acercando cada vez más, y el miedo me había consumiendo.

Jamás había visto algo como... eso. 




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