El Adiós Que Nunca Quise

Capítulo 7

Capítulo 7

Dalia

—¿Dormiremos en el suelo? —pregunte, mientras él se sentaba cerca de la fogata. Al otro extremo del que yo estaba.

—Si. Acaso, ¿jamás has acampado? —me pregunta, con su mirada fija sobre el poco fuego que nos brinda la fogata. Poco, y a la vez suficiente.

—No —contesté—, jamás he acampado. Pero al menos esa era la intención.

Dije, mientras mi mente me recordaba lo que pasó esta mañana.

**INICIO DE FLASHBACK**

—Es muy lindo de tu parte, que me quieras llevar contigo de viaje papá. Pero será mejor si solamente van ustedes —explicaba—, sabes que detesto estar al aire libre.

Papá no me estaba escuchando atentamente.

Era más importante estar leyendo los papeles que tiene en su despacho, que son de la oficina, que estar escuchando los caprichos de una joven-adulta.

Caprichos. Já, le hacía un favor al decirle que no quería ir.

Papá lleva pensando en este viaje desde hace una semana.

Muy apresurado para su manera de hacer las cosas. Eso era lo único que pensaba desde que me comentó su idea.

Su idea original era ir él, su guardaespaldas Bruno y su novia Sophie.

Y estaba de acuerdo con esa idea, pues él se veía muy emocionado de pasar tiempo con ella.

Después de que mamá traicionara a papá de la manera más baja posible, a él le costó mucho recuperarse.

Lo que había sido su trabajo, y gracias a eso su empresa por años. Y que tu esposa te lo haya quitado todo con ayuda de tu propia familia... no es fácil aceptar la idea que deja de ser tuyo.

Por eso decidí quedarme con él. A su lado.

Mamá, ya le había quitado su empresa. A sus empleados. Destruyó su reputación. Puso a la propia familia de papá en su contra.

Y que ellos estuvieran pensando en quitarle a su única hija... no era justo.

Y tampoco era justo que papá quisiera pasar a solas con Sophie y llevarme. Es incómodo ser el tercero en una pareja.

Y Sophie no era como mamá. Es decir, no hay posibilidad de que haya un punto de comparación entre ellas.

Sophie quiso de papá y no era por su dinero. Porque cuando comenzaron a salir papá no tenía más que sus ahorros en el banco.

Sophie quiso de papa no por su reputación (porque ya estaba destruida). Quiso de él por la manera de ser de papa.

Y es lo que me gusta, no estaba interesada en el dinero o en una mejor reputación de la que ella ya tenía.

—Ya está decidido, Dalia. Además, será divertido disfrutar del aire natural.

—Aquí hay aire natural, también —defendí.

—Será divertido, quiero que ustedes dos se conozcan —dijo y se que se refiere a Sophie.

—Ya nos conocemos y me cae bien.

—Conocerse mejor.

—¿Y no puede ser, sin necesidad de ir a Camelot?

Camelot es el nombre del bosque, al que mi papá planea llevarme a mí, a Sophie y a su guardaespaldas Bruno.

Los 4, para ir a acampar. Cerca de la cabaña que papá alquilo.

—¿Por qué no quieres ir?, ¿tienes algo mucho más importante que hacer? —hace una pausa, y es mi oportunidad para defenderme. Pero vuelve a preguntar—. Más importante que tu familia.

En definitiva no podía decir que ya tenía un compromiso.

Es decir, ya había confirmado mi asistencia a la fiesta de Kat. Una de mis amigas. Iba a ir a esa fiesta, de la que tanto hablaban, con Jack.

—No papá. Según tú, lo único importante que yo tengo es la familia —dije, y di la vuelta saliendo del despacho de mi padre. Detesto que mi propio padre no intente saber si quiero hacer o no lo que él me diga.

Hace dos semanas le mencioné lo de la fiesta. Hace una semana Jack vino hasta aquí para pedirle permiso de ir a la fiesta con él.

Y quiero mucho a mi papá, pero "la familia" no es lo que debe estar primero en mi lista. Pero según él, así debe ser.

**FIN DEL FLASHBACK**

—Tienes suerte —la voz de John me saca de mis pensamientos—, tu primera vez será dentro de esta vieja cueva.

No tenía humor. Nunca lo he tenido, pero por lo menos antes fingía tenerlo.

Ahora no hay nadie con quien pueda fingir si estoy bien. O mal. O enojada. O simplemente fuera de mi misma.

Salí de la cueva para tomar aire fresco.

No creo poder dormir, si estoy pensando en el accidente.

Bruno solo era el guardaespaldas. No merecía morir.

Sophie era una buena chica. Lo único que hizo es respetar mi distancia con ella, y querer a papá como si fuera el primer hombre en su vida.

Ella lo amó, aún cuando papá era un machista, celoso y patético.

Ella tampoco merecía morir.

Y papá. El Papa me cuidó en mis primeros años de vida, cuando mamá iba a trabajar.

Me soporto todas las veces que mis hormonas me ganaban.

Fue mi mejor amigo, y quien me dio consejos útiles de los chicos con quienes salía. Ninguno fue memorable.

Pero siempre creyó saber qué era lo que quería. Lo que me provocaba ser ambiciosa.

Siempre creyó que yo no sería apta para su empresa o cualquiera de sus negocios. Pero si fuera hombre, su opinión no hubiera sido esa.

Siempre creyó saber cual seria mi carrera, cuando ni siquiera yo lo sabía.

Siempre creyó ser mejor que una mujer. Ser mejor que su esposa y mi mama, a la vez.

Y ella fue quien lo llevó a tocar fondo. Ella fue quien lo traicionó.

Sin embargo, papá jamás cambió su actitud.

La que me hace preguntarme si... ¿Algún día lo recordaré con cariño, o con todo el odio que siento en estos momentos?

Y no era la única persona que detestaba ese gran pequeño detalle de su personalidad. Su actitud es la que la llevó a ella, a intentar asesinarlo muchas veces. Pero la novena fue la vencida.

Lastima que no mató a los dos pájaros de un tiro.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.