El alfa del fuego

Capitulo 3

Baje a comer ahí estaban ellos mi padre espero a que terminara de comer para hablar conmigo.

  - ¡hija ha llegado el momento! Estoy muy feliz, podía ver que decía la verdad y en ese momento no podía decirle que yo no lo estaba o lastimara sus sentimientos.

  - ¡yo también estoy feliz hija! Solo recuerda lo que hablamos, cuidate en él busqué.

  - ¡lo aré! Dije un poco sería pues ami no me hacía feliz y sentía que hacia mucho al almenos no decirlo.

  - ¡hija no importa lo que seas! Sabes que de todas maneras estaremos orgullosos de ti, mi padre dijo esto sabía que lo decía porque era casi imposible que mi rango fuera más alto ya que el de ellos era muy bajo.

  - ¡lo se papá! Mientras pueda transformarse lo demás no importa. 

  Dije esto para consolarlo pero en realidad deseaba no poder tener una transformación. 

  Después de eso salí de casa espere algunos minutos antes de comenzar a correr.

  

  Después de correr hacia el bosque porque la media noche había llegado, encontré el lugar perfecto en medio del bosque pues este estaba rodeado de árboles en este punto específico la luz de la luna se reflejaba completamente y su esplendor estaba en su máximo punto.

  Sabía que el momento había llegado y no me resistí mi cuerpo comenzó a arder y cuando crei que lo peor había pasado los huesos de mi cuerpo comenzaron a romperse caí al suelo desplomada del dolor este era muy insoportable, cada hueso se rompía y se acomodaba en una posición distinta, esto duró algunos minutos más hasta que pude notar como ya no estaba en forma humana sino en la de un lobo pero por desgracia no podía ver como era y tenía muchas ganas de conocer a mi loba.

  Aun así estaba feliz muy pocas personas en la manada obtienen su transformación al primer intento aunque si lo consigues o no debes de entrenar por si hay una guerra, pero me di cuenta que no era momento de estar feliz por la transformación ya que estaba demasiado cansada incluso para moverme y eso sería un gran problema mas ahora que no sabia que hacer a continuación pues nadie me dijo nada al respecto o mas bien nunca puse atención cuando lo hacen.

  - ¡Tenemos que cazar algo! Así recuperaremos energías.

  - ¿Quién eres tú? Dije nerviosa pues no veía nadie alrededor.

  - ¡soy tu loba LIli! desde ahora somos una sola.

  - ¡disculpa estaba tan emocionada que lo olvidé! 

  Traté de ponerme de pie pero era muy difícil, mi cuerpo era muy pesado aun así reuní la fuerza y me pare al hacerlo corrí lo más rápido posible hasta que por fin encontré una presa al principio me dio un poco de asco pero sabía que debía acostumbrarme.

  Al terminar corrí al lago queria ver mi reflejo y ver que tal me miraba no esperaba mucho pues mis padres solo eran lobos ordinarios sin ningún rango y era de esperar que seria igual a ellos.

  Cuando llegó al pequeño lago que estaba a las afueras del bosque me acerqué lentamente para mantener el misterio pero cuando me vi ahí estaba sorprendida mi pelaje era blanco muy pocos en la manada lo tenian asi pero no era algo sorprendente y mis ojos no se apreciaban bien por la oscuridad pero podría jurar que eran rojos pero sabía que eso era imposible ya que solo los alfas tenían ese color y supuse que solo era por la oscuridad y que posiblemente serían cafeses como los de mis padres. 

  - ¡tengo más sorpresas de las que crees! 

  - ¿de qué estás hablando Lili? 

  - ¡pronto lo sabrás! No seas impaciente, eso no es digno de un líder.

  - ¡yo no soy un líder! Aunque hubiera una guerra solo sería uno más de los protectores del alfa.

  - ¡podemos ser todo lo que tu quieras! No siempre los soldados de rango bajo tienen que obedecer al jefe, en casos especiales el jefe debe de callar y obedecer.

  - ¡Lili dices cosas muy extrañas! Aunque así fuera sinceramente creo que yo sería la persona menos adecuada para decirle algo al alfa, solo soy una adolescente que quiere vivir una vida tranquila y él un hombre de 45 años que aunque en años lobo aparenta 20 ya es un viejo mucho mayor.

  - ¡Qué mas da asi tenga 100 años! De todas maneras vivirá algunos cientos de años más y tu tambien asi que no temas yo te cuidaré.

  Cerré la coneccion con Lili sentía que ella se comportaba muy extraño era como si dijera palabras confusas disfrazadas de cuidado, deje de pensar en eso y me fui a casa pues era muy tarde y mañana seria un largo dia devido a que tenia que presentarme delante de los demas lobos y eso sería agotador.

  

  Al llegar a casa mis padres ya estaban dormidos, entré a mi habitación quería descansar había sido una madrugada extraña y muy larga para mi, solo sentía mi cuerpo exhausto por todo lo que había pasado.

  

  Mi alarma comenzó a sonar a las 7 de la mañana quería seguir durmiendo sentía que solo habían pasado un par de minutos y aunque no fuera verdad así se sentía, el cansancio en mi cuerpo era tormentoso nada parecido a lo que me habían contado.

  Después de darme un baño y arreglarme un poco para estar presentable baje.

  Traía un pantalón de mezclilla y una blusa mi cuerpo no era la gran cosa, mi cabello negro lo sujete en una coleta y no use maquillaje ya que posiblemente sudaria y eso no seria nada conveniente.

  

  Al bajar ahí estaban ellos después de desayunar me acompaña hasta donde debería de ir pues yo no sabía nada al respecto y si iba sola de seguro me perdería.

  Ellos se fueron y yo me preparé para entrar, cuando llegué ahí había 4 personas más 3 chicos y otra chica ella traía demasiado maquillaje e incluso tacones pero deje de verla por completo cuando el encargado del entrenamiento llegó, ¡o no es el hombre de ayer! pensé aterrada pues podía ver que los proximos dias serian un infierno.

  

  Él me miró pero no dijo nada, actuó muy profesional, - ¿cuántos de ustedes pueden transformarse?

  Todos levantamos la mano y eso fue una sorpresa para él.




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