El Alfa Enamorado.

Capítulo 11

Te gusta jugar mucho con lobos...

 

Madeleine regresa a la casa, Alexter se ha perdido de vuelta al bosque a pocos metros de dejarla en la entrada principal, no le dio importancia porque sabe que así es su actitud, pero estaba tan perdida en sus pensamientos negándose lo que siente por él, por más que se lo ha dicho Sebastián si la viera se burlaría de ella sin tocarse el corazón porque ahora está siendo consciente que no sabe si él siente algo por ella, tal vez solamente es así de lindo, amable con ella por como lo trata por tratarlo como un humano y no como un animal salvaje, «podría ser gratitud» dice en voz alta mientras camina por el pasillo «si él cumple con su destino y muere yo…» sacude sus pensamientos se ha complicado la existencia sin duda. Entra deprisa a su habitación cerrando la puerta de golpe, pega su frente a la madera fría y sigue meditando sus pensamientos y se siente aturdida por ellos.

Las horas pasan y sigue viendo la ropa que saco para ponerse el solo pensar que él puede asistir a la fiesta el nerviosismo comienza a subir desde su estómago a la garganta, las ganas de verse bonita ese día la tiene con miles de dudas, tal vez sea una reunión normal, pero se ve igual que el día anterior. Decide ir a buscar a Sofia y preguntarle directamente, sabe que ella sigue en su habitación camina hasta ahí y le pide entrar, como siempre ella la recibe con una sonrisa cálida al entrar observa el hermoso vestido rosa elegante sobre la cama. No hay duda de que se verá hermosa y sobre todo que la fiesta es para ella.

— Dime Madeleine.

— Sofia, lo de hoy es formal o es así nada más, no se algo más casual.

— Pues si es un poco formal, aunque no mucho no te preocupes puedes ponerte un lindo vestido y te miraras hermosa — dijo alegre mientras se maquillaba sentada en su tocador blanco. Mira la duda en los ojos de Madeleine —Bueno creo que sé que podemos hacer — sonríe ampliamente y Madeleine le reconoce esa sonrisa.

— Seria un abuso si me prestas otro vestido de tu madre — dijo rápidamente negando con las manos ese pensamiento. Pero Sofia le tenía una sorpresa.

— No, tengo un hermoso vestido azul marino con tu nombre, Madeleine me tome el atrevimiento hace unos días de mandar comprar unas cosas se lo pedí de favor a Carlos junto a unos paquetes míos, no quiero que lo tomes mal, mi papá me dijo que necesitas algo de ropa y principalmente para la temporada de frio ya que solo te viniste con una maleta, así que aquí tienes — hablaba mientras juntaba un par de cajas de su closet, animaba se giró mostrándole cinco bolsas, dos cajas grandes y dos más pequeñas.

 

— Eso es demasiado Sofia, yo no puedo aceptarlo, ya han hecho tanto por mí, además que con solo el vestido estoy bien — dijo sorprendida y algo emotiva.

— Yo pienso que alguien podría verte muy bonita con todo esto — comenta en respuesta y las mejillas de Madeleine arden por su comentario — Vi cómo te ayudaba hoy y además los vi salir del bosque... estoy muy contenta Madeleine él se ve muy bien y eso es gracias a ti — dijo, Madeleine la ve con duda — Madeleine ¿qué sucede?...

— Sofia… — se sienta en la cama sin poder terminar lo que quiere decir, ella la mira a los ojos y su mirada cambia a una llena de compresión.

— Si lo dices en voz alta estarás aceptando tus sentimientos, lo se Madeleine y tampoco se me olvida la leyenda que lo rodea, pero pensar que él esta tan bien me da esperanzas que él regrese y debo admitir que deseo que tú y él sean felices, lo sé, lo sé, no veas así sé que me estoy adelantando a todo creo, pero es inevitable. Se que tenemos poco de volvernos a ver, sé que las cosas cambian, pero tu sigues siendo idéntica, tienes un gran corazón… por eso no dudo que él cambie su destino — ella se detiene como si hubiera dicho algo innombrable, Madeleine pudo ver el dolor en sus ojos — Perdóname Madeleine, mejor nos lo llevamos con calma y a ver qué pasa.

 

Madeleine abandona su habitación cargando todo, se toma el tiempo de arreglarse, el vestido que le regaló para ese día era sumamente hermoso acentuando su cintura y envolviéndola con delicadeza, perfecto para ella, decide utilizar unos zapatos de piso. Se mira en el espejo por ultima vez, Sofia tiene muy buen gusto y sin duda conoce mejor su cuerpo que ella.

 

La comida se llevó con calma, todos los invitados tomaron asiento, comieron y tomaron, Madeleine se sentía un poco incomoda ya que Alexter no llegó ni mostró estar cerca, el hermano del prometido de Sofia se acercaba mucho a ella, intentaba no cruzar muchas palabras así que se escabullía a la cocina en algunas ocasiones que lo vio acercarse en dirección de ella, pensó haberse librado de él, pero al salir de la cocina lo primero que vio fue a él esperándola.




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