Y esta hermosa señorita ¿Quién es?...
1 mes después
Madeleine aun pensaba en el intento de palabras de Alexter, no había sabido nada de él y todos al parecer miran con normalidad que no aparezca, pero ella se sentía mal el miedo en su corazón que algo malo le paso reinaba en su corazón porque sabía que lo quería más de lo que pensaba, por esos sus dudas no estaban disipadas, él podría corresponderle o simplemente la confusión del momento no la rechazo, pero tenía que olvidarse de eso si no su corazón sufriría aún más sus consecuencias, pero este había sido el que no entendió que no debía enamorarse de un alfa eternamente enamorado, al final Sebastián tenía razón y ella no lo escuchó, tenía que ponerse de pie y salir un día más, pero como podría fingir que está bien y no invadida de pensamientos negativos y dudas, bajó a la cocina donde todo era normal, María preparaba unas cosas para el desayuno de Don Guillermo, las muchachas miraron con curiosidad a Madeleine, desde el día que hizo su entrada con Alexter no lo han podido olvidar, Sofia por su parte llegó con miles de revistas con diferentes diseños de vestidos había cambiado de opinión con la decoración de la boda y ahora hasta había pensado que sus damas también cambiaran de color, le gustaba verla animada, le recordaba a ella en una época similar, Madeleine no pudo evitar sentirse nostálgica.
— Madeleine estos son los nuevos colores de la boda, mira, no te preocupes por el vestido mandaremos hacer otro, yo usare dos, uno en la ceremonia y otro en la fiesta, ¿Te gusta? — pregunto acelerada de emoción que la sonrisa contagiaba a quien la viera.
— Son hermosos colores— contestó, había decidido por una combinación de tonos pasteles, muy suaves el color de las damas un azul claro tan bonito y elegante que no duda que todo se mirara bien — Me parece que es una excelente decisión — termina por decir, ella la mira con duda, no era la misma Madeleine sus ojos no estaban tan vivos como antes.
— ¿Todo está bien? — se acercó hasta ella donde compartían la mesa de la cocina, todos estaban muy atentos en el comedor principal dejando todo listo para el desayuno, asi que estaban solas, Madeleine intentaba decirle algo cuando el grito de María se escuchó en toda la casa, seguido del ruido de las charolas en el suelo las hizo dejar la conversación y salir corriendo.
Por un momento el mundo se detuvo ante los ojos de Madeleine, su respiración se aceleró y su corazón golpeo con fuerza en su pecho, en el suelo juntando cada uno de los platos estaba Alexter, María tenía la mirada perdida con miles de lágrimas abandonando sus ojos, don Guillermo y Sebastián bajaron de sus respectivas habitaciones, había algo diferente en él, ella lo noto el color en sus ojos el amarillo se había ido.
— María ¿Estás bien? — se levantó hasta ella para cerciorarse, esas palabras retumbaban en la cabeza de Madeleine, Alexter hablaba normal, fluido, seguro, su ropa se miraba desgastada... — Perdona, no fue mi intención asustarte — hablo serio, sonriendo un poco.
—¡HIJO! —la exclamación del ex alfa la saco del asombro que la perturbaba — ¿Cómo? Puedes hablar con normalidad…
—Padre ni yo mismo lo sé, he despertado consciente y he regresado, había caminado demasiado lejos de nuestras tierras, no recuerdo ¿Por qué?, pero aquí estoy, lucido…—el mayor lo abrazo con tanta euforia, su hijo adorado había regresado, pero ¿por qué? Sebastián se aturdía por todas las preguntas internas, por un momento se desvió a ver a Madeleine que temblaba inconscientemente, camino hasta ella y tomo gentilmente su mano, esta lo miro a los ojos, se dejó apoyar, juraría que se desmayaría ahí.
— Sebastián hermano—Alexter abrazó con fuerza al menor y este le recibió de la misma manera, pero no con alegría si no tristeza — Y esta hermosa señorita ¿Quién es? — Alexter miro a Madeleine, ella intento disimular, sus labios temblaban sin poder pararlos, sentía que sus ojos parpadean rápido, no podía controlarse.
— Perdón — dijo ella, Sebastián se paró frente a ella cubriéndola con su cuerpo ante la mirada de Alexter.
— Que humor el tuyo de asustar a todos Alexter, ella es Madeleine la hija de Sandro y está muy sorprendía de verte así, ella y tú se hicieron buenos amigos cuando eras más bestia—hablo fuerte Sebastián tratando de con su voz controlar a Madeleine, ella entendió e intento limpiar sus lágrimas que deseaban salir.