El Alfa Enamorado.

Capítulo 18

Mi destino esta trazado...

 

 

 

 

Las cosas al día siguiente estaban patas arriba con los preparativos de la boda, Madeleine observa todo a su alrededor con detalle desde la última rosa hasta la última servilleta siendo acomodada con delicadeza, la ceremonia seria a las seis de la tarde, no podía decir que tenía mucho ánimos de asistir, Alexter se había mantenido alejado de ella sin razón, pero que podía hacer eso era lo mejor, había pensado que irse sería bueno y lo tenía en mente después de la boda, agradecería todo lo que el señor Itreque le dio y tomaría sus cosas para buscar un nuevo lugar, lloraría sí que lo haría, no cabía en su cabeza todo lo que ese hombre había logrado hacerla sentir en el fondo de su corazón tercamente e inconsciente se había enamorado perdidamente, al grado de considerar que jamás volverá a sentirse de esa manera «Que me has hecho Alexter» murmuró, entró para alistarse y tener todo listo para la ceremonia, Madeleine tenía cuatro horas enclaustrada en su habitación, miraba el vestido colgado ese de tonalidad mágica y encantadora que la hacía sentir especial, pero sin ánimos de ponérselo y salir.

De que le servía todo eso si aun viéndose hermosa no puede hacer que Alexter la mire de la misma manera que la miró a ella, sacudió esas ideas dolorosas y empezó a alistarse.

La casa aún era un barullo de voces y personas, la familia del novio habían llegado ocupando las casas de las afueras Sebastián tenía todo vigilado, al igual que su hermano pensaba que esa boda era una trampa, pero no tenían argumentos para ir directo con su padre solo eran intuiciones, Carlos no se separó de Sofia en todo momento como Alexter se lo pido, ella no decía nada, pero podía sentir la mirada del otro, no diría que le era indiferente pero él se había encargado de alejarla con su forma de ser, en cambio con su novio se sentía segura y era lo mejor para la manada.

Alexter por su parte se notaba alterado, las palabras de Carlos lo aturdían, él había mostrado interés y se maldecía más porque no recordaba nada de eso, caminaba por el bosque sin rumbo intentando despejare y patrullar un poco, paso el círculo de rosas que seguía siendo cuidado por ella, no midió más sus pasos y dio hasta un arbusto de rosas blanca, en el solo una seguía viva, las demás estaban marchitas «¿Quién no las ha cuidado a ustedes?» tocó levemente la que aun florecía y una ola de sensaciones se colaron en su cuerpo, no reconoció el calor que sintió, sacudió de nuevo esos pensamientos junto a sus ideas locas de querer entender lo que había dicho Carlos, se sintió mal acaso había manchado el recuerdo de Gabriela, acaso él «Claro que no, yo la amo y me reuniré con ella» gruño molesto habían pasado tantos años añorando encontrarse con ella que ahora la idea no estaba fluyendo de la misma manera «¿Porque ahora? ¿Qué ha pasado? ¿Porque no recuerdo nada? Porque ella ha venido a nublar mis pensamientos ahora con su mirada tierna y llena de dolor porque ella me ve así, si yo no he hecho nada para merecerlo» unos leves pasos lo hicieron girar un lobo blanco lo miraba atento... — ¿Sable?—  un lobo que creyó perdido en el incendio estaba ahí frente a él, el lobo salió corriendo en dirección del huerto lo siguió al mismo paso pero se perdió al llegar al árbol, miro de nuevo la placa que recordaba hasta el último detalle. «Gabriela... aquí es donde pertenezco» el lobo apareció detrás del árbol se sentó en su cuatro patas mirándolo atento — Es aquí donde pertenezco sable te creí muerto ¿Por qué has vuelto? — el lobo movió su cola y camino sutilmente para que lo siguiera al llegar cerca de la casa entre la sombra de los arboles el lobo miro atento a una ventana, Alexter la reconoció inmediatamente, Madeleine se miraba a lo lejos, el viento movía su cabello con suavidad llevaba el tierno vestido color azul  —¿Porque me haces verla?— el lobo al escuchar pasos salió corriendo en dirección del bosque.

— ¿Que tanto haces hermano no deberías ya alistarte son cerca de las seis? — Sebastián se paraba a su lado, miro a Madeleine entrar de vuelta.

— Iré a alistarme — dice el mayor caminando rumbo a la casa.

 

Madeleine bajo escalón por escalón con cuidado, el atardecer era el escenario perfecto para la boda, Sebastián la miro bajar atento a su movimiento tendió su mano para que la tomara ella se apoyó en él y agradeció el gesto él solo le sonrió y siguió su camino hasta llegar a su padre, ella miraba a su al rededor buscando al mayor, pero sin tener éxito se vio rendida.

— Te vez muy bonita —  la voz gruesa y varonil detrás de ella la sorprendió esa que reconocía en todos sus matices.

— Gracias — dice sin voltear, Alexter caminó dejándola atrás, todos se acomodaron para hacer la entrada a la ceremonia viéndose sin conocimiento alguno ella no sabía qué hacer.




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