Algo en común...
Don Guillermo observaba el bosque que permanecía en silencio, sin sus hijos la casa subsistía en paz; un automóvil que llegaba lo alerto, pero este era el de Maximiliano, espero a que se bajara, pero al ver que no se acercó más, preocupado se aproximó a la ventana del copiloto— ¡María! —el grito del alfa alerto a todos, la mujer salió corriendo de la cocina para toparse a su alfa alterado.
— ¿Qué sucede? — camino deprisa bajando los escalones, su cara se deformo al ver el cuerpo de Maximiliano todo agredido con diferentes cortes de los cuales la sangre brotaba, había llegado con el último suspiro que quedaba en sus fuerzas.
—Llama al doctor, mándame a uno de los hombres para meter a Max a una de las habitaciones y manda a otro por mis hijos ahora... — la mujer corrió hacia el huerto donde encontraría a parte de la guardia.
— ¿Quién te ha hecho esto? — pregunto el alfa.
—Lobos... él — no pudo decir más cayo rendido en los brazos de él, uno de los hombres llego corriendo para ayudarle.
María no podía procesar lo que pasaba, no pudo decirles nada concreto el hombre que mando por los Itreque solo que era una emergencia que debían volver. Volvió a la casa llamo al doctor y subió con compresas, gasas, toallas lo que le permitiera ayudar el hombre que perdía demasiada sangre, le preocupaba quien pudo hacer eso, él es un lobo muy fuerte no cualquiera podía mantener una pelea, entre las manadas era conocido por su fuerza y destreza, no entendía que sucedía a quien se enfrentaban.
Madeleine intentaba seguir el paso de ambos hombres, pero sus zancadas eran muy diferentes a la suya, pensaba en las palabras del mayor queriendo encontrar el porqué de ellas, pero por lo sucedido no podía procesarlas así que las dejó de lado no era el momento, Carlos no había podido decir mucho uno de los hombres había llegado agotado por correr para avisarles que era urgente ir a la casa. Sebastián se adelantó con Valentina por más que le pidió que se quedara esta no acepto, Sofía por su parte espero a Carlos en la casa del árbol, cuando llegaron continuaron el camino, Alexter iba intranquilo sin poder concentrarse, por más paso rápido Madeleine entendía que con ella ellos tres se frenaban.
—Alexter... — la voz de Madeleine lo hizo detenerse, para girarse a ella «Sé que solo los detengo, es necesario que vayas a la casa lo más pronto posible yo seguiré a mi paso rápido, pero tú debes alcanzar a Sebastián...» dijo ella, Carlos y Sofía aguardaban dándoles espacio a unos pasos de ellos.
—Madeleine... — quiso negarse a dejarla, pero ella lo detuvo.
—Por favor llega a la casa, debes saber que sucedes y es importante que estés ahí...— él, la miro por un largo momento a los ojos, asintió después de un momento antes de irse el tomo su mano sin decir nada, después de una leve caricia se giró a Carlos.
—Protégelas... pase lo que pase — con esas palabras se soltó de ella y se fue corriendo lo más rápido que pudo.
Madeleine miraba el camino con atención hasta que él se perdió, continuo su paso detrás de Carlos y Sofía, el silencio y la preocupación de los tres se podía sentir en medio del silenció del bosque, la oscuridad estaba haciéndose cada vez más presente haciendo más difícil divisar sus pasos.
Sebastián llego mucho antes con Valentina a la casa, desde que se adentraron en las cercanías de la casa todos sus hombres estaban alertados por la presencia de posibles lobos, uno de ellos le informo que había llegado Maximiliano todo lastimado por el ataque de lobos pero no pudo pronunciar más palabras que les dijera en qué lugar, un grupo de ellos salió en búsqueda de rastros por el camino por donde Max llego, aun esperaban el regreso de estos pero el alfa Guillermo los tenia a todos vueltos locos con la seguridad. Corrió hasta toparse con su padre dentro de la casa que esperaba noticas del doctor ya que estaba dentro con el malherido.
— Pero ¿qué ha pasado?... — lo miró confundido.
—Es lo que quiero saber, ¿Alexter dónde estás? —se acercó a él.