El Alfa Enamorado.

Capítulo 45

 

Te necesito…

 

 

Las situaciones siguientes se fueron haciendo cada vez más raras, el lugar donde el lobo gris se resguardaba no era muy lejos de las tierras de Maximiliano, al llegar se percataron que algo había pasado antes, lobos heridos y algunos cuantos hombres defendiendo la casa; para ellos no fue nada enfrentarse, así que pudieron entrar sin problema, dentro de la casa Alexter se dispuso a buscar a Madeleine, no podía aceptar las palabras de ese monstro diciéndole que ella había muerto, algo en su corazón le decía que ella estaba viva, recorrió la planta baja de la casa, con la esperanza de encontrarla y acabar con el lobo gris pero de ese demonio no había rastro alguno, Sebastián por su parte lideraba contra los hombres lobos que ponían resistencia en cuidar esas tierras, después de un tiempo logro controlar el lugar, Alexter decidido a correr escalera arriba se quedó estático al sentir ese dulce aroma, no había duda... cuando sus ojos pudieron enfocar a Madeleine tambaleándose; perdiendo el control de su cuerpo, antes de desplomarse por completo la tomo entre sus brazos, miro en dirección de dónde provenía, espero ver a alguien siguiéndola pero no fue así, sin pensarlo más salió con ella, al verle Sebastián ordeno retirada.

 

—He preguntado a los hombres del lobo gris y no sabes nada de Maximiliano — dijo Sebastián de prisa alcanzándolo.

 

—Es demasiado arriesgado seguir aquí, debemos regresar e informar a Adrián después tomaremos medidas — contesto Alexter caminando sin esperarlo.

 

El camino de vuelta a la casa fue lento la adrenalina que Alexter sentía hacía que su cuerpo temblara, se aferraba al cuerpo de Madeleine buscando un momento de paz, sabía que si ese momento llegaba la realidad le golpearía, su padre ha muerto pero su pasado, ese aún vivía... «el lobo gris debe morir» en su mente cruzaba una y otra vez ese pensamiento, miro de nuevo el rostro de Madeleine observó las ojeras debajo de sus ojos, maldijo mil veces, podía ver los daños de esos días, su piel mostraba daño y sus labios partidos por falta de líquidos en su cuerpo, suspiro pesadamente, el tiempo pasó y al ver cerca sus tierras pidió que el auto se detuviera, Sebastián lo miro extrañado.

 

—Puedes cuidar de Madeleine, necesito... — dijo Alexter bajando del auto, mirando a Sebastián a los ojos, no necesito decir más, su hermano asintió y con eso el mayor se perdió entre los arboles corriendo.

 

Sebastián entendía a su hermano mayor, siempre había sido así, cuando la desgracia tocaba su puerta él se aislaba buscando control dentro de él, Alexter ahora seria de nuevo el alfa y entiende que no es la mejor manera de serlo de nuevo, se acercaron a la casa, entro con Madeleine entre sus brazos pidiendo que el doctor fuese con él, María ordeno todo a pesar de estar lastimada, el doctor reviso a Madeleine con calma, presentaba deshidratación y desnutrición, pero lo más importante era hidratarla, así que podía considerarse estable, le coloco un suero intravenoso y pidió paciencia, ella necesitaba descansar, después de unas horas se retiró dejándolos solos con ella.

 

—María, mi padre... han preparado todo — dijo Sebastián sin ánimos.

 

—Si joven, le he avisado a Carlos vienen en camino con las muchachas — dijo limpiando una de sus lágrimas, se sentí abrumada por todo.

 

—Bien, entonces descansa yo me quedare con ella, Alexter necesita tiempo y espacio cuando esté listo estará aquí ante la manada como el alfa... solo necesita tiempo — tomó asiento mirando como el sol se perdía en el horizonte.

 

—Está bien, yo... solo quisiera que se me permitiera estar con tu padre hasta que llegue el momento — dijo con tristeza.

 

—Acompáñalo, sé que esa sería su voluntad, María gracias por todo — la miró dulcemente.

 

Ella salió de ahí con dificultad hasta la habitación de don Guillermo, entró sin hacer ruido con manos temblorosas se acercó hasta la cama donde el cuerpo del mayor era cubierto con unas cuantas sabanas, se sentó en la cama y poso una de sus manos sobre las de él que permanecían cruzadas en su pecho, había ordenado que fuera preparado, no permitirá que Sofía viera a su padre en mal estado, podía imaginarse el dolor que vive en esos momentos al regresar a casa y saber que él ya no está.




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