El Alfa Enamorado.

Capítulo 47

El alfa enamorado...

 

 

 

Madeleine permanecía estática frente a su maleta que había hecho y deshecho tres veces, se detuvo mirando la ropa entre sus manos, después de decirle a Alexter lo de Gabriela el mayor había desaparecido, llevaba exactamente siete días sin saber de él.

 

— Necesito tiempo Madeleine... Necesito entender... yo, realmente perdóname.

 

— Tengo que resolver esto...

 

— Es mentira...

 

— ¿Por qué ahora?

 

— Te entiendo, se porque no me lo dijiste en su momento....

 

—Renato es un cobarde...

 

—Ella para mi.... Lo siento Madeleine ella es mi esposa...

 

 

Se repetía una y mil veces en su mente el rostro desencajado del mayor, se sentía dolida, pero al final lo sabía a la perfección que eso iba a pasar, Gabriela después de todo era su esposa y eso no se puede cambiar, tenía dos días en los cuales la decisión de irse llego a su cabeza, Valentina la detuvo y Sebastián insistió que le diera tiempo a su hermano, pero... « ¿Tiempo para que... para que me deje?» Ese pensamiento, la lleno de miedo apretó la ropa en sus manos y la aventó de vuelta a la maleta.

 

María llamo a su puerta, entró después de escucharla decir adelante, la mujer la miro por un largo momento en silencio poniendo atención en la maleta.

 

—No te puedes ir, no ahora que las cosas están volviendo a la normalidad — dijo María sentándose frente a ella tapando la maleta en la cama.

 

— ¿A la normalidad?, la esposa de Alexter está viva o eso parece, creo que entienden todos que yo estoy de más, lo mejor es tomar esa maleta e irme sin mirar atrás; aunque me duela — dijo Madeleine levantándose para mirar por la ventana el paisaje, soltó el aire en sus pulmones y salió de la habitación.

 

Camino escalera debajo de prisa, antes de poder salir Sebastián entraba por la puerta principal, miro a Madeleine fijamente. Ella pudo descifrar en su rostro que no había encontrado a Alexter.

 

—Si él desea no ser encontrado, no lo encontraremos Madeleine, él volverá... — dijo tratando de ser optimista Sebastián.

 

—Está bien Sebastián, yo sé que no es una situación fácil, tampoco quiero forzarlo a que regrese si eé no desea eso... me iré mañana por la mañana... solo quiero que lo sepas — dijo pasando de largo por su lado.

 

Sebastián no tenía un argumento válido más que solo las esperanzas que alentaba en el corazón de ella, pero si no hablaba con su hermano no podía decir nada más. Madeleine camino rumbo al huerto, el árbol de Gabriela había sido vuelto añicos por Alexter...

 

— Te harás daño Alexter por favor... detente

 

Sus suplicas no bastaron, Sebastián tuvo que alejarla sino ella hubiera sido lastimada, en Alexter se había desatado una furia incontenible que ni el mismo podía frenar, Madeleine observó el árbol que fue levantado de raíz, partido, ahí quedaron algunos cortes parecidos a estacas listas para perforar, unas cuantas cuerdas intentaban delimitar para que nadie saliera lastimado especialmente los niños, al ser un árbol gigante les estaba tomando tiempo cortarlo iniciando desde las ramas principales. No sabe cuánto tiempo paso, pero el ambiente empezaba a oscurecerse poco a poco, el sol daba paso a la luna.

 

Madeleine miró al cielo que pintaba unas cuantas estrellas, dejó correr unas lágrimas que limpio, al final su destino había cambiado. Permaneció ahí sin darse cuenta de que todo ese tiempo era observada.

 

Los gritos de los hombres de la manada empezaron a llenar el silencio de la noche con fuerza anunciaban lobos, se giró mirando el paisaje contrariada, pero cerca de ella no parecía haber peligro.




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