El Alfa Enamorado.

Epílogo

 

Alexter corría como de costumbre entre los arboles de regreso a la casa principal, desde ese día las cosas no eran igual necesitaba estar al pendiente de las tierras de la manada ahuyentando posibles enemigos, ya no se llevaría las cosas con calma no dejaba que nada se le pasara ni por error, jamás se perdonaría lo que paso ese día ni en un millón de años lo superaría, la noche daba paso al amanecer; ya han transcurrido exactamente un poco más de doce meses, la manada Itreque ha trabajado duro en salir adelante. Se detuvo cerca de uno de los inmensos árboles que adornaban el paisaje, pero este tenía sus raíces prominentes, se sentó en ellas mirando fijamente las flores apiladas una sobre otras como regalo de la manada.

 

—Este siempre será tu lugar, tu perteneces aquí — dijo en voz alta, miró al cielo que se teñía de naranja y del azul característico; antes de seguir su paso limpio una lagrima que corría por su mejilla, se había prometido no volver a llorar...

 

Pasaron unos cuantos minutos cuando llegó a la casa principal esta que en unas horas olvidaría su silencio llenándose de voces y de personas, Sofía y Carlos unirían sus vidas en matrimonio, Sebastián y él apoyaron la decisión considerando a su amigo digno de su hermana, por su parte Sebastián había aceptado ante todos su relación con Valentina meses antes que dieran la noticia de que ella estaba embarazada, ella ahora cerca de los seis meses lucia radiante, Sebastián no podía ocultar su felicidad, aunque expresarse seguía siendo nada fácil para él.

 

Por su parte Maximiliano y Adrián se mantenían en contacto; de su madre y hermana o sabían nada, cuando regresaron a la casa ellas habían desaparecido. Contrariados por la actitud de ambas emplearon todo ese tiempo en buscarlas, pero parecía como si la tierra las hubiera tragado al igual que el cuerpo del lobo gris, sin rastro de los tres ninguno bajaba la guardia.

 

Alexter entro a la casa notando que aun todos dormían subió hasta su habitación dispuesto a tomar un baño, sin hacer mucho ruido regreso a su cama tomando un pequeño momento para descansar, desde ese día no dormía... permanecía angustiado he inquieto. Su hermano llegaría en unas horas con algunos suministros que necesitaba en la casa principalmente para la cocina. Decidió descansar para sentirse repuesto y listo para ese día agotador.

 

El toque insistente de su puerta lo hizo abrir sus ojos molesto, él juraba que escasamente había cerrado sus ojos unos minutos.

 

— ¿Qué pasa? — abrió molesto la puerta.

 

—Alexter que pretendes todos ya están listos para la ceremonia y tú ni tus luces, vístete ya — ordenó María, miró el reloj dándose cuenta que así era, esos minutos habían sido horas unas largas horas.

 

—Pero que... ¿ya llego Sebastián? — dijo de prisa

 

—Sí, desde hace rato — contestó María

 

— ¿Dónde está? — volvió a preguntar, ella sabía lo que él quería, pero no tenía tiempo.

 

—Como estamos todos ¨ocupados¨, no como tú que te duermes, anda alístate Sofía está desesperada — ordenó sin salir de la habitación.

 

Alexter al ver que María no lo dejaría en paz obedeció a regañadientes, después de alistarse de prisa y sintiéndose que va a una carrera de velocidad sale de su habitación conducido por ella.

 

—María soy el alfa, te recuerdo — dijo mal humorado

 

—Sí, y es la boda de mi hijo — con eso mató reclamo alguno del otro.

 

Como era de esperarse todo estaba listo afuera, alzó su vista recorriendo uno a uno de la manada, el grito de todos de emoción por ver a la novia no le permitió avanzar entre ellos, Sofía bajaba imponente en un vestido blanco totalmente pegado al cuerpo enfatizando su minúscula cintura y su cuerpo de reloj de arena, lucia hermosa y elegante con una sonrisa que opacaría a cualquier estrella. Tan diferente a tiempo atrás pensó Alexter sonriendo de verle contenta.

 

El bosque fue adornado delicadamente con flores blancas en su mayoría rosas, unas cuantas luces y velas en las mesas daba un ambiente perfecto y cálido, aprovechaban que la primavera estaba por llegar y con ello el calor no les molestaría. Alexter suspiro melancólico ante esa imagen.




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