Sophia.
Corrí sin mirar atrás. La mansión, las luces, los rostros, todo quedó atrás, borroso, irreal. Solo corrí. Como si pudiera dejar atrás el dolor si me alejaba lo suficiente.
El me rechazo delante de todos y fue lleno de odio, no me acepto como soy una omega, su alma gemela, las lágrimas brotan de los ojos con fuerza nublando mi vista y tropiezo con una rama cayendo al suelo y grito fuerte en el oscuro y silencioso bosque.
"Ella no puede ser mi alma gemela."
"Yo Liam Blake, futuro alfa de la manada luna de plata. Te rechazo a ti como mi pareja destinada y luna de esta manada."
Su voz me taladraba la mente como un eco cruel que no se apagaba, en la manera que me rechazo duele mucho y el asco en su mirada en mi fue lo peor, pero el lazo aún no se rompe sigue intacto.
Él no me quiso me rechazo sin conocerme solo porque soy una omega, porque no pensó en dar una oportunidad, porque a mi. Podría tocarme a alguien más pero me tocó el, vuelvo a gritar otra vez mirando la luna
Grité con el alma.
Con el corazón desgarrado.
Con la furia de alguien que fue partida en mil pedazos frente a todos.
—¡¿Por qué?! — grité al cielo. A la luna. A lo que fuera que me escuchara. —¿Por qué me diste una alma gemela que me odia?
Mi cuerpo temblaba. Mi respiración era un jadeo. Las lágrimas caían sin parar, calientes, saladas, implacables, empañando mi vista.
¿Por qué me diste una alma gemela que me odia?
¿Por qué me diste esperanza para luego aplastarla frente a todos?
No había consuelo, estaba sola en el bosque, salí corriendo sin mirar atrás ignorando el llamado de mis padres y de mis hermanos, y aquí en el bosque estoy sola. No había brazos que me abrazaran, ni palabras que suavizaran el golpe para calmar el dolor del rechazo de mi pareja destinada. Por su voluntad me rechazo sin importar qué podía acontecer después con su rango.
El futuro alfa, y pensó que no sería digna de ser una luna delante del en la manada, soy una omega.
El vínculo no desaparece de inmediato, y yo no acepte su rechazo, la voz se me corto cuando sentí el dolor de su rechazo hacia mi. El vínculo se siente como un hilo invisible que me hala hacia él, aunque me haya rechazado. Se siente fuerte.
Me quedé en el bosque por horas. No quería regresar. No quería ver a mis padres con sus rostros triste por mi rechazo, Samuel apenas tiene 4 días que lo rechazaron y a su otra hija la han rechazado hoy.
El futuro alfa.
Mi alma gemela.
El que me rechazó como si no valiera nada.
Me levanto del suelo y me sacudo el vestido para quitar un poco el sucio, entre la oscuridad camino hacia mi casa aunque no sé dónde ir pero mi instinto me dice donde me debo guiar. La luna estaba en lo alto cuando regresé a casa, las luces aún están prendidas y entre la ventana veo a mi familia sentado en la sala preocupado, por mi, me fui sin dejar que ellos me siguieran.
Camino hasta la puerta y la abro, ella levanta la mirada y mi madre corre hasta mi abrazándome, pero no lloro, mis ojos duelen de toda la lágrima que derrame en el bosque.
—Hija estaba preocupada por ti, gracias a la diosa luna que estás bien. — dijo mi madre quien me ve con los ojos lleno de dolor y pena.
Odio esa mirada.
Me suelto de su abrazo y mirando a mi familia sin decir absolutamente nada, subo las escaleras y me dirijo a mi habitación y en el espejo me veo. Mi vestido celeste sucio y roto, mi hombro y brazos tiene marcas de rasguño por las ramas de los árboles en el bosque, mis ojos hinchados y rojos de tanto llorar y mi rostro triste y lleno de dolor por el rechazo.
Voy al baño a quitarme el sucio en mi cuerpo con agua fría y vuelvo a llorar, mis lagrimas se unen con el agua que cae de la ducha. Termino de bañarme y en mi habitación me pongo mi pijama, me acuesto en la cama mirando el techo. El corazón aún dolía, pero algo más despertaba dentro de mí. Una fuerza que no conocía, una fuerza extraña. Una voz que me susurraba:
"Él te rechazó. Pero el destino aún no ha terminado contigo."
Y me asusto, es la primera vez que escucho una voz dentro de mi, mi lobo nunca me hablo desde que tuve mi transformación. Me siento en la cama sintiendo una presión fuerte en mi pecho y miro el cuadro de la luna roja carmesí sintiendo una conexión bastante extraña. Como si algo va a suceder en mi vida durante el rechazo. Dejo de pensar en eso y con la luz apagada me duermo en mi cómoda cama.
•••
Despierto y lo primero que siento es el lazo. Aún lo sentía. A pesar del rechazo, a pesar de todo, seguía latiendo como si una parte de él todavía estuviera atada a la mía, como si su rabia me quemara desde dentro, como si el vínculo se retorciera entre nosotros, sufriendo, negándose a morir.
¿Tan repugnante soy por ser una omega?
¿Tan poco valgo para él?
Dejo esas preguntas sin respuestas en mi mente, me levanto de mi cama y en pijama voy al baño donde me veo al espejo otra vez, mis ojos siguen hinchados y empiezo a bañarme. Al terminar y en mi habitación me visto con algo cómodo, al terminar bajo a la cocina donde mi familia desayuna, en silencio me siento en una de las sillas de la mesa, mi madre me sirve mi desayuno y en silencio empiezo a comer. Ellos me observan con pena, tristeza y enojo.
—Yo estoy bien. — digo para calmar la tensión en la mesa.
—No mientas Sophia, sé perfectamente por lo que estás pasando. — añade Samuel enojado, Simón lo mira para que se calle.
—No le eches leña al fuego hermano. — dijo Simón y su gemelo rodea los ojos.
—Solo dijo la verdad, yo fui rechazado por una alfa y ella también. Porque tiene que mentir que está bien donde no es así.
—Silencio. — ordena mi padre y él calla enseguida. —Vamos a desayunar con tranquilidad y dejemos ese tema atrás.
Mi padre es así, no le gusta hablar de problemas en la mesa mientras comemos. En silencio los cinco terminamos de comer, mis padres van a la mansión del alfa. Yo no quiero ir allí, no quiero ver a Liam. Me moriría de vergüenza de verlo hasta lo podría odiar, pero mi loba no me dejaría odiarlo. Salgo de la casa y veo a omegas caminar en la calle, la chica rubia de ayer me ve y yo la saludo. Camina hasta a mi y se presenta: