El algoritmo de tu amor

Capítulo 3

Dejo caer los libros de golpe en la mesa del comedor.

—Uh, ¿mal día? —pregunta Lexi al levantar la cabeza y verme.

—Algo así, luego lo hablamos —murmuro levemente al ver que en la mesa no nos encontrábamos solas.

Me acomodo en el asiento y suspiro pesadamente. Decir que fue un día malo es un eufemismo. Cruzo las piernas y cierro los ojos, masajeando mi entrecejo. Esa mirada me persigue en la mente.

—Muñeca, aquí traje tu almuerzo —me sobresalto al oír la voz de Nicholas. Le sonrío, agradecida. Él toma asiento a mi lado y pasa su brazo sobre el respaldo de mi asiento, acariciando levemente mi hombro.

Un fuerte golpe a mi lado me asusta, alertando a muchos en el comedor. Levanto la mirada y me sorprendo al ver a Destiny, algo enojada.

—¿Viste al chico nuevo? —cuestiona, viéndome ceñuda.

—Debes ser más específica, hoy vi a muchos chicos nuevos —respondo, llevando un pedazo pequeño de carne a la boca.

—El único que estaba de verdad bueno —entrecierra sus ojos.

Finjo una mueca pensativa y termino negando con la cabeza. Ella suspira, controlándose. Sabe que no puede pasarse de la raya conmigo sin que los demás salten en mi defensa, ya hemos pasado por esa situación.  

—Hablo del hombre de espectaculares ojos verdes —revela.

Mis ojos vuelven a ella y le envían una clara advertencia que ella claramente decide pasar por alto. Sé de quién se trata y no me gusta nada que ella haya puesto sus ojos sobre él.

—Él tiene alto potencial para ser uno de nosotros y adivinen dónde está.

—¿Dónde está? —pregunta Nick, sin darle mayor importancia pero respondiendo para que el tema termine de una vez.

—¡En la mesa de los nerds! —exclama, atrayendo la atención de todos en la mesa.

Abro los ojos, sorprendida y sin poder disimular ni un poco, volteo en su búsqueda y ahí lo encuentro. Ríe con una chica, frente a él. Frunzo el ceño, repasándola rápidamente con la mirada. ¿Quién es esa?

—¿Es que este niño no aprende? —susurro para mí misma, con el ceño fruncido.

—¿Quién es? —pregunta Lexi, ahora interesada.

—Fuentes confirman que se llama Kyler —afirma Destiny.

—Kyler... ¿Kyler Gibson? —indaga por lo bajo algo confundida, como si estuviera saboreando su nombre y preparando su cabeza para la gran noticia.

—¡Exacto!—exclama emocionada como si acabara de descubrir el nombre del amor de su vida.

Suspiro, volviendo mi vista a la comida. Derrota, se siente el olor a derrota en el lugar.

—¿No te ha gustado la carne que te he traído, muñeca? —cuestiona el pelinegro a mi lado.

—Me gustó mucho, es sólo que no tengo mucho apetito hoy —respondo levantando mi mano y llevando un mechón de su cabello hacia atrás.

Nick sonríe y se inclina para besarme cuando la exclamación de Destiny nos sobresalta.

—¡Viene hacia aquí! ¿Me veo bien?

—Lo mejor que puedes verte —contesta Lexi, provocando la risa de los jugadores que se encontraban junto a Nick. Sin embargo, Lexi estaba observando fijamente al muchacho nuevo. Sabía lo que pasaba por su cabeza, era casi lo mismo que pasó por la mía. ¿De verdad es él? Y si es él, ¿por qué lucía tan distinto? 

Un suspiro sale de mí, Nick me observa algo confundido pero mi atención no está sobre él sino en el chico nuevo. Quien pasa por nuestro lado sin mirarnos siquiera, aunque todos nosotros sí que lo observábamos.

—¿Qué tiene de interesante ese nerd? —cuestiona Jeff, amigo de Nick.

Nick se encoge de hombros—. Las mujeres son difíciles de entender.

Lexi lanza un grito sorprendido—. Ustedes son lo suficientemente imbéciles como para no entendernos.

Ruedo los ojos, estos dos se llevan como el agua y el aceite, siempre va a ser así.

Observo su caminar, lento y seguro, muy distinto a lo que fue hace años. Se dice que la gente cambia con el paso del tiempo y...

—¡Megs! —exclama, asustándome.

—Destiny, no grites, los populares no gritamos —dice Lexi, algo sarcástica.

La morena, molesta, se levanta y camina por el mismo camino que se fue el chico nuevo. Me preocupo al instante.

—Megan, no debes ir tras él como antes —me susurra la rubia al ver que estaba a punto de levantarme del asiento. Ella lo recuerda realmente, recuerda todo lo que pasamos, lo que pasé por él. Levanto la cabeza rápidamente y me tranquilizo al ver que todos están en sus asuntos. 

Prometo cuidarte siempre, niño ñoño.

Como si mis pensamientos pasados me impulsaran, me incorporo y camino hacia la salida ignorando los sutiles llamados de Lexi.

Paso las grandes puertas del comedor y camino rápido, viendo de lado a lado si puedo encontrarlo. Algunos estudiantes me saludan o sonríen, me veo obligada a responder pero sin despistar mi búsqueda y cuando estoy a punto de darme por vencida, lo veo.

Sonriente.



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En el texto hay: prohibido, badboy

Editado: 26.08.2018

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