Carolina estaba en modo película romántica.
Literalmente. Vestido rojo sencillo, cabello con ondas suaves y un brillo en los labios que parecía sacado de un comercial.
—¿Y? ¿Qué tal? —preguntó dando una vuelta frente a Ana y Valentina, que estaban sentadas en la cama de su cuarto.
Valentina chasqueó la lengua.
—Si me preguntas a mí, pareces lista para vender perfumes, no para una cita.
—¡Eres una envidiosa! —Carolina le lanzó una almohada—. Rodrigo va a quedar encantado.
Ana sonrió, aunque por dentro se moría de los nervios como si fuera ella la que iba a la cita.
—Relájate, Caro. Es solo un café con un tipo que te mandó flores.
—Exacto, ¡flores! Eso ya dice mucho de él —respondió Carolina con los ojos brillantes.
Valentina levantó las cejas.
—Sí, dice que es un cliché con piernas.
Todas rieron, incluso Carolina, aunque se cruzó de brazos después.
—Pues prefiero un cliché que un desastre, gracias.
Ana suspiró. En el fondo, envidiaba un poco la emoción de su amiga. Para ella, lo único que tenía la app era al insoportable de Christopher, y eso no le hacía gracia.
Rodrigo llegó puntual. Tan puntual que Ana y Valentina ni siquiera alcanzaron a irse antes de que él tocara el timbre.
Carolina bajó corriendo las escaleras, y ellas la espiaron desde la ventana.
El ingeniero era exactamente como ella lo había descrito: alto, camisa perfectamente planchada, sonrisa encantadora… y un ramo de tulipanes en la mano.
—Ay, no puedo —Valentina se cubrió la boca riéndose—. ¿En serio otro ramo?
—Shhh —Ana le dio un codazo, aunque también se aguantaba la risa.
Carolina salió con él, radiante. Por un segundo, Ana se preguntó si de verdad existían hombres así, o si el algoritmo estaba fabricando clones de caballeros perfectos.
Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, Christopher estaba sentado en un bar pequeño con Mateo y Diego.
—Bro, ¿es en serio? —Mateo casi escupió su cerveza—. ¿La app insiste en que tu alma gemela es tu vecina?
Christopher se llevó la mano a la cara.
—No mi vecina… esa vecina. La que se cree la reina del sarcasmo.
—Ana, ¿cierto? —preguntó Diego, levantando una ceja—. La he visto un par de veces. No parece tan terrible.
—Porque no vives pared con pared con ella —bufó Christopher—. Es mandona, siempre está criticando todo… y encima me odia.
—Ajá, y aun así llevas diez minutos hablando solo de ella —se burló Mateo, dándole un golpe en el hombro.
Christopher lo fulminó con la mirada.
—No es gracioso. Quiero eliminar la app, pero cada vez que lo intento, me aparece otra notificación con su cara.
Diego sonrió con calma.
—Tal vez deberías dejar de pelear con el destino y probar.
—¿Probar qué? ¿Una cita con la mujer que me miró como si fuera una cucaracha la última vez que hablamos? No, gracias.
Mateo se inclinó hacia él, con una sonrisa pícara.
—Bro, admítelo. Si de verdad la odiaras, no estarías tan obsesionado con demostrarlo.
Christopher se quedó callado. Le dio un sorbo a su vaso, intentando ignorar la verdad incómoda que se escondía en esas palabras.
La cita de Carolina fue, en apariencia, perfecta.
Rodrigo abrió la puerta del carro, pidió el café favorito de ella sin que lo dijera dos veces, y hasta sabía escuchar sin interrumpir.
Pero… había un detalle.
Mientras hablaba, usaba constantemente diminutivos.
—“Cafecito para mi Carito.”
—“Qué lindecito te ves con esa sonrisita.”
Carolina sonrió y sonrió, aunque por dentro empezaba a sentir que estaba en una versión beta de Blancanieves.
Al volver a casa, encontró a Ana y Valentina esperándola como dos detectives.
—¿Y? —preguntó Ana, apenas abrió la puerta.
—¿Ya se casaron o qué? —añadió Valentina, con los brazos cruzados.
Carolina suspiró, dejando el ramo de tulipanes en la mesa.
—Fue… lindo. Demasiado lindo. No sé si eso es bueno o malo.
Valentina soltó una carcajada.
—Traducción: casi mueres de empalagamiento.
Ana, en cambio, pensó en silencio. Quizá la perfección no era tan perfecta después de todo.
Y por un instante fugaz, la imagen de Christopher sonriendo —esa sonrisa de foto robada que tanto la irritaba— apareció en su mente.
Lo sacudió de inmediato. No, ni loca.
✨ Fin del Capítulo 5 ✨
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comedia romantica, romance contemporaneo, ficción tecnológica
Editado: 17.09.2025