El alma que nunca se fue

Pos si es el fin, EPILOGO

El viento soplaba suavemente, como si acariciara la tierra con una ternura que Hades no había conocido antes. El horizonte se teñía de colores cálidos, como si el día mismo estuviera despidiéndose en un susurro tranquilo. A medida que caminaba por el campo, Hades se dio cuenta de que, aunque su condena no había terminado, había encontrado algo más valioso: la paz interior. El dolor no había desaparecido por completo, pero ya no le dominaba. Había aprendido a convivir con él, a aceptarlo como parte de lo que era, sin dejar que lo definiera.

Había pasado años observando el mundo desde las sombras, ayudando a aquellos que encontraba en su camino, entregándose a las pequeñas acciones de bondad. Cada gesto, por insignificante que fuera, le daba un propósito. Había conocido el amor en su forma más pura, el amor que no se basa en la posesión ni en el ego, sino en la capacidad de dar sin esperar nada a cambio.

Un día, mientras caminaba por un sendero solitario, Hades vio algo que nunca antes había imaginado: una flor. No era una flor común. Era una flor especial, que brillaba con una luz tenue, como si emanara un resplandor propio. Se acercó con cautela, maravillado por su belleza. En el instante en que tocó sus pétalos, algo profundo y antiguo despertó dentro de él. La flor era una representación de lo que había logrado: la aceptación, la redención y el equilibrio que había encontrado en su vida.

El viento se detuvo por un momento, y Hades escuchó una voz, suave y lejana, que venía de la misma flor.

"Has aprendido, Hades. Has encontrado lo que muchos nunca alcanzarán: el verdadero significado del amor y la paz. La muerte no es el final. Es solo una transición."

La voz era familiar, y Hades supo inmediatamente quién la hablaba. Era Charlie. Pero no la Charlie que había perdido, ni la ilusión que había creado en su desesperación. Era la esencia de lo que ella representaba: el amor, la compasión y la redención.

"Charlie," murmuró Hades, su voz cargada de emoción. "Pensé que te había perdido para siempre."

"Nunca me perdiste, Hades. Estoy aquí, en cada acción que haces, en cada vida que tocas. Lo que aprendiste, lo que lograste, es lo que me mantiene viva en ti. No busques más, porque ya has encontrado lo que buscabas."

Hades cerró los ojos, sintiendo una paz indescriptible invadirlo. Sabía que la muerte no podía regresar a lo que había sido, pero tampoco lo deseaba. La muerte ya no era su condena, sino su enseñanza. Había encontrado la redención no al eliminar el dolor, sino al aprender a vivir con él y, al mismo tiempo, compartir lo que había aprendido con los demás.

Cuando abrió los ojos, la flor había desaparecido, pero la sensación de plenitud permaneció en su corazón. El viento volvió a soplar, y Hades entendió que su viaje había llegado a su fin. Ya no era la Muerte que había conocido antes. Ya no era un ser condenando almas a su destino. Era alguien que había aprendido a dar sin esperar, a amar sin poseer, a vivir sin temer.

Al mirar el horizonte, Hades supo que su papel en el mundo no había terminado, pero ahora lo desempeñaría de una manera nueva. Ya no se trataría de tomar vidas, sino de guiar a las almas hacia el equilibrio. Ya no sería el destructor, sino el protector. La muerte no sería su condena, sino su camino hacia la comprensión de lo que realmente significaba existir.

Con una sonrisa tranquila, Hades dio un paso hacia el futuro, donde la vida y la muerte ya no serían opuestas, sino dos fuerzas que coexistían en armonía. La redención no era solo suya. Era un regalo que ahora podía compartir con el mundo entero.

Y así, mientras el sol se ponía en el horizonte, Hades dio su último suspiro, no como la muerte, sino como un ser redimido, listo para abrazar todo lo que la vida tenía para ofrecer.

La muerte ya no era su condena. Era su libertad.

CHAO




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.