A todos los que alguna vez han sentido que el destino estaba escrito en su contra, pero aun así decidieron desafiarlo.
A quienes han amado más allá de los límites del tiempo, del dolor y de la misma muerte.
A mis lectores, por adentrarse en esta historia y darle vida con cada página leída, con cada emoción sentida. Sin ustedes, este viaje no sería el mismo.
A mis seres queridos, por su apoyo incondicional, por creer en mis palabras incluso cuando yo misma dudaba.
Y, por último, a las historias que nos encuentran cuando más las necesitamos, recordándonos que, aunque todo parezca perdido, siempre hay una luz esperando en el camino.
Gracias por acompañarme en este viaje. Nos vemos en la próxima historia.
— Pierina Y. Diaz