El amante del pantano de Nil (libro 1)

un amor joven

 

La batalla contra el espíritu maligno ha terminado, Valle de cobre puede dormir tranquilo,

la lluvia ahora cae ligeramente, como si descansara, Alejandro se ha llevado a Bardana

y a Leonardo con él, la batalla los ha dejado hambrientos y necesitan saciar su sed y

no solo se los llevó a ellos, Beatriz los acompaña, ni siquiera le dio la opción de

negarse, nuestros amigos caminan bajo la lluvia en el espeso bosque, Beatriz está

nerviosa, no sabe por qué Alejandro la trajo con ellos, cree que talvez la lleva a un

lugar alejado para castigarla aun a pesar de haber ganado la batalla.

—¿Por qué todos están tan callados? ¿A dónde vamos? No tengo el valor de

preguntar, Alejandro tiene esa aterradora aura emanándole del cuerpo, no sé como

Ginebra puede estar tan cómoda con él, me imagino que va a azotarme en algún lugar

alejado donde nadie pueda escuchar mis gritos. —dice Beatriz en sus adentros.

La bruja de Misfa esta empapada, tiene frío, esta exhausta, por alguna razón le ha

dado migraña.

—¿Qué es esto? —Beatriz comienza a sacar humo por la boca, está temblando, una

hipotermia se apodera de su cuerpo, los vampiros van adelante de ella dejándola atrás.

Mientras tanto, Leonardo le anuncia a su rey la victoria sobre aquel ente y las grandes

hazañas de la bruja.

—Lo digo con toda sinceridad, Beatriz es la bruja más poderosa que he visto, a pesar

de haber reprimido su fuerza por tantos años, su potencial es increíble, puede viajar al

mundo espiritual sin problema y no solo eso, llevó a tres personas con ella, lo que digo

es, que podría considerar su castigo mi señor, ella no falló a su encomienda.

—¿Crees que voy a castigarla? —pregunta Alejandro con seriedad.

—No lo sé, si no… ¿por qué la trajo con nosotros?

—Por eso.

—¿Qué le pasa a la bruja? —pregunta Bardana sorprendido.

Leonardo voltea y ve como la piel de Beatriz comienza a mancharse de negro, un humo

oscuro sale de su cuerpo y esta cae al suelo mientras se convulsiona.

—¡Beatriz! —Leonardo corre para tomarla entre sus brazos, pero Alejandro se lo

impide.

—No te acerques, tiene una sobredosis.

—¿Qué?

—consumió la energía de muchas criaturas del mundo espiritual, su mayoría malignas,

su cuerpo tiene por defecto algo de humanidad, es mortal, en estos momentos no

tolera tanta energía oscura, por eso le sale del cuerpo.

—Pero somos en parte demonios, no me afectara si la toco.

—El rey no te detiene por eso, solo estorbarías, en estos momentos la bruja solo quiere

alivio no tus brazos. —dice Bardana mientras mantiene distancia.

—¡Su nombre es Beatriz! —le responde Leonardo con molestia.

—¡Cállense los dos!

Alejandro extiende su mano y comienza a succionar la oscuridad de Beatriz aliviando

así su dolor, una vez que Alejandro drena los restos malignos la bruja comienza a

mejorar y se recupera al instante volviendo así a la normalidad.

—¡Beatriz! —Leonardo va con ella y la revisa para asegurarse de que este bien.

—Dios… creí que iba a morir. —susurra Beatriz aliviada.

—¿Te sientes mejor? —pregunta Alejandro con cara de pocos amigos.

—Eh… sí, le agradezco por ayudarme… —Beatriz se postra delante de Alejandro para

agradecerle y este se da la vuelta dándole la espalda

—Vámonos, debemos cazar. -dice Alejandro mientras se aleja.

—Sí señor. —responden Leonardo y Johan.

—Tú te quedas. Expone Alejandro con voz fuerte a Beatriz quien los seguía.

—¿Qué? Creí que…

—Yo no castigo a quienes hacen bien su trabajo. —le responde Alejandro a Beatriz

mientras desaparece de su vista.

—¿Qué? —Beatriz se ruboriza, por primera vez escucha una palabra amable de

Alejandro, se ha quedado congelada mientras sus ojos ven desaparecer a los

vampiros, Leonardo la mira de reojo antes de marcharse.

—¿Hice bien mi trabajo? ¿entonces por qué diablos estoy caminando sola en este

apestoso bosque? ¿No quería castigarme? ¿Entonces por qué me deja caminar tanto?

¿Qué le costaba exorcizarme a mitad del pantano? Ash, todo está resbaloso, estoy

toda mojada, como me gustaría comer algo calientito, me estoy muriendo de hambre.

De pronto una pera le es arrojada a Beatriz en los pies.

—¿He? ¿Y esto? —al instante otra pera le da en la cabeza.

—¡Maldita sea ¡¿Quién fue? ¿Quién diablos me arrojó esta basura?

Beatriz mira a todos lados y a lo lejos ve a alguien asomarse de un árbol para después

esconderse de nuevo.

—¿Quién anda ahí? ¡Ya te vi! ¡sal de ahí maldita escoria! o si no, te agarraré a pata…

Beatriz enmudece al darse cuenta que es Aaron quien sale de su escondite con las

manos arriba en señal de paz.

—Eres tú… ¿Qué haces aquí? ¿Por qué desapareciste? Quería hablar contigo sobre…

Aaron se acerca con timidez a Beatriz y extiende sus manos para darle más fruta.

—¿Qué haces? ¿Recogiste esa fruta para mí? ¿Cómo sabias que tenía hambre? ¿Qué

pasaría por aquí?

Aaron no le responde nada y en eso se quita la capa y se la ofrece a la bruja.

—Eres demasiado amable para ser un vampiro.

Aaron no le sostiene la mirada y estruja sus manos repetidas veces como si estuviera

ansioso o nervioso.

—¿Qué haces ahí parado? Acércate, no muerdo, sé que mi carácter es aterrador, pero

estarás bien, vamos, sentémonos bajo ese árbol, nos cubrirá de la lluvia, gracias por la

capa, me la pondré porque estoy que me muero de frio.

Beatriz se pone de pie y se quita el camisón quedando solo con la ropa interior que le

cubre el pecho, para entonces ponerse la capa de Aaron, pero esta pega un brinco y se




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.