El amante del pantano de Nil (libro 1)

Conflagración

 

Por otro lado, Beatriz yace en la intemperie, después de haberse reunido todos con

Alejandro no puede dejar de tener un sentimiento agridulce, la niebla cubre sus pies, la

luz aun no asoma la cara y el sonido de los insectos nocturnos aun tocan su ultima

melodía, la bruja no puede dormir, todo lo que ha pasado la tiene pensativa y nerviosa,

sin pensar que el hecho de no saber de su amigo Aaron la tiene en blanco.

Unos pasos tranquilos se acercan, Leonardo se sienta junto a ella sin invadir la

tranquilidad que los rodea.

—¿No puedes dormir? —pregunta Leonardo con suavidad, dejando fluir su voz gruesa

y Beatriz se ruboriza.

—No, tengo muchas cosas en la mente, además debemos prepáranos en un rato.

—Hace mucho frío, estas temblando.

—Estoy bien, aún tengo puesto tu saco…

—Tu amigo está bien, Mi amo le perdonó la vida, ahora mismo debe estar cazando,

necesita recuperar sus fuerzas.

—¿Enserio? Gracias al cielo —Beatriz suspira aliviada y su rostro muestra un alivio

grande.

Leonardo siente tristeza al ver la reacción de su amiga y no puede evitar preguntarle.

—Eres muy unida a Aaron, desde la batalla contra Lilith los he observado, él no es

indiferente a ti, te quiere, lo hace de una forma correcta, me atrevería a decir que sus

intenciones contigo son honestas, por una parte, me alegro de que tengas a alguien

que te proteja, pero te mentiría si te dijera que estoy cómodo con eso. —Leonardo

sonríe levemente.

—Déjame hacerte una pregunta ¿Qué sientes por él? —Leonardo no la mira a los ojos,

no podría soportar escuchar su respuesta.

—¿Qué es lo que siento por él? Beatriz está pensativa y después de analizar con

cuidado sus palabras, responde. —Me siento enojada.

—¿Qué? —Leonardo está sorprendido con su respuesta.

—Se siente bien que alguien guste de ti, pero todo lo que él hace me parece tan ajeno,

fantaseo con alguien más todo el tiempo.

—No comprendo.

—Me hubiese gustado que otro vampiro me diera mi primer beso… —expresa Beatriz

molesta.

Leonardo la mira anhelantemente.

—¿Yo te quiero hacer una pregunta a ti? —expone Beatriz mirándolo fijamente.

—¿Qué soy para ti?

Leonardo siente un vértigo en el corazón y se paraliza.

—¿Qué debería responderte mujer? No podría explicártelo con palabras.

—¿Enserio? —un nudo se forma en la garganta de la bruja y decepcionada añade.

—Entonces no tienes nada que decir.

Beatriz se va de ahí dejando a Leonardo con mil cosas en el corazón

Por otro lado, Ginebra se encuentra acorrucada en los brazos de Alejandro, mientras

sus hijos duermen plácidamente.

—Nuestros hijos son hermosos, parecen ángeles. —dice Ginebra llena de amor.

—Son hijos de un vampiro ¿Qué esperabas? —expresa Alejandro jugueteando.

—Los amo con toda el alma, pero no sé si volvería a embarazarme, es muy doloroso

jeje.

—Hiciste un gran trabajo, te amo y admiro por la fuerza que mostraste en el parto,

fuiste muy valiente. —Alejandro le besa la mano.

—Creí que iba a morir… gracias a la perla que me obsequio la reina madre mi cuerpo

luce como si nunca hubiera dado a luz, lo que Fernando le hizo es imperdonable…

—Expresa Ginebra con mucha tristeza.

—Lo que ese miserable hizo no quedará impune, ha desatado una guerra entre mi

pueblo y la humanidad, mi gente pedirá su cabeza y eso es algo que no les voy a

negar.

—Alejandro… no castigues a toda la humanidad por su culpa, si has de castigar a

alguien que sea a él y a los traidores, por favor no hagas que se derrame más sangre.

Ginebra le suplica a Alejandro tener misericordia de su pueblo y este guarda silencio

para después responderle.

—Mi intención es asesinar al humano junto al partido simpatizante de la inmortalidad,

Bardana fue demasiado engreído en creer que podría derrocarme con su patético

grupo de aliados, pero aun hay algo a nuestro favor, el cree que no sé nada acerca de

su traición y tarde o temprano vendrá a buscarme, lo atraparemos en su propia trampa,

esa rata morderá el anzuelo que él mismo construyó, en cuanto a los humanos, haré mi

mayor esfuerzo en no meterlos en esto, pero si osan atacarme a mí o a los míos,

entonces mi querida Ginebra, entonces ellos perecerán.

—Entiendo, rezare por que no levanten su mano contra ti.

—Ahora, antes de que todo se salga de control deberíamos terminar lo que

Empezamos, faltan dos horas para que amanezca, ven a mi encuentro en cuanto la

noche termine, quiero ver a mi futura esposa vestida de gala.

Los ojos de ginebra brillan y se abren de par en par, mientras ella estaba dormida,

Alejandro reunió a todos para presentarles su plan de casarse con Ginebra al llegar el

alba, las cosas han tornado otro camino debido a lo que ha sucedido, los vampiros no

aceptaran a Ginebra si este no se une a ella en matrimonio y esto ni siquiera es una

garantía, pero al hacerla su esposa oficial tendrá más oportunidades de protegerla de los

opositores, pues si bien hay vampiros que respetan el vínculo más que a nada en esta

tierra, hay otros que no la aceptarán por el simple hecho de ser humana, así que

Alejandro debe acabar con todos sus recursos antes de que sea demasiado tarde,

ahora que sus hijos han nacido, no dejara que nadie amenace a su familia.




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