Una vez que Alejandro terminó de formar los equipos, Reinar salió de ahí molesto, su
padre lo siguió con la vista y lo dejó ir sin más, Percy fue detrás de él y trató de
animarlo, pues al menos el sí estaba emocionado porque les había tocado juntos en el
equipo.
—Vamos, no estés molesto, será divertido, velo de este modo, nos pagaran sin la
necesidad de arriesgar nuestras vidas. —exclamó Percy dándole una palmada en la
espalda.
—¿Estas bromeando? —le preguntó Reinar enojado.
—No te tomes las cosas tan enserio, probablemente tu padre nos puso en esta misión
porque los demás grupos ya estaban saturados, además no tiene nada de malo.
—Si mi padre confiara más en mí, me hubiera mandado con él, o por lo menos me
habría dejado ir al pueblo infestado de duendes, pero ponerme en una misión donde
solo se debe evacuar gente se me hace ridículo ¿Qué no le demostré en mi iniciación
que podía hacer lo que sea? Yo fui quien le arrancó esas cabezas a mis enemigos,
ningún novato ha hecho eso y aun así me quitan todo el crédito y se lo dan a Mirten,
creen que por ser hijo del jefe tengo privilegios y consideración y es todo lo contrario,
mi padre tiene más fe en su equipo que en mí. —dijo Reinar furioso.
—No digas eso, el señor Alejandro valora el esfuerzo de todo el grupo de cazadores, tu
eres su hijo, por supuesto que quiere protegerte, pero eso es muy diferente a
subestimarte.
—Esto es tan vergonzoso, esos ineptos seguirán hablando de mí.
—No les des importancia, ya sabes que siempre te defenderé pequeñín. —Percy le
soba la cabeza de manera brusca y lo despeina haciéndolo enojar aún más.
—¿Oye que haces? ¡suéltame!
—Ya dime la verdad ¿Estás así de irritable por lo que pasó con Sifri? ¿Aun te duele el
corazoncito?
—¡Ay! ¡ya te dije que estoy bien! Ya superé el hecho de que me rechazara.
—Solo a ti se te ocurre declararle tu amor a una mujer como ella, como si esa belleza
quisiera estar con un mocoso como tú.
—¡Tenemos la misma edad!
—Claro que no, yo fui un vampiro, he vivido más tiempo que tú. —le dijo Percy
orgulloso.
—Mentalmente sigues igual de inmaduro que un adolescente. —le externó Reinar para
molestarlo.
—¿Qué? Yo soy la representación de la sabiduría y la sensualidad, eres privilegiado de
contar con mi amistad principito.
—Deja de decirme así.
—Prácticamente eres una especie de príncipe, tu padre fue el antiguo rey de los
vampiros, un rey poderoso y temido, un conquistador, además tus hermanos… —Percy
rápidamente se tapó la boca, nadie hablaba de los dioses gemelos, era un tema
prohibido para ellos, pues sabían que era un tema delicado para su líder.
—Termina lo que ibas a decir, estoy cansado de que todos hablen de eso a escondidas
y después quieran disimularlo, todas las noches mi madre mira al cielo y suspira de
forma melancólica y pareciera que guarda luto en su corazón como si hubiera perdido a
alguien importante, mi padre tiene una fecha en específico donde se comporta de forma
extraña, y va al mismo lugar y se queda ahí parado, como si recordara algo doloroso,
no soy tonto, sé que mis padres tuvieron hijos antes de mí, pero nunca me he atrevido
a preguntarles sobre ellos y si acaso murieron y no quieren recordarlo porque les
causa mucho dolor ¿Sabes algo que yo no sepa y debería saber?
—Creo que lo mejor sería que les preguntaras directamente a tus padres, no está bien
que yo te diga algo que no me corresponde. —le dijo Percy apenado y cambio de tema
a la primera oportunidad.
—Ten por seguro que lo haré y esta vez espero saber toda la verdad.
—Ya olvídate de eso, vamos a preparar nuestras cosas y a despedirnos de nuestras
familias, tenemos que estar en la puerta en una hora, te veo en un rato.
—¡Oye! ¡no olvides llevar tu juego de mesa! —le gritó Reinar mientras Percy corría
sacudiendo la mano.
—Seguro que será muy aburrido.