El amante infernal (libro 2)

Un encuentro desconocido

El cielo que antes se veía azul se fue oscureciendo poco a poco, mientras más se acercaban al pueblo, un viento helado les erizaba la piel a nuestros amigos, aquel lugar estaba escondido entre un montón de árboles frondosos, después de haber recorrido un largo camino, por fin nuestros héroes habían llegado a su destino, el misterioso pueblo de Vinland.

—¿Cómo es que no sabíamos de este lugar? Debería estar en los mapas. —exclamó Sasha intrigada.

—Es un pueblo reservado y tradicional, debe ser por eso que no los conocíamos. —añadió Lans convencido.

—Esto es muy raro, cuando atravesamos este bosque sentí que mi energía se desvanecía, me siento cansado. —Externó Percy entre bostezos.

—Debe ser por causa de esa presencia demoniaca, no es normal que nos sintamos tan agotados, debemos permanecer alertas. —les dijo Reinar con gran seriedad.

—¿Desde cuándo te crees el jefe? —manifestó Mirten entre bromas.

—Por lo menos ya no tenemos que caminar más, los pies me están matando. —expresó Sabrina aliviada al ver unas casitas a lo lejos.

—El aire es realmente pesado, definitivamente no es normal. —Externó Bocky sobándose el hombro.

—Avancemos, terminemos con esto lo antes posible. —les dijo Mirten quien se les adelantó.

Efectivamente el ambiente era inusual, parecían que estaban en una extraña dimensión, el aire, los árboles, las rocas, todo era diferente, como si no fuera real, era una sensación dificil de explicar.

Una vez que llegaron a la entrada de la puerta, se sorprendieron al ver lo antiguo que era el lugar, de pronto, una campaña comenzó a sonar anunciándole al pueblo que los cazadores habían llegado a su recate.

 Enseguida salio a su encuentro un hombre y detrás de él un grupo como de quince personas, los cazadores se quedaron sorprendidos al ver las ropas que los pueblerinos estaban utilizando, pues parecían de otra época.

—¡Bienvenidos sean a nuestro humilde pueblo héroes! ¡gracias al cielo que atendieron a nuestro llamado de auxilio, estamos muy desesperados. —les dijo el líder de ellos conmovido.

—¿Ustedes son todos los aldeanos? —preguntó Reynar asombrado.

—Si caballero, solo quedamos nosotros, los demás pueblerinos fueron asesinados por el lobo negro.

Los cazadores vieron que solo quedaban tres niños menores de cinco años, dos jóvenes de entre diez y doce años y una joven de quince años de edad, hija de el jefe del pueblo, Bins, cuatro ansíanos y los demás eran hombres y mujeres de mediana edad, estaban completamente indefensos, pues solo contaban con unos cuantos palos y picos, toda la gloria de aquel pueblo había quedado en el pasado.

—No teman, tenemos la orden de evacuarlos y reubicarlos en uno de los pueblos más cercanos. —les dijo Mirten con seguridad.

—¿Evacuarnos? —preguntaron temerosos.

—Si ¿tiene algún problema con eso? —les pregunto Lans mirándolos a los ojos.

—No es eso, es que no podemos salir de aquí, ya hemos intentado huir antes y no logramos pasar de donde están ustedes.

—¿Qué? ¿Cómo puede pasar eso?

—Creemos que estamos malditos por el lobo.

Aquellos pueblerinos estaban en los huesos, era evidente que estaban siendo oprimidos por ese espíritu maligno.

—¿Podemos intentar sacarlos ahora? —le preguntaron los cazadores escépticos.

—Eh…si, pero le advierto que el resultado será el mismo.

Los cazadores intentaron sacarlos uno por uno y su esfuerzo fue inútil, pues efectivamente, los únicos que podían salir y entrar al pueblo eran ellos, la cara de desilusión de los vinlandianos era notoria y los niños comenzaron a llorar desesperados.

—Maldición es verdad… no podemos sacarlos de aquí, esa maldita cosa debe tenerlos prisioneros. —externó Sasha con frustración.

—Tenemos que encontrar la manera de liberarlos de su prisión… pero ¿cómo? —dijo Sabrina agotada.

—La única solución es entregarle a Leonela, el lobo negro busca una esposa, si mi hija es de su agrado podrá dejarnos en paz, si no, todos moriremos, ya no queda ninguna mujer en edad casadera.

—¿Piensa entregar a su propia hija? —le preguntó Bocky sorprendido.

—Estoy consiente de que he sido muy egoísta, todos aquí sacrificaron a sus hijas, novias y hermanas, yo me he resistido, por miedo a quedarnos sin otro sacrificio, pero también por que no quiero perder a mí hija.

Para los cazadores era difícil no juzgar las acciones crueles de aquellos pueblerinos, no podían creer que su ambición los hubiera orillado a sacrificar a mujeres inocentes.

—Es evidente que ninguno de los que estamos aquí es bueno exorcizando, como dijo Sabrina, debemos encontrar la manera de sacarlos de este lugar, el demonio se alimenta de su miedo, no del sacrificio que le ofrecen, pues hasta ahora ninguna mujer le es de su agrado, debemos pasar la noche aquí y esperar a ver al demonio y una vez que lo enfrentemos podemos negociar con él, encontrar la manera de que nos diga que es lo que realmente quiere. —externó Reynar a sus compañeros y estos asintieron.

—Pero… ninguno de nosotros ha luchado jamás con un ente demoniaco ¿Cómo se derrota a esas cosas?

—Tenemos antes de la media noche para averiguarlo.

Nuestros héroes enfrentaran a un rival desconocido ¿será que podrán vencerlo? ¿el demonio que Lía y sus familiares percibieron era el mismo lobo de Vinland? No te pierdas el siguiente capitulo.

 

 

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