El amante infernal (libro 2)

El demonio del engaño

 

El ambiente comenzó a sentirse pesado, la temperatura bajó considerablemente, incluso los cazadores se sentían en un congelador, los aullidos de la criatura eran aterradores, hacían eco en el corazón provocando pequeños dolores, se escuchaban sus garras desgarrando las paredes de las casas.

—¿Dónde esta mi sacrificio? ¡quiero un sacrificio! —la voz de ultratumba gruñía llena de odio, aterraba a los habitantes de Vinland con sus gritos infernales.

—¡No! ¡ahí viene el demonio! —exclamaron aterrados los pueblerinos.

—Bajen la voz, no se preocupen, nuestros compañeros se encargarán de él, ustedes permanezcan en silencio. —les dijo Percy en voz baja.

Una bruma negra y espesa se comenzó a manifestar en la oscuridad de la noche, los ojos rojos y brillantes de la criatura se asomaron como dos antorchas encendidas.

—¡Esta aquí! —exclamó Mirten en posición de defensa. 

—¿Dónde está mi sacrificio? ¡habitantes de Vinland los asesinare a todos si no me dan lo que es mío! —volvió a exigir el demonio enfurecido.

—¡Hey demonio! ¿cuál es tu nombre? — le preguntó Reynar mirándolo fijamente.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Dónde se encuentran mis esclavos? —los interrogó el lobo de manera déspota y arrogante.

—Ellos no son tus esclavos, queremos ofrecerte un intercambio. —le propuso Reynar con seriedad.

—¿De que estas hablando humano despreciable? ¡esas sabandijas me pertenecen!

—Queremos que los liberes de tu maldición, a cambio te otorgaremos a un sacrificio digno de ti.  —continuó Reynar tratando de convencerlo.

—¿Por qué un dios como yo tendría que aceptar la propuesta de unos asquerosos humanos? No necesito hacer ningún trato con ustedes, si quiero puedo esclavizarlos a ustedes también.

La apariencia del demonio era como un lobo de unos cuatro metros de altura, estaba hecho como de niebla oscura, emanaba vapor de su cuerpo, era un habitante del infierno.

—Estamos conscientes de eso, pero también sabemos que has pasado muchos años en busca de un buen sacrificio, tenemos a una hermosa novia para ti, vela por ti mismo.

Enseguida, Sasha apareció vestida de novia, levantó la mirada y se sorprendió al ver el aspecto de aquella criatura.

—Por favor acépteme, estoy aquí de manera voluntaria, seré lo que usted necesite, alimento, una esclava o una esposa. —le dijo Sasha con voz suabe, en el centro de sus manos llevaba los amuletos que los pueblerinos le habían entregado para protegerse, estos rosarios tenían las oraciones y la fe de aquellas personas, tenía pensado incrustárselos en el pecho, una vez que tuviera la oportunidad.

—Hueles muy extraño, sutilmente tu aroma se parece al de un inmortal. —le dijo el lobo mientras la olfateaba de lejos, se acerco cada vez más a ella y una vez que la tubo frente a él, le dijo…

—Anteriormente fuiste inmortal, pero ahora eres humana ¿Qué criatura tan estúpida podría abandonar su inmortalidad? ¿Sabes que solo desgarro la carne de las mujeres que me entregan? Las devoro mientras sus ojos se abren de par en par de manera agonizante mientras miran como las destripo, después me quedo con sus almas ¿por qué razón dejaría en libertad a esos estúpidos? Su miedo me alimentará por la eternidad, los llenare de miedo por siempre, jajaja, soy uno de los demonios del engaño, hago creer a mis victimas que están vivas y mi maldición las hace vivir lo mismo, una y otra y otra vez, encerrándolas en un bucle eterno de falsa esperanza.

—¿A que te refieres? —le pregunto Sasha horrorizada.

—¿A quién quieren salvar específicamente? Si no hay nadie vivo aquí.

—¿Qué? ¿Qué estas diciendo? —Reynar y Mirten sintieron unos escalofríos que les recorrían todo el cuerpo, de repente, la niebla que cubría gran parte del suelo comenzó a desvanecerse y los gritos de Sabrina y Percy retumbaron en el lugar.

—¿Qué es esto? Pero… ¿Cómo? —Reynar, Sasha y todos los demás cazadores estaban congelados de la impresión, por todas partes había huesos humanos en le piso, incluso estaban parados sobre ellos.

Los habitantes de Vinland estaban aterrorizados, jamás se imaginaron de lo que habían sido víctimas, el lobo negro los había estado engañando, no eran más que espíritus, al mas en pena que vagaban en busca de ayuda, pensando por décadas que estaban vivos, deseosos y desesperados por salir de aquel miserable lugar.

—Por eso no podían salir… —murmuró Bocky quien sentía una profunda lastima por aquellos espíritus.

—To… todo este tiempo… estuvimos hablando con unos fantasmas… —exclamó Sabrina temblorosa.

—Que cruel eres… ¡Maldito demonio! ¿Cómo te atreves a burlarte de ellos así?

Reynar estaba indignado y se abalanzo contra el espíritu con su espada, estaba enardecido, quería despedazarlo a como fuera lugar.

—¡Detente Reynar! ¡No puedes hacerle daño! —Gritó Mirten quien estaba preocupado por él.

Inmediatamente Sasha aprovecho su oportunidad y le incrustó los rosarios en el pecho al demonio y este pego un gran alarido, lleno de rabia sacó una especie de tentáculos y comenzó asfixiar a Mirten y a Sasha, los tomó del cuello y los levantó tan alto como pudo.

—¡Ahh! —No comprendían como era que ellos no podían hacerle frente, ni siquiera un rasguño, sin embargo, el demonio podía maltratarlos con tal fuerza que podía matarlos en cualquier momento.

Bocky, Sabrina, Percy y Lans corrieron a toda prisa para auxiliar a sus compañeros, pero sus esfuerzos eran inútiles, pues terminaban en la misma situación, en los tentáculos de aquella bestia demoniaca.

—Corre Reynar, sal de aquí. —le dijo Mirten como pudo, tenía la cara roja y las venas de su cabeza resaltaban, se estaba quedando sin aliento.

—¡No voy a abandonarlos! ¡debe de existir alguna manera de detenerlo! —gritó Reynar con desesperación.

—Si tan solo supiera su nombre… solo así podría dominarlo, tengo que hacer algo, si no…mis amigos podrían morir. —pensaba Reynar frustrado.




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