El amante infernal (libro 2)

Una invitada de honor

 

Lía tenía vergüenza de salir desnuda frente a las chicas, así que no soltaba su toalla y se aferraba a ella con su vida, Lilith dejó su forma de loba para adquirir su apariencia humana y todas las chicas se quedaron impresionadas de lo bonita he inocente que era y ala vez estaban desconfiadas y mientras Lilith estaba dentro del agua las cazadoras se encontraban del otro extremo.

—¿De verdad es seguro compartir con esos demonios? —preguntó Sifri mirando temerosa a Lilith.

—Sí, son inofensivos porque su ama es de buen corazón, pero si se meten con ella son realmente aterradores. —exclamó Sabrina tragando saliva.

—¿Por qué tardan tanto en los vestidores? ¿le da pena bañarse con nosotras? Todas somos mujeres. —manifestó Yubel confundida.

 —Es normal, estuvo aislada de otras personas durante muchos años, tenemos que ser consideradas con ella. —exclamó Dafne relajada.

Mientras tanto….

—Vamos, quítate esa cosa, así no disfrutarás el agua, solo somos nosotras, nadie trae ropa. —le dijo Sasha impaciente pues quería meterse a las aguas termales lo antes posible.

—Lo siento, me da vergüenza… —añadió Lía ruborizada, no quería ver a Sasha porque estaba desnuda.

—Ok, hagamos una cosa, caminaremos con tu toalla, pero en cuanto toques el agua te la quitaras, veras que no te arrepentirás.

—Está bien…

Mientras caminaban Emm y Beel corrían uno tras otro persiguiéndose, estaban jugando aventarse agua y sin querer Emm le arrancó la toalla dejándola paralizada, las chicas se quedaron boquiabiertas al ver el cuerpo de Lía, porque tenía una figura de reloj de arena y un busto prominente.

—¡Ay! —Lía corrió al agua y se hecho un clavado, pegó otro grito porque nunca se había bañado en agua tan caliente.

—¡Tranquila! Relájate y disfruta. —le dijo Sabrina agarrándola de la mano y las mejillas de Lía se pusieron rojas y sintió tanta relajación que se dibujó una sonrisa en su rostro.

—Te lo dije, es como estar en el paraíso.

—Nunca me había sentido así…constantemente tengo que estar cuidándome la espalda de que ningún vampiro quiera comerme.

—¿Enserio? ¿pues donde vives? —le preguntó Sabrina desconcertada.

—En el reino de los vampiros, con mis padres.

—Lía vive en el castillo de los dioses gemelos… —manifestó Sasha con pesar.

—¿Qué? Pero…son nuestros enemi…—Dafne le pellizcó el brazo y Sabrina se calló captando la indirecta.

—Mira, te presentamos a las demás chicas, ellas son, Dafne, Sifri y Yubel, son parte de las mejores cazadoras que hay, Dafne es como la mano derecha del señor Alejandro, ella y Blander son quienes siempre lo acompañan. —manifestó Sasha orgullosa.

—Hola, soy Lía. —las saludó con una bonita sonrisa.

—Gracias por haber ayudado a nuestros compañeros, te debemos una. —le dijo Sifri con amabilidad.

—Vi que ustedes también tienen seres sobrenaturales, ¿Bocky es un trol verdad? ¿hay más criaturas sobrenaturales? —preguntó Lía emocionada.

—No, Bocky es la excepción, él es un hibrido, se ganó su derecho a ser uno de nosotros, a arriesgado su vida en varias ocasiones. —le dijo Sasha con seriedad.

—En estos tiempos los seres sobrenaturales oprimen a los humanos y abusan de ellos, obligándolos a huir de sus tierras y se alimentan de ellos sin piedad, desde que Alejandro dejó la corona ellos les dieron rienda suelta a sus instintos. —manifestó Dafne resentida.

—Su violencia es tanta que no nos damos abasto con los trabajos, a pesar de ser un buen numero de cazadores, la demanda crece cada día, esas malditas criaturas me repugnan. —exclamó Sabrina con el ceño fruncido.

—Pero tú eres diferente, nos ayudaste contra el demonio y nos salvaste la vida. —Añadió Sasha dándole una palmadita en la espalda.

 Aquellas palabras hicieron eco en el corazón de Lía, jamás se había puesto a pensar que quizás se encontraba del lado de los malos, o más bien no quería planteárselo, ella era de buen corazón, pero los vampiros se consideraban la raza más pura y fuerte, colocándose en la cima como la raza dominante gracias a los dioses gemelos.

—Especialmente esos dioses malagradecidos. —manifestó Dafne furiosa y añadió. —su reinado ha sido el más sádico y cruel de toda la historia, son unos…ash, por respeto a Alejandro no diré nada más.

—Todos los vampiros son criaturas despreciables. —dijo Sifri molesta.

Un silencio incomodo se apoderó del lugar, era evidente que no toleraban a los seres sobrenaturales y mucho menos a los vampiros.

—Lo siento, se ve que ha sido dificil para ustedes, pero… no todos los seres sobrenaturales son malos y perversos…mis padres y Emir son diferentes, hay un elfo que es mi amigo… además yo jamás permitiría que nadie las dañara, la familia del Señor Alejandro y la señora Ginebra son mi familia también—sonrió Lía con incomodidad y después se entristeció y añadió. —Me iré a cambiar, me gustaría hablar con el señor Alejandro y la señora Ginebra, tenemos que ponernos al día, les agradezco sus atenciones.

Lía se fue y sus familiares la siguieron.

—Creo que nuestros comentarios estuvieron fuera de lugar… —dijeron ellas apenadas.

—Pero es la verdad, a pesar de que ella los salvó no quita el hecho de que este del lado de los malos, su lealtad se las ha entregado a los dioses gemelos desde su niñez, no tiene otro propósito de vida que cuidar de ellos, nos guste o no, esta del lado del enemigo.

—Dafne no digas eso… —exclamó Sasha en defensa de Lía.

—Si hubiera una guerra ¿de que lado crees que pelearía? Imagínate tener a esa bruja de enemiga, es capaz de invocar un dragón, jamás vi algo así y eso que he vivido muchos años, ninguna bruja ha sido capaz de dominar a demonios y mucho menos de sobrevivir al inframundo, ni siquiera nunca nadie lo intentó, no deberíamos fiarnos de ella, es nuestra enemiga. —Manifestó Dafne con seriedad.




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