Lía había regresado del mundo de las hadas, se sentía indignada por todo lo que esa malvada les había hecho a esas criaturas mágicas, Lía invocó a sus familiares quienes no se habían percatado de los sucedido, haciéndoles saber todo lo que estaba pasando, Lía no conocía a otra bruja fuera de su madre, siempre había querido conocer a una de sus hermanas, el hecho de saber que se encontraría con una después de tantos años le dio un sentimiento agridulce, ella detestaba a los abusadores, aquellos que usaban su poder para oprimir a otros, estaba enojada y le daría su merecido.
—¿Qué tipo de bruja será esta? —le preguntó Lilith mientras caminaban.
—No lo sé, existen muchos tipos de brujas, elementales, las espirituales como mi madre, aquellas que se dedican a la necromancia, las de invocación como yo, las de sangre, las que controlan el tiempo, las que controlan la mente y las que conjuran maldiciones, incluso existen las que se transforman en animales, a pesar de la gran variedad…nunca había conocido a otra bruja fuera de mi madre, hubo un tiempo donde creí que nos estábamos existiendo, pero me da tristeza saber que una de ellas usa su poder para lastimar a otros. —exclamó Lía con enojo.
—Ahí se encuentra el camino, desde ahí empieza a verse muerta la naturaleza. —dijeron Beel y Emm señalando lo que veían en frente.
—Adopten la forma que les dije, no sabemos que tipo de veneno contengan esas espinas, invocare a Cardula para que nos lleve por este camino, después podremos seguir a pie.
—Si ama.
Lilith tomo su forma fantasmal, la cual era muy aterradora, la misma forma que usó cuando invadió Valle de cobre, Beel y Emm se convirtieron en serpientes y se le enrollaron en el cuello a Lía, entonces, invocó a Cardula, uno de sus familiares, la cual era una araña gigante de piel negra azulada y muchos ojos rojos, unos enormes colmillos afilados, su piel era tan dura que era casi impenetrable, tenía la apariencia de una tarántula.
—Mi hermosa Cardula, cuanto tiempo, necesito de tu ayuda para cruzar este largo camino de espinas, cuento contigo.
—Es un placer ayudarla ama.
El bosque estaba muriendo, estaban creciendo todo tipo de naturaleza maldita, espinas y plantas carnívoras.
—Que terrible, esto no se ve bien, esta bruja tiene mucho poder. —exclamó Lía con seriedad.
—¡Detrás de usted señorita! —gritó Lilith al ver como una planta carnívora se dirigía a la cabeza de Lía.
Pero en ese instante, Cardula partió a la mitad esa planta con una de sus patas afiladas, ciertamente las espinas ni siquiera la rasguñaban, en el camino se veían animales desafortunados que en busca de comida habían perecido rasguñados por esas espinas o devorados por las plantas.
—¡Ahí vienen más! —exclamaron Beel y Emm al ver como un montón de plantas carnívoras se abalanzaban contra Lía.
Mientras Cardula se deshacía de unas, otras atacaban por la espalda y entonces Beel tomó su forma humana y se colocó en el lomo de Cardula para proteger la espalda de Lía y ella se encargaba de cuidar ese lado, mientras avanzaban el peligro lo hacia también, pues delante de ellos le salieron al encuentro unos arboles humanoides, eran como la apariencia de gigantes hechos de árboles, estos rugieron tan fuerte que lastimaban los oídos y se lanzaron contra ellos.
—¡Déjemelos a mí princesa! —Emm tomó su forma humana y pegó un gran salto destrozando a sus oponentes, Beel y Emm estaban en su estatura de niños, pero aun así eran tan agiles y rápidos que no se les podía ni ver.
Estos demonios de guerra, tenían tres formas, su forma bestial o animal que era de unas serpientes, su forma humana y faltaba su forma adulta y demoniaca, pero casi nunca la usaban.
Nuestros héroes se encontraron con más criaturas en el camino, mandrágoras, gólems de tierra y enjambres de abejas venenosas que trataron de impedirles el paso, pero al final nuestros amigos llegaron a su objetivo, una vez que cruzaron el bosque, se encontraron con una espesa bruma oscura, era una barrera que separaba el bosque de la casa de la bruja.
—Gracias por traernos hasta aquí Cardula, ahora descansa. —Lía despidió a su tarántula y esta desapareció una vez que cumplió con su deber.
—Suerte en su búsqueda ama…
—Muy bien, despejemos este molesto humo y conozcamos al enemigo. —Lía extendió su mano y la bruma comenzó a desaparecer y ante ella se encontraba una cabaña muy vieja donde salía humo de la chimenea.
—¿Adonde va princesa? —le preguntaron sus familiares al verla que se acercaba a la cabaña.
—Buscaré la manera de que se rinda de la forma pacífica, si l ataco entenderá el mensaje equivocado. —dijo Lía quien abría la puerta.
—¿no será mejor si destruimos su casa, con suerte este adentro y se muera. —exclamó Lilith como si nada.
—Eso no está bien, nosotros no hacemos eso, recuerden que no somos los villanos, aun que la gente crea lo contrario.
—¿Hay alguien en casa? estamos buscando a la bruja que envenenó el bosque. —dijo Lía con voz suabe.
Al entrar a la casa se dio cuenta de lo sucia que estaba, había polvo y tierra por todos lados, además el olor era espantoso, parecía una casa abandonada, con trozos de carne agusanados y un caldero que sacaba vapor, en su interior había un liquido amarillento y muy extraño.
—Por Dios…esto apesta….
De repente, la casa comenzó a tambalearse y las cosas comenzaron a desaparecer y fue entonces cuando se dieron cuenta de que estaban en un hechizo de apariencia, no estaban en la cabaña de la bruja, si no en el estomago de una criatura gigante.
—¿Cómo es esto posible? – se preguntaron todos desconcertados.
Todos intentaban agarrarse de los intestinos de esa cosa, pues debajo de ellos estaban sus jugos gástricos a punto de digerirlos.
—¡Tenemos que salir de aquí! —exclamó Lía preocupada y añadió. —crearé un portal que nos lleve fuera de esta criatura.