El amante infernal (libro 2)

La bruja de las maldiciones

 

 

Que bruja tan anciana, se dijo Lía mientras la observaba, era una viejecita jorobada, de cabellos canosos y largos, tenía un ojo gris y otro cansado, con una apariencia frágil y decadente, pero que en realidad tenía el poder suficiente para atormentar a los más débiles, así que Lía estaba decidida a apelar por la paz y convencerla de dejar su camino de maldad, pero si no lo hacia entonces pagaría el precio.

 —Que impresionante jaja, pudieron salir del poderoso estomago de mi hermosa Anabel jaja ¿Quién eres tú? Hermana bruja, dime algo ¿Por qué estas acompañada de tres demonios? Si mi familiar se los hubiera tragado habría muerto, estuvo cerca, ¿Qué es lo que buscan? Te daré el permiso de expresarte antes de que te mate.

—Mi nombre es Lía, soy la bruja de la invocación, vine aquí para que termines de lastimar el bosque y le devuelvas su libertad a los seres que lo habitan.

—¿Qué? Jajaja, jajaja, eres muy graciosa niña ¿por qué haría lo que me dices? ¿crees que por estar acompañada de esos demonios me llenaré de miedo? Jajaja.

Aquella bruja se moría de la risa, incomodando a Lía y sus familiares quienes la veían asumiendo que había perdido la cordura.

—He venido para terminar con tu opresión con los seres mágicos de este bosque, puedes rendirte y te prometo que no te lastimaré, te doy mi palabra, pero si te rehúsas, entonces tendré que obligarte a que te marches y retires la maldición de este bosque. —le dijo Lía con seriedad.

—Jajajaja ¿no tienes idea de quién soy verdad? Por eso actúas con tanta audacia, mi nombre es Baba y soy la gran bruja de las maldiciones, yo junto a mi querida Anabel controlamos este bosque y una ves que muera y acabemos con la vida que hay en él, nos mudaremos a otro reino mágico y así hasta que me muera.

—Veo que tienes un corazón malo, entonces no trataré de razonar contigo anciana. —Lía se colocó en posición de pelea y desde el lomo de Anabel la bruja Baba extendió su cetro en dirección a la cabeza de su gallina la cual se volvió aun más grande y se transformó en una especie de monstruo, con colmillos afilados y garras afiladas que podían rebanar lo que fuera.

—Niñita tonta, hoy serás destripada por mi poderoso familiar y cuando terminemos contigo nos cenaremos tus viseras, obligaré a tus demonios a que me sirvan y nadie nunca te recordará.

—No quería lastimarla señora, pero no me deja más opción que defenderme, ataque usted primero, entonces así dejará más claro que es nuestra enemiga.

—Como quieras pelos de zanahoria ¡Ataca Anabel! —la bruja Baba le ordenó a su familiar que acabara con sus rivales, Lilith, Beel y Emm estaban listos para saltar encima de la gallina monstruosa y despedazar a la bruja que amenazaba a su ama, pero Lía hizo algo inesperado.

—¡En cuanto usted nos ordene atacar atacaremos! —dijeron unánimes.

—Retrocedan, esta vez será el turno de Vinland, el también puede aumentar de tamaño, ustedes procuren que la anciana no intente nada raro.

—Pero princesa…

—¡es una orden!  —exclamó Lía con fuerza.

—Como ordene ama. —sus tres familiares se colocaron en puntos específicos protegiendo los ángulos donde la bruja Baba pudiera atacar con algún truco bajo la manga, no era que Lía no confiara en ellos para esta pelea, pero al igual que Lilith, Beel y Emm, sus demás familiares también querían ser usados por ella y protegerla, como Vinland era nuevo, esta sería su iniciación para mostrar su valía y su lealtad a su nueva ama.

Anabel lanzó su primer ataque, pero Lía pudo esquivarlo, aunque salio herida con algunos raspones, sus familiares sabían que no debían meterse amenos que ella se los ordenara y fue entonces que invocó a Vinland.

—¡Lobo negro de Vinland! ¡yo te invoco! —gritó Lía con fuerza.

En ese instante, un circuló rojo se dibujo en el suelo y una bruma espesa y oscura comenzó a emerger, un aullido espeluznante trajo consigo aun majestuoso lobo que se relamió el hocico al momento de ver a la gallina.

—Asu servicio mi bella dama ¿a quién asesino por usted? —exclamó Vinland entre gruñidos.

—Acaba con ese horrible animal de granja. —le dijo Lía con el ceño fruncido.

La bruja Baba, no podría crees que aquella bruja de pelos de zanahoria pudiera invocar a otro familiar, estaba muy asombrada de ver tal cosa con sus propios ojos, o al menos el que le funcionaba.

—Así que eres una bruja de invocación he conocido algunas, pero ninguna que sea capaz de invocar demonios, y menos a más de un familiar, esto si que es inusual, jaja, pero no me acobardo ni un poco, yo también guardo mis haces bajo la manga jajajaja.

—¡Adelante Anabel! Acaba con ese perro sarnoso.

Vinland sacudió la Cabeza y gruño hambriento, sus ojos rojos los clavo en el cuello de Anabel y se lanzó sobre ella como una bestia enloquecida.

—¡maldito perro! ¡no lograrás arrancarle la cabeza a mi niña1

La batalla entre estas dos bestias era descomunal, pero algo no estaba bien, Lilith, Beel y emm, no entendían por qué Lía se encontraba tan tranquila, si Vinland estaba siendo masacrado por Anabel, con sus afiladas garras le abría la carne y lo picoteaba tan fuerte que le arrancaba la piel.

—¿Por qué no podemos intervenir? El nuevo sirviente podría perecer en su cuerpo físico si no hacemos algo. —exclamó Beel confundida.

—No podemos actuar si la princesa no lo ordena, debemos confiar en su sabiduría. —le dijo Lilith mirando la batalla con detenimiento.

—La vieja loba tiene razón, la princesa no se muestra angustiada, algo debe traerse en manos. —añadió Emm con seriedad.

—¿Cómo es que estas tan tranquila viendo como mi gallina trapea el piso con tu familiar? ¿acaso no te importa? ¿Cres que por tener muchos tus familiares son desechables? Se supone que, para una bruja, su sirviente lo es todo en la vida, son parte de nosotras, de nuestra alma y esencia, pero al parecer a ti te importa un comino su existencia.




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