El amante infernal (libro 2)

Una bruja para el reino

 

La ira de babani era tanta que no escuchaba razones, seguía forcejeando y atacando a Lía con sus hechizos, ella tenía que esquivarlos hasta que se arto.

—¡Tu enojo no te deja ver que puedes perder a Anabel! Yo puedo salvarla si dejas tu ira a un lado.

—¿Cómo vas a poder salvarla?  ¿acaso también eres un demonio? —le preguntó furiosa.

—¡Ya fue suficiente! —Lía le lanzó un hechizo de contención para poder inmovilizar a Babani y les ordenó a sus familiares que la vigilaran, mientras ella se acercaba a Anabel la cual estaba sufriendo terriblemente a causa del veneno que le recorría el cuerpo.

—No te haré daño, voy a curarte, tienes que usar las ultimas fuerzas que te quedan para hacerte pequeña, debes beber mi sangre para que la tuya pueda limpiarse.

Anabel no sabía si debía confiar en Lía, así que dudó en hacer lo que decía, pero Baba, le ordenó que lo hiciera, a estas alturas tenía que salvarla.

—Encoge tu tamaño Anabel, si intenta herirte la matare. —exclamó Baba con seriedad.

Lía estaba sorprendida de lo desconfiadas que eran esas dos, así que se cortó el ante brazo y su sangre corrió como un rio por el pico de Anabel, en ese momento, una bruma oscura empezó a salir de su cuerpo, limpiando su sangre del veneno de Vinland.

Baba estaba asombrada de lo rápido que se estaba recuperando su familiar, se sintió aliviada de verla a salvo, en seguida Anabel aleteo pegando un salto agitando sus alas y volvió a su tamaño natural, llena de fuerza como si nada hubiese pasado.

Vinland lamió la herida de Lía y está sano rápidamente.

—¿Por qué tu sangre revirtió el veneno de Anabel? —le preguntó Baba sorprendida.

—Pase muchos años viviendo en el mundo espiritual, después descendí al inframundo y así hasta llegar a los confines del más haya, tenía que alimentarme de algo, así que comí de sus frutas y bebi de sus aguas, al principio mi cuerpo rechazaba todo eso, estuve apunto de morir muchas veces, pero al final pude tolerarlo hasta que mi cuerpo se acostumbró a su entorno y al alimento que estaba disponible, deduje que mi sangre podría servir como una especie de antídoto para Anabel, pues de alguna forma, se volvió una especie de antibiótico.

—Ahora entiendo por qué tienes a demonios bajo tu poder, nunca había escuchado algo así en mi vida, una bruja que hubiera sobrevivido al inframundo y pudiera tener a más de un familiar en su poder, una que tiene una sangre rara y especial… ¡y un corazón tonto!

Baba se elevó al cielo con su báculo y le lanzó un rayo a Lía tan brillante que cegaba con su potente brillo.

—¡Voy a calcinarte bruja tonta! Jajaja.

Lía enfureció ante la falta de gratitud de Baba y resistiendo a su potente rayo de luz, ella contra atacó con un poder oscuro, un rayo de luz negra que rápidamente devoraba la luz de baba hasta que la terminó venciendo por completo, dejándola completamente inmóvil.

—Eso no me lo esperaba niña…supiste contra atacar mi rayo de luz arcoíris, ahora no puedo mover ni un dedo jeje…

—Devuelve la salud del bosque a esas criaturas mágicas y libera a los seres que tienes cautivos en tu cabaña encantada. —le dijo Lía quien podía percibir unas energías mágicas provenir de ahí.

—No lo haré, no voy a liberar a ninguno de ellos. —exclamó con necedad aquella anciana.

—Eres demasiado terca ¿Qué no vez en donde te encuentras? Te he vencido, retira la maldición a la reina y a este bosque, o te obligaré hacerlo y no seré tan amable contigo, si me demuestras que me equivoque y en ti no hay bondad entonces seré cruel contigo. —le dijo Lía mirándola de manera fija he intimidante.

Baba, trago saliva al ver que hablaba enserio y añadió.

—¡Esa reina también me maldijo! ¡que retire su medición y entonces yo haré lo mismo!

—No, tu lo harás primero, no confió en ti, ya me traicionaste una vez.

—Demonios… ¿y adonde iré ahora? No tengo un lugar a donde ir, este fue mi hogar por varios años.

—Ya te dije que si haces lo bueno te irá bien, haz lo correcto y veras.

—Ya que…

Baba dejó ir a las criaturas que tenía atrapadas en un hechizo de contención, eran todas las hadas guerreras y todas las criaturas valientes que se habían atrevido a detenerla y habían caído en sus manos, también liberó a la reina de su maldición y el bosque quedo libre de su maldad.

Lía había aprisionado a Baba y a Anabel con unas cadenas hechas de magia, no podían escapar ni hacer de las suyas, Lía restauró el bosque con su magia y le devolvió la salud al bosque.

—Gracias por haber atendido a nuestro llamado noble bruja, gracias a tu valentía y a la de tus familiares, nuestro bosque vuelve a ser el de antes, recibe estos presentes para que te acompañen en tu viaje.

La reina de las hadas le dio unos polvos mágicos que la ayudarían a recuperar sus fuerzas y también un collar que era una señal de alianza, significaba que ella era amiga de los seres mágicos y cualquiera que la viera sabría que era de buen corazón.

—¿Qué hay de mí? ¿a que hora me quitarás la maldición? —le preguntó Baba frustrada de que no podía liberarse de las cadenas de Lía.

—Tu maldición ya fue removida. —le respondió la reina con seriedad.

—¡Claro que no! ¡Sigo siendo vieja y decrepita!

—Tu aspecto siempre fue el mismo, lo único que hice fue que vieras tu verdadero ser, pues vivías engañada viendo algo que no eras.

—Eso no es justo, yo siempre he sido una doncella atractiva, más bella que tú, por eso me envidias.

—Con su permiso majestad, yo me haré cargo de ella, me asegurare de que no vuelva hacer de las suyas.

—Gracias por todo, si alguna vez regresas por aquí o necesitas de nuestra ayuda, no olvides que cuentas con nosotros.

—Le agradezco.

Y así fue como Lía se llevó a Baba y a Anabel con ellos, se dirigían al reino vampírico, al lugar donde se encontraban sus dioses gemelos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.