El amante infernal (libro 2)

¿Tendre una cita con el principe?

Una cita con el príncipe

Por alguna razón, esta noche es más hermosa que las anteriores, el corazón me late de alegría y no de tristeza, saber que cuento con Emir me devolvió el ánimo, lo único que deseo es volver a ser cercana a ellos, ser amigos es como un sueño, un anhelo profundo de mi corazón.

Lía se encontraba en su habitación, estaba distraída, su mente volaba más allá de la torre, surcaba los cielos como si fuera Hordreck.

—¿No vas a comer nada? Te conseguimos comida deliciosa, esta carne se ve jugosa, si fuera humana ya la habría devorado. —le dejo Beatriz mientras tomaba sangre en su copa.

—Tal vez le da asco ver que estamos bebiendo sangre humana. —exclamó Leonardo al verla en las nubes.

—¿Nos estas escuchando? —le preguntó Beatriz agitando su mano para despertarla de su trance.

—¡Ay! Lo siento…es solo que no tengo mucha hambre. —exclamó Lía con una sonrisa apenada.

—¿Qué? ¿por qué? ¿estás enferma? —preguntaron Leonardo y Beatriz al mismo tiempo.

—No es eso…es solo que… —Lía no hallaba como decirles sobre la invitación de Emir.

—¿Qué pasa? Estas actuando muy raro.

—El príncipe Emir me invito a salir con él mañana.

Beatriz y Leonardo se quedaron sin palaras y carraspearon la garganta.

—Oh, ¿A dónde irán?

—No lo sé, me dijo que era una sorpresa.

—Ah, ya veo….

Beatriz y Leonardo se quedaron en un profundo silencio, no era común que Emir hiciera este tipo de cosas, no es que desconfiaran de él, pero al ser una deidad y un príncipe, tenía todos los ojos puestos encima, si Lía era vista por las vampiresas tendría problemas, había muchas hembras buscando el favor de Emir y Valeska, peleaban por una oportunidad de acercarse a ellos, si una concubina del príncipe sabia de esto le haría la vida de cuadritos.

—¿Por qué tienen esas caras? Creí que se alegrarían por mí, he buscado la oportunidad de acercarme a los dioses desde que llegue, solo que el rey Valeska ha sido el más dificil… quizá porque literalmente es inalcanzable, pero no entiendo por qué Emir es tan diferente a él, son tan opuestos…

—No es que no nos alegre que convivas con el príncipe, de hecho, es una oportunidad única para ganarte su favor, es solo que como ya te debes imaginar, hay mujeres que desean la oportunidad que tienes ahora, con tal de ganarse el corazón del príncipe o del rey son capaces de cualquier cosa, debes tener mucho cuidado, estoy segura de que el príncipe lo sabe y será cuidadoso. —le dijo Beatriz con seriedad.

  —Ah, ya entiendo, por eso me cito antes del amanecer…

—Sin importar a quienes te heches de enemigos aprovecha esto para acercarte al príncipe Emir, recuperen el tiempo perdido, creen relaciones profundas, gánate su favor, es necesario para que puedas lograr tu objetivo de convertirte en su protectora, no te dejes intimidar por ninguna mujer, se que solo buscas su amistad, eso es todo lo que podrás tener ¿lo entiendes? —Leonardo quería asegurarse de que Lía no se enamorara de ninguno de los dioses gemelos, hacerlo podría implicar que su corazón se rompiera mil veces.

—Claro, lo entiendo.

—No permitas que tu corazón albergue sentimientos que vayan más haya de la amistad o el afecto fraternal, ellos son dioses, están lejos de nuestro alcance, no me gustaría que te rompieran el corazón, están rodeados de muchas concubinas y algún día deberán casarse con alguna de ellas y ya tienen a sus favoritas, solo queremos que blindes tu corazón con una armadura impenetrable, su belleza es confusa y engañosa, no te dejes llevar por sus encantos divinos, protege tu corazón. —expresó Beatriz mirándola fijamente.

—Lo entiendo, gracias por sus consejos. —les dijo Lía con una sonrisa apagada, estaba dispuesta a protegerse, ya había probado el dolor por parte de Valeska y no quería sentir eso de Emir.

—Bien, entonces disfruta el tiempo que pasaras con el príncipe.

—Gracias mamá.

Lía y su familia pasaron una velada agradable, jugaron bingo, el juego que Babani le había enseñado, rieron mucho hasta que el sueño venció a Lía, Leonardo la llevó a su cama como cuando era pequeña y antes de irse le dio un beso en la frente.

—Mira lo mucho que has crecido y aun así no dejo de verte como una niña, sigo pensando que no te merecen, no son dignos de ti, me aferrare al deseo de que nunca entren a tu corazón, que nunca se conviertan en ladrones y arrebaten tu felicidad, si llegaran a lastimarte no sé qué haría.

Leonardo se fue cerrando la puerta, Beatriz lo esperaba afuera, ella ya se había despedido de Lía.

—¿Te preocupa tanto como a mí? —le preguntó Beatriz apoyándose en su hombro.

—Me gustaría que nadie viera lo hermosa que es, que nadie se fijara en ella, al menos no ellos, pero eso es mucho pedir, quisiera que se enamorara de un buen hombre, uno que la quisiera tal como es, pero nadie me parece suficiente para ella, ningún varón es digno de su corazón.

—Te escuchas como un padre celoso. —le dijo Beatriz con una sonrisa.

—Así me siento ¿Por qué la invito en primer lugar? ¿Acaso será capaz de resistirse a la tentación de morderla? Para cualquier vampiro es casi imposible no dejarse llevar por el deseo, la sed nos gobierna ¿ y si le hace algo? Sería capaz de todo para protegerla.

—Yo también, enfrentaría un dios si amenazara su vida, pero no podemos sobre protegerla Leonardo, aun que nos duela admitirlo, ya no es la niña que dejamos de ver hace unos años, ahora es una mujer, es muy bella, no tiene nada que envidiarles a las concubinas de alto rango, resalta como una flor en medio del desierto, al ser humana se convierte en una tentación para cualquier vampiro.

—Lo se…

—Debemos confiar en ella y en su capacidad para enfrentarse a la vida, ya nos demostró que es más fuerte de lo que pensamos, si pido conquistar el mundo de los muertos ¿Qué no puede hacer?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.