El amante infernal (libro 2)

La mirada del rey

La mirada del rey

Era más que evidente que el rey no estaba prestando atención al baile que las elfas estaban llevando a cabo, su danza no le interesaba en lo absoluto, el tenía la mirada puesta en alguien más, en la bruja que se había blindado a ella misma para no llamar la atención de ninguno de los vampiros, especialmente de Valeska, le parecía muy extraño como era que la sangre de babani no les causaba ningún conflicto, pues al igual que ella, Baba era humana en cierto modo, por alguna razón, solo la sangre de al bruja enloquecía a los vampiros.

Lía no pudo evitar cruzar la mirada con Valeska, el rey se veía especialmente atractivo esa noche, llevaba puesto su traje real, su capa color guinda y sus ropas de gala oscuras, era un coqueto, que al notar el nerviosismo de Lía este dibujó una traviesa sonrisa en su rostro, Valeska era tan hermoso que era inevitable no reconocer su belleza y no admirarla, de golpe los recuerdos de Valeska semi desnudo llegaron a la cabeza de Lía y ella se puso tan roja que empezó a abanicarse la cara sintiendo que le ardía de lo mucho que estaba sobre pensando las cosas.

—Por Dios que hermosura de hombre ¿Por qué no me dijiste que el rey era tan atractivo y sexy? De haber lo sabido me habría envuelto en alguna ilusión que aparentara menos edad…esta divino ¿crees que le gusten las mujeres mayores? Podría considerar hacerme parte de su aren…—exclamó Babani suspirando.

—Que no lo veas a los ojos…es muy despiadado, podría hacer cualquier cosa con nosotras. —susurró Lía inquieta.

—Que arrastre el piso conmigo si quiere, que haga lo que se le dé la gana, debe ser un honor que tan bellas y varoniles manos te toquen.

—Babani cállate…no sabes lo que dices. —exclamó Lía mientras se abanicaba el cuello.

—Maldición ¿Por qué no deja de mirarme? ¿se estará burlando de mí? ¿por qué no mira a otro lado? Me esta poniendo muy nerviosa, Los condes ni siquiera notan mi presencia, están tan embobados con la danza que he pasado desapercibida.

Cristia estaba enfocada en que todo saliera bien, pero también podía notar el interés del rey por la bruja pelirroja, era la primer aves que lo miraba tan atento.

Una vez que la danza termino, todos aplaudieron, los condes miraron al rey para ver si les aprobaba con la mirada el interactuar con ellas, esto implicaba que ellas les llenaran sus copas de la sangre que bebían, masajear sus hombros y partes del cuerpo que ellos solicitaran y también sentarlas en sus piernas, era bien sabido que a los vampiros les gustaban las criaturas hermosas y las elfas eran bellísimas, se rumoraba que incluso el rey llegaba a pasar la noche con las hembras de esa raza, pero solo eran rumores, ya que Valeska nunca se reprimía.

Existía algo similar como el alcohol para los vampiros y era la mescla de sangre de algunas criaturas que los relajaba y los llevaba a la embriaguez, si bien la sangre humana era de vital importancia y nutrientes para ellos, este tipo de mezclas era para su diversión y placer, las elfas accedieron a atender a los condes y se esforzaban por sonreír, pues aunque tenían miedo, estaban protegidas por los hechizos de las brujas, y uno de ellos intentó enterrar sus uñas en la pierna de una bailarina y no pudo penetrar su carne, aunque no dijo nada pues todos estaban de buen humor.

Crista les ordenó a los músicos que tocaran canciones más animadas, pues notaba al rey distraído.

—Majestad, espero el baile haya sido de su agrado, a continuación, tenemos otro entretenimiento más para usted y sus invitados, tenemos los mejores dramaturgos que han escrito una obra para su deleite, seguidamente pasaran nuestros…—Crista fue interrumpida por Valeska quedando perpleja.

—No me apetece escuchar a un grupo de hipócritas representar una obra de teatro, me complacería otro tipo de entretenimiento. —exclamó el rey sin quitarle la mirada de encima a Lía.

—¿Le gustaría que pasáramos a la presentación de sus concubinas preferidas? —le preguntó Cristia quien siempre tenía un haz bajo la manga, pues su trabajo era ofrecerle entretenimiento de calidad a los nobles, especialmente a los dioses gemelos.

—No por el momento, tengo otra cosa en mente. —expresó el rey con una mirada ardiente y una sonrisa ligera.

—Sus concubinas están siendo preparadas para presentarse ante usted, como es la tradición la que gane en el concurso de talentos podrá pasar una noche extra con usted y además pedirle algo especial, están muy entusiasmadas por entretener a su majestad.

—Quiero que la pelirroja venga a mi presencia. —exclamó Valeska dejando a Crista y a Lía sorprendidas.

—¿Disculpe? Ella no es parte del show de esta noche, no esta preparada para complacer a su majestad ¿seguro que no le apetece ver a sus concubinas? —le preguntó Cristia preocupada de que la bruja echara todo a perder con su obstinación y añadió pensando que el rey accedería si le decía que Freya estaría a cargo de una danza especial, pero se negó rotundamente.

—La quiero a ella. —dijo con firmeza, inmediatamente la servidumbre fue a llevar el mensaje a las concubinas de que esta noche no se presentarían ante el rey, cosa que las dejo bastante confundidas, especialmente a Freya quien no podía creer semejante tontería.

—¿Estas seguro de lo que dices sirviente? El rey valora mucho nuestros esfuerzos y se delita con nuestras presentaciones, especialmente conmigo ¿Cómo es posible que diga que no quiere vernos esta noche? Debes estar confundido. —expresó Freya con enojo.

—No su excelencia, no es ninguna equivocación, el rey mismo ha decidido otro tipo de entretenimiento para esta noche. —le dijo el sirviente tembloroso, pues Freya era conocida por su crueldad y su violencia con aquellos que la hacían enfadar, especialmente con aquellos que eran inferiores a ella.

—¿Y que tipo de entretenimiento puede llamar tanto la atención de mi rey? —le preguntó mirándolo con desprecio.




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