El amante infernal (libro 2)

La pelea entre las grandes brujas

 

La tención que había en el ambiente era muy grande, Bitchancy y Beatriz estaban frente a frente, la bruja negra debía ser muy cuidadosa a la hora de enfrentarse a su contrincante, quería hacerle daño, pero tenía la orden de entregarla con vida.

—Supongo que unas cuantas fracturas estarán bien. —pensó Beatriz sonriendo.

—Te vez muy confiada mujer, tengo curiosidad de ver cuanto alcance tiene tu poder, no te contengas, da lo mejor que tengas, así podrás sentirte orgullosa anqué mueras. —le dijo Bitchancy mirándola con desprecio.

—Bitchancy, bruja de sangre, por ordenes del rey de todo, dios de los vampiros, el señor Valeska, te doy la opción de que te rindas y te entregues de manera voluntaria para ser castigada por los dioses o me vere obligada a someterte por la fuerza. —Beatriz odiaba el protocolo, ansiaba con todas sus fuerzas que aquella hechicera se reusara y así fue.

—¿En nombre de quién? Jaja, yo no tengo dioses a quienes adore, no me arrodillo ante nadie y no me importa si tu rey te ha ordenado hacerme prisionera, soy una hechicera milenaria ¡Yo soy la madre de todas las brujas! Ellos son quienes se arrodillarán ante mí.

De pronto, el poder abrumador de Bitchancy comenzó a sacudir la tierra, se puso en guardia y lista para atacar.

—¡Dominio!

De repente, el cielo y todo su entorno se pintaron de rojo, Bitchancy había conjurado un hechizo de expansión de territorio, donde podría usar sus poderes de manera amplia y con una mayor ventaja.

Beatriz estaba observando cada uno de sus movimientos, tenía una idea de como funcionaba su magia, el control de sangre era algo muy raro, y hasta ahora no había reportes de que existiera otra bruja capaz de dominar este poder, desde hacia mil años, Bitchancy era la única hechicera en tener tal habilidad.

—¡Expansión! —Bitchancy amplió su poder encerrándola a ella y a Beatriz en un domo color carmesí, el aire ahí dentro era muy dificil de respirar, la gravedad también era diferente, su cuerpo se sentía más pesado, ante toda esta demostración, Beatriz permanecía atenta, estudiando cada movimiento para entender como detenerla sin asesinarla, Bitchancy ignoraba a quien tenia frente a ella, pero también Beatriz desconocía su astucia.

—¿Una expansión de su magia? Nos ha encerrado en este domo de sangre…tiene todo a su favor, podría atacarme en cualquier momento. —se dijo Beatriz en sus adentros pensativa.

—¿Qué pasa bruja negra? ¿te cuesta moverte y respirar? No te sorprendas si en cualquier momento caes inconsciente, tu cerebro podría explotar debido a la presión que hay en mis dominios, este es mi territorio, mi reino, un lugar sangriento y asfixiante.

—¿Asfixiante? ¿consideras esto asfixiante? Jajaja. —la risa de Beatriz desconcertó a Bitchancy y con total seriedad le preguntó.

—¿Qué te causa tanta risa? Desperdicias el poco oxigeno que te queda ¿acaso eres estúpida?

—Yo soy Beatriz Alayon, una bruja espiritual, no tienes idea de lo bien acostumbrada que estoy a este ambiente, pero debo decirte que es más acogedor que la tierra de los espíritus, te puedo decir que ese lugar si es asfixiante., así que ahora mismo, me siento como pez en el agua.

Beatriz invocó una runa en la que se subió, usándola como transporte para moverse a toda velocidad hacia Bitchancy, en sus manos había otras dos runas de color azul brillante en las cuales comenzó a dispararle como si se tratara de una metralleta de luz, Bitchancy frunció el ceño y extendió sus manos para defenderse, formando un escudo de sangre la cual podía petrificar convirtiéndola en un material similar a un metal indestructible.

—¡Tu magia jamás podrá atravesar esta sangre! ¡esta maldita y es indestructible! —gritó Bitchancy recibiendo los golpes de Beatriz, cansada de sus ataques, comenzó a manipular la sangre del domo que las cubría y se fueron lanzando estacas que le eran lanzadas violentamente y a toda velocidad a Beatriz.

—¡Mure! —exclamó Bitchancy a voz en cuello.

Beatriz abrió los ojos de golpe, al ver las miles de estacas que salían del domo de sangre que iban directo a ella, a toda costa debía impedir que la cortasen, pues una vez que la hiriera de gravedad, Bitchancy podría controlarla a su voluntad y terminaría convertida en una más de sus marionetas.  

Beatriz levantó su Brazo y logró detener las estacas cubriéndose la cabeza, pero se sorprendió al ver que la sangre parecía moverse a voluntad y estas mismas regresaron para perforarle el abdomen.

—¡Mierda! Claramente estoy en desventaja si seguimos en su dominio, debo encontrar la manera de llevarla al mío para que por fin pueda someterla.

—¿Qué pasa bruja negra? ¿te da miedo la sangre? —le preguntó Bitchancy con una sonrisa.

—¡Torbellino de agujas paralizantes! —Bitchancy, extendió sus palmas y al instante, se formó un torbellino sangriento, conformado de millones de pequeñas y delgadas agujas, listas para penetrar la piel de Beatriz.

—¡Ay! ¡realmente eres fastidiosa! —exclamó Beatriz quien se blindó a si misma con un hechizo, las agujas no podían perforar su armadura, pero Beatriz sabía que este escudo no duraría mucho, debía aprovechar para herir a su oponente antes de que siguiera sacando más trucos de su manga.

—¡destrucción! —aquel torbellino de agujas, envolvió a Beatriz triturando su armadura, Bitchancy tenía los ojos bien abiertos, quería verla explotar, pero al no tener nada que destrozar, el torbellino termino comprimiéndose a el mismo y la sangre salpicó y se desparramó por todos lados.

—¿Qué? ¿Dónde se metió esa bruja? —Bitchancy sintió como Beatriz le cortaba la garganta y de inmediato, ella se convirtió en un montón de sangre que cayó desparramada en el suelo.

Beatriz se dio cuenta de que Bitchancy podía crear clones de ella hechos de su sangre y enseguida el domo desapareció.

—Maldita zorra astuta…¿Dónde estas infeliz? —Beatriz estaba perdiendo la paciencia y al instante, unos aplausos comenzaron a sonar detrás de ella.




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