El domo de sangre

Beatriz le había cortado el cuello a una copia de Bitchancy hecha por su magia de sangre, su poder era más extraño y dificil de comprender de lo que creía Beatriz, no solo podía manipular la sangre para convertirla en objetos cristalizados y muy resistentes, podía controlar a las personas como sus marionetas y, además, creaba clones idénticos de ella, aquel poder milenario era sorprendente.

La bruja negra, ya estaba cansada de perder su tiempo, presentía que aquella hechicera que tenía frente a ella no era la verdadera Bitchancy, pero aun así no podía irse sin destruirla, la pregunta era ¿Cuántos clones más tendría que vencer para poderse marchar de ese lugar?

—Estás llena de sorpresas ¿eres la verdadera Bitchancy? Mira que enfrentar a una simple imitación me cabrea, no quiero seguir perdiendo mi tiempo contigo. —externó Beatriz fastidiada.

—¿Por qué no lo averiguas? Una simple copia o no, soy capaz de herirte gravemente y si soy la verdadera diosa, entonces realmente estás perdida. —le dijo Bitchancy sonriente.

—¿Alguna vez te dijeron que tu sonrisa es asquerosamente irritante? Voy a arrancártela de ese feo rostro.  —exclamó Beatriz irritada y se lanzó contra ella invocando dos runas en las palmas de sus manso que al instante sacaron dos dagas de luz, azulada y se abalanzó contra Bitchancy para herirla de una buena vez.

—¿Esto es todo lo que puedes hacer? Jajaja, tus habilidades son tan aburridas he insignificantes que me estoy muriendo de sueño. —manifestó Bitchancy menospreciándola.

—¡Cierra la boca copia barata! Ya se que no eres real. —Beatriz lanzó un rayo de luz a Bitchancy perforándole el vientre y esta exploto, salpicándole la cara a Beatriz.

—¡Ay! ¡que maldito asco!

Al momento, varias voces se escucharon al unisonó, apareciendo cincuenta Bitchancys riéndose a coro, todas hablaban al mismo tiempo diciendo.

—¡Seguro que vas a enloquecer muy pronto! Jajaja, puedo multiplicarme todo el día, el control de sangre que poseo es infinito, no importa cuento tiempo dediques aniquilar a mis clones, terminaras muriendo de cansancio, es una lastima que la bruja negra muera en un bucle infinito, sin poder presenciar la muerte de sus queridos he inútiles dioses.

—La sangre que le había salpicado a Beatriz en el rostro, comenzó a quemárselo, como si se tratara de ácido, su cuerpo humeaba mientras su carne se deshacía, pero Beatriz no emitía ningún quejido, al ser una vampira inmortal, inmediatamente se regeneraba, se estaba tapando el rostro, estaba pensando en las palabras de Bitchancy, tratar de concentrarse mientras todas esas copias hablaban era complicado, pero Beatriz levantó la mirada al cielo y se dio cuenta de que el verdadero domo aun estaba activado, el domino de poder que tenía Bitchancy era gracias a esa expansión de territorio mágico que ella había invocado.

Ciertamente, su multiplicación de clones seria infinito, siempre y cuando siguieran dentro del domino de aquella bruja.

—Bitchancy debe estar allá afuera, de lo contrario no podría mantener el domo activo, entonces todas estas copias dependen de que su cuerpo original las reproduzca, si bien, son fáciles de aniquilar, volverán a formarse gracias al enfoque de Bitchancy, necesito salir de aquí lo antes posible, no puedo seguir perdiendo mi tiempo, tengo que someterla de una maldita vez.

Beatriz cerro sus ojos he invocó un hechizo explosivo para librarse de las copias por un momento y así poder invocar uno de sus conjuros especiales, las copias que existían actualmente dentro del domo, eran casi quinientas, todas lanzándole sangre acida a Beatriz.

—¡destrucción! —gritó Beatriz, sacando de su cuerpo un poder expansivo que termino de desintegrarlas a todas por completo, antes de que el domo derramara más sangre para regenerar a sus copias Beatriz cerró sus ojos y respiro profundamente.

—Invoco a los mártires, a los afligidos que murieron en manos de la bruja de sangre, almas en pena, les otorgo el poder para manifestarse y castigar a su asesina… ¡invocación! ¡valle de muertos! ¡manifiéstense!

De pronto, la tierra comenzó a temblar y aun que Beatriz seguía dentro del domo, las copias se quedaron a la mitad, no terminaron de formarse, porque Bitchancy tenía un problema mayor que lidiar.

—¿Qué esta sucediendo? —se preguntó Bitchancy al sentir que su piel se erizaba de los pies a la cabeza, de pronto, sus ojos se pusieron en blanco, podía ver a los espíritus de las miles de personas que había asesinado marchar hacia ella, lamentos escalofriantes que clamaban justicia.

—¿Qué clase de conjuro es este? ¿Esto es lo que hace una bruja espiritual? —preguntó Bitchancy confundida.

Las almas en pena pronunciaban el nombre de su asesina, Bitchancy se encontraba flotando encima del domo de sangre, con sus manos extendidas emanando poder para mantenerlo, sus copias se habían detenido, observó a todos lados y como un montón de hormigas se acercaban en busca de ella, escalando el domo, encimándose unos a otros, desesperados por absorber su energía vital.

—¿Qué esta pasando? ¿de donde salieron estas cucarachas?

—¿Me encontrare dentro de su dominio? —preguntó Bitchancy mirando a todos lados, percatándose de que Beatriz no había hecho tal cosa como expandir su dominio, esto se trataba de un simple conjuro.

—Ahora tendrás que rendirles cuentas a tus victimas infeliz. —exclamó Beatriz quien estaba terminado de regenerarse por completo después de la lluvia de sangre acida con la que había sido atacada.

Bitchancy podía ver como los espíritus escalaban el domo, llegando hasta donde ella se encontraba, sujetaban sus pies y se le subían jalándola de la cintura.

—Asesina…asesina….

—Ven con nosotros asesina…

—¿Por qué nos asesinaste?

—Te llevaremos al infierno maldita bruja.

—quemen a la bruja…

Los espíritus susurraban entre lamentos hasta que se apoderaron de ella, sujetándola de todas sus extremidades mientras la maldecían y lloraban desconsolados, gracias a eso, el domo exploto en miles de fragmentos, los espíritus se apilaron encima de Bitchancy robándole su energía, la claustrofobia que sentía era aterrada.