Brutal Enfrentamiento
La batalla definitiva se acercaba, todos en el castillo presenciarían este enfrentamiento épico, la pelea de los guerreros de Elite y la famosa humana que había conquistado el inframundo, todos estaban emocionados de ver la pelea, una batalla que terminaría por derramar lágrimas y mucha sangre…
Aquella muralla ya había sido activada, todos en el castillo podrían ver la pelea, pero del otro lado, nadie podría verlos a ellos, nadie sabría de su presencia y eso lo hacía más emocionante.
Fue permitido que todo mundo fuera un espectador, incluso el rey no dijo nada de que se apostara por el ganador, todos los vampiros estaban convencidos de que Lía moriría primero, las concubinas estaban felices de presenciar su muerte, de una vez por todas esa molestia desaparecería de sus vidas.
Las concubinas se sentaron tres líneas detrás del rey y del príncipe, después de ellos, se sentaron sus favoritas, las candidatas a futura reina, en la cuarta fila estaban los condes, indignados por el lugar que les había tocado, después le seguían todos los que habitaban el reino, fue un evento gigantesco, pero solo fueron los vampiros más influyentes del imperio.
Freya miró discreta pero ambiciosamente el trono vacío que se encontraba al lado izquierdo de Valeska, aquel asiento tan codiciado por ella y el resto de vampiresas que soñaban por pertenecer a la realeza, pues aun entre tanto prestigio, existían los niveles, ser la mujer oficial del rey significaba todo para ellas, una reina consorte, una emperatriz con el poder suficiente como para controlar la mitad del mundo, eso era lo que Freya más anhelaba en la vida, poder.
Era la favorita para ocupar ese cargo, pues el rey a pesar de amar los placeres, la belleza y las mujeres, era estricto con quienes pasaba la noche, solo las más hermosas eran para su disfrute y deleite, Magnolia estaba sentada a su lado, otra belleza de trato especial, una vampira rubia de aspecto angelical que se había ganado el favor del príncipe, ella miraba constantemente a Emir para ver sus expresiones, aunque el trataba de ser imperceptible en sus emociones, por dentro se llenaba de angustia por el bienestar de aquella pelirroja intrépida.
—¿En que estas pensando amor mío? ¿es ella quien ocupa tu mente otra vez? Desde que ella llegó al castillo, ya no me miras igual, pareciera que, en nuestros encuentros íntimos, piensas en otra mientras hacemos el amor, mi preciado príncipe, ojalá fuera yo en quien piensas. —un deprimente suspiro se escapó de Magnolia, y Freya la miró despectivamente, se creía superior a ella, a pesar de ser casi del mismo nivel.
—Ojalá que esa maldita humana sea la primera en caer, ver rodar su cabeza me seria tan grato ahora, así no volvería a rondarle a mi hombre como una mosca. —se dijo Freya en sus adentros inflando el pecho, pues al mismo tiempo, podía escuchar los cuchicheos acerca de lo hermosa que era, también magnolia y el resto de las concubinas de los dioses gemelos recibía elogios, pero por alguna razón Freya era la favorita, la más deseada y aclamada por los varones.
De pronto, todos guardaron silencio, ante el paisaje violento, la batalla estaba dando inicio y de una manera asombrosa.
Después de que Bitchancy presentó a su familiar, su rostro cambió, ya no se veía relajada, esta vez pelearía enserio, su sueño de gobernar a los seres sobrenaturales y convertirse en la reina de todo, estaba justo detrás de esos guerreros a quienes veía como insectos fastidiosos, sabia que no la dejarían en paz, así que decidió que Eira lucharía contra Adonis, Derém, Galadriel y Cicero, ya que a Berserker no lo veía como una amenaza, estaba ahí parado sin emitir ninguna palabra, amarrado y amordazado, con esa mascara que le cubría todo el rostro, estaba protegido por una coraza mágica que impedía que este fuera atacado.
Bitchancy no entendía porque estaba tan aislado, pero a pesar de la curiosidad que sentía, lo dejó de lado, sin darle mucha importancia en la pelea, así que se preparó para la batalla.
—¿Por qué no terminamos con esto de una buena vez? —les dijo Bitchancy con el ceño fruncido y añadió. —Cariño, déjame a las brujas a mí, tu encárgate de esas escorias ¿sí?, cuando terminemos te daré tu recompensa, mátalos a todos mi amor.
—Prepárense para pelear, en cuanto tengamos ventaja en la pelea, una de ustedes vaya y ayude a sus compañeros, tengan por seguro que ese familiar puede llegar a ser más poderoso que Bitchancy. —les dijo Beatriz con seriedad, sin quitar la mirada de Bitchancy.
La bruja de sangre quería enfrentarse a ellas para humillarlas y demostrarles porque la llamaban la madre de todas las brujas.
—¡Ataquen! —gritó Beatriz a voz en cuello y desde ese momento se estaban jugando la vida.
—Ya comenzó la pelea! ¡se cierran las apuestas! — dijeron en las gradas los apostadores, nadie quería perderse ningún movimiento, tenían todo el espectáculo para ellos.
El viento comenzó a soplar de manera descomunal, el cielo estaba nublado y el frio era mucho, Lía podía sentir su cuerpo entumido, la adrenalina recorría su cuerpo, Lía, Beel y Emm estaban listos para atacar y defender a su ama, aquella bruja milenaria no tenia pensado jugar más con ellos, demostraría su verdadero poder de ahora en adelante.
Bitchancy extendió sus manos al cielo y las nubes comenzaron a teñirse de rojo, un espiral sangriento comenzó a formarse arriba de ella, y de aquel espiral comenzaron a caer como gotas de sangre que se escurrían y al momento de caer al suelo iban tomando su forma, creando mil clones en un instante.
—¿Qué diablos esta haciendo? —preguntó Calipso anonadada, la impresión de ver tantas copias de Bitchancy la tenía perpleja.
—Esta creando un ejército de clones, ya antes me enfrente a eso, se romperán con un corte profundo, reviéntenlas a todas y no se confíen, no es lo único que sabe hacer. —les dijo Beatriz mientras invocaba sus runas quienes le proveían de cualquier tipo de arma espiritual que deseara.