El amante infernal (libro 2)

Mi verdadero yo

 

Todos en el castillo estaban desconcertados, la bruja negra y sus guerreros de elite estaban atrapados en la prisión del rey del inframundo, no podían creer que su bruja más poderosa estuviera tras esas rejas, Beatriz había caído en la trampa, cuando ella ampliaba su dominio mágico y se apoderaba de los espíritus en pena, perdía un poco la razón y no vio venir aquel contra ataque, ahora solo podía ver a su hija enfrentarse ella sola contra dos grandes oponentes.

Emir y Valeska miraron a Beatriz y a sus subordinados y aunque Emir se sentía preocupado por Lía y trataba de guardar la compostura, la tranquilidad de su hermano lo desconcertaba aún más.

—La quietud del rey es demasiada ¿realmente no le afecta ver todo esto? ¿y por que lo haría? A él no le importa la vida de ninguno de ellos, ya lo dijo antes, si Lía no demuestra estar a la altura, la dejará morir en el campo de batalla…yo no se si pueda hacer tal cosa, si me necesita ¿acaso no debería ayudarla? Ella no es como nosotros, es más frágil, no es inmortal, cualquier herida podría ser fatal para ella, maldición…que impotente me siento en estos momentos. —se decía así mismo Emir apretando los puños.

—Lo conozco, está angustiado, la forma en la que comprime los puños, la forma en la que cruza las piernas, su postura inquieta, estoy segura de que no esta así por la gran bruja y sus subordinados, si no por la humana ¿realmente se preocupa tanto por ella? ¿mi príncipe se sentirá atraído por esa mujer? No…mi señor no me puede hacer esto ¿Quién podría amarlo más que yo? Si mi devoción y mi lealtad son solo para usted, además, la victoria ya esta decidida, esa humana no tiene oportunidad alguna contra ellos, si la bruja negra y los guerreros de elite cayeron en sus trampas, cuanto más ella que es tan inferior y frágil…es mejor que así sucedan las cosas, ella esta corrompiendo a mi príncipe y debe desaparecer. —exclamó Magnolia en sus adentros mientras se mordía la uña de su dedo pulgar.

—Por fin, llegó el momento de verte caer, la hora de ver tu muerte se acerca, la ansiedad por que dejes de existir me consume, ojalá mueras lento, de la manera más cruel posible, que tu agonía se tal, que ruegues por que terminen con tu sufrimiento, maldita escoria, esto es lo mínimo que te mereces por meterte como una plaga en este castillo, tu lugar no esta aquí, si no en el sepulcro. —los ojos de Freya brillaban emocionados, apasionados, no podía contener su impaciencia, la quería muerta, ya y ahora.

—Nada podría salir mejor, está todo acomodado para que te humilles o para que te exaltes ¿Qué vas hacer ahora ratoncita? ¿Morirás a manos de tus enemigos o la devoción por tus dioses te llevará a obtener la victoria? No moveré ni un dedo, demuestra que vales la pena, defiéndete. — Valeska clavó la mirada en el campo de batalla y sus ojos rojos brillaron como dos antorchas, a la espera del desenlace de esta pelea.

El cielo estaba cada vez más nublado, el frio era descomunal, las nubes comenzaron a descargar sus aguas sobre el territorio vampírico y una gran tormenta se desató, anunciando lo que se venía, Bitchancy se encontraba junto a Eira, lo tomó del brazo y después lo agarró del rostro y lo besó, las mejillas de la bruja de sangre se ruborizaron y lo abrazó con fuerza, Eira era todo para ella, no solo era su familiar y su esclavo, si no que también era su amante, las noches de pasión a su lado eran infinitas, estaba obsesionada con él, tanto que no soportaba que mirara a otras mujeres.

—Oh, amor mío, mi querido Eira, me alegro de que por fin estes a mi lado, lamento haberte hecho pasar por todo ese dolor, pero necesitaba de tu poder para recuperarme por completo, bésame cariño, déjame beber de tu saliva una vez más, te amo tanto, como quisiera poseerte, pero primero tenemos que terminar con esto, especialmente con esa molestia de allá, préstame tu fuerza y conquistemos el reino vampírico.

—Como ordene ama. —le respondió Eira con total seriedad.

Bitchancy sonrió coqueta y se mordió el labio, después dirigió la mirada hacia donde se encontraba Lía, la niebla estaba por doquier, debido a la humedad y el frio, parecía una alfombra espesa y grisácea que le daba un toque terrorífico al lugar.

—Es momento de que mueras insecto, esta vez nuestros familiares pelearan por nosotras, escuché un rumor acerca de una bruja que tenía el poder de superarme, una que salió del inframundo he hizo temblar toda la tierra, a mis oídos llegó la noticia de que existía una bruja capaz de poseer a más de un familiar, creí que se trataba de la bruja negra, pero noté que su poder es muy diferente al que me habían descrito, además de que la muy inútil no posee ningún familiar, mi querido Eira me habló de una pelirroja que había invocado un dragón, en ese momento no le preste atención, fue un error de mi parte, ahora veo que tu encajas con todas esas descripciones, me muero de ganas de ver con mis propios ojos si lo que dicen de ti es verdad o si solo eres una farsa al igual que tu madre.

Lía estaba rodeada niebla, los único que podía ver eran los ojos brillantes de Bitchancy, dos luces violetas que se asomaban entre la bruma.

—Estoy lista para enfrentarme a ti, no se que tipo de rumores escuchaste, pero me asegurare de que no haya rastro de tu existencia. —le dijo Lía con los pies firmes en la tierra.

Al verla con detenimiento, Bitchancy recordó que ella era la niña a la que Beatriz había encerrado en el inframundo y su actitud cambió.

—Ya te reconozco, tu fuiste la huérfana a la que la desalmada de tu madre adoptó, solo estuvo contigo por cinco años ¿o me equivoco? No, tengo razón, te abandonó en el lugar más inhóspito y cruel, te usó como carnada para experimentar contigo, déjame recordar ¿solo tenías diez años verdad? Jajaja, que mala madre jajaja.

Lía sintió que el corazón se le encogía y agachó la mirada, al ver esto y escuchar todas las sandeces que decía Bitchancy, Beatriz explotó.




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