El amante infernal (libro 2)

Una dura decisión.

 

La respuesta de Lía no dejó muy contento a Valeska quien rápidamente frunció el ceño.

—¿Sabes lo que estas diciendo? El tiempo que te llevará rescatar el alma de tus familiares será toda una vida, tu vida, ahora mismo tu tristeza no te deja pensar con inteligencia, no sabes lo que dices. —le dijo el rey con total seriedad.

—Tengo que ir a buscarlos…no importa cuanto tiempo me lleve. —dijo Lía balbuceando, estaba agotada, se tambaleaba y de repente se desmayó, al invocar tantos portales al mismo tiempo su energía se consumió y quedó inconsciente.

—Mi reina…—Eira la sostuvo en sus brazos he inmediatamente Eira apareció delante de él y se llevó a Lía con él.

—Ya puedes retirarte esclavo, nosotros nos encargaremos de ella. —le dijo Valeska mirándolo desafiante.

—Lo siento, yo solo obedezco las ordenes de esta mujer. —le respondió Eira con seriedad.

—Estas frente aun dios, haz lo que te digo. —le ordenó con autoridad, inmediatamente Beatriz se interpuso para evitar un problema y Leonardo también llegó de prisa.

—Mi rey, la bruja de sangre esta lista para ser juzgada y recibir su castigo. —le dijo Beatriz con insistencia.

—No se preocupe por Lía, yo la cuidaré. —exclamó Leonardo extendiendo sus brazos para recibirla.

Valeska accedió y dirigió la mirada hacia Bitchancy mirándola con un profundo desprecio.

—Llévenla al estrado. —después de dar unos cuantos pasos añadió. —a la bruja llévenla a una de las habitaciones del palacio, cuando se recupere me reuniré con ella.

—Si señor. —exclamaron todos haciéndole una reverencia.

 Emir miraba a Lía con deseo de abrazarla y ver como estaba, pero delante de todos los presentes era imposible, así que resignado, se dirigió al lugar donde juzgarían a Bitchancy.

Una vez que llevaron a Lía a la habitación, Lilith y Eira desaparecieron, Lía inconscientemente los dejó descansar porque tenía miedo de que algo les pasara, un grupo de sirvientas se encargaron de cuidar a Lía.

El momento de juzgar a Bitchancy  y decidir su castigo había llegado, los seis sabios, junto con Emir y Valeska la condenaron, reconociendo que era culpable y su condena fueron cien azotes, para después ser torturada y decapitada, su cuerpo desfilaría por todos los territorios de los dioses gemelos para que su desobediencia y atrevimiento sirviera de ejemplo para aquellos que quisieran revelarse contra los dioses, delante de los soldados marchaban Beatriz y sus subordinados incluyendo a Galadriel, Beatriz iba al frente, pregonando lo que había sucedido con aquella rebelde, todos los seres mágicos, los monstruos y los seres sobrenaturales se llenaban de asombro al ver que  aquel cadáver mal oliente se trataba de la legendaria bruja de sangre “Bitchancy” se decían unos a otros que terrible cosa era caer en las manos de aquellos dioses.

—Jajaja, mírenlos, nadie se atreve a decir una sola palabra, están muertos de miedo.  —exclamó Durém con el pecho inflado.

—No te sentías tan orgulloso, que esta victoria no es nuestra. —le dijo Beatriz desinflando su orgullo.

—Vamos, jefa, déjenos disfrutar en paz de este desfile, ya tenemos suficiente con la peste de este cadáver. —insistió Durém entre pucheros y añadió. —la única que debe estar disfrutando de estos fétidos olores debe ser Calipso. —dijo mirándola raro.

—Es un autentico desperdicio haber maltratado semejante belleza, era tan hermosa que pena no haber compartido cama con ella. —manifestó Adonis con los ojos llorosos.

—Ay ya cierren la boca, estamos en algo serio, compórtense. —les dijo Calipso regañándolos.

—Realmente su hija es toda una bestia a la hora de pelear, se tenía bien guardadito ese poder tan majestuoso. —añadió Cicero con los ojos brillantes, ya se imaginaba experimentando con Lía en su tétrico laboratorio y agregó. — aun que apuesto que solo pudimos presenciar un poco de ese monstruoso poder.

—Jamás imagine que el rey del inframundo callera tan bajo. —manifestó Giles, quien se había mantenido escondido durante la batalla, al ver a Eira se llenó de miedo, pues al final, él había sido su rey y temía que lo reconociera.

—¿Caer bajo? Imagínate el poder que Lía debe tener para someter a un monarca como él, te la pasaste ausente toda la pelea, no mereces estar desfilando con nosotros, es más ninguno de nosotros debería estar aquí, Lía es quien debería encabezar la marcha. —dijo Calipso con seriedad.

Beatriz se alegraba de que por fin llamaran a su hija por su nombre y no como “la humana” poco apoco se iba ganado el respeto de sus subordinados.

Giles no pronunció más palabras, seguía sorprendido por la capacidad de Lía, muy en el fondo pensaba que ella era por mucho la criatura más poderosa que había conocido jamás y dejaba de cuestionarse si era verdad que los demonios la habían nombrado princesa del inframundo en ausencia de Eira.

Por otro lado, Galadriel se sentía preocupado por Lía, su sueño de convertirse en su familiar había quedado en el pasado, ahora estaba siendo reclutado para formar parte de los gurreros de elite de los dioses gemelos, donde lo entrenarían para sacar provecho de sus habilidades, aunque por fin había entendido que nunca sería un familiar de Lía, se conformaba con ser su fiel amigo y demostrarle que podía ser de utilidad para el reino que tanto protegía.

—Señorita…no la defraudaré, me convertiré en un hábil guerrero, haré que se sienta orgullosa de mí, por favor recupérese pronto. —se dijo Galadriel en sus adentros.

Beatriz se sentía preocupada por su hija, quería estar con ella, pero sus deberes no se lo permitían, la angustiaba el hecho de que Lía quisiera viajar al infierno para rescatar a Beel y a Emm, se dio cuenta de lo mucho que amaba y cuidaba a sus familiares y del enorme peso que debía sentir con la perdida de sus gemelos.

—Ahora comprendo porque hiciste a Eira tu familiar, él es el único que puede darte acceso al infierno, pero el rey tiene razón, no sabes lo que dices, a pesar del profundo amor que le tienes a tus familiares, recuperarlos sería un hazaña casi imposible, el tiempo que vivirás  ahí dentro serán por lo menos mil años en el mundo terrenal, aunque tu sientas que son horas, en realidad habrás perdido mil años…todo lo que conoces dejara de existir, cambiaran muchas cosas, tu sueño de ser la guardiana de los dioses gemelos estará en peligro y cuando quieras regresar a este plano, en el momento en el que cruces la línea te convertirás en cenizas, dejarás de existir y yo no volveré a verte nunca más…. —el rostro de Beatriz reflejaba un profundo sufrimiento, tenía miedo de volver a perder a Lía, no sabía si sería capaz de soportar ese destino.




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