Estando en casa, mientras comíamos le pregunté a Alex que si se había asustado cuando casi me atropellan, él respondió:
—Si, yo por eso corrí
Después de que dijo eso me confundí aún más y dijé:
—¿Como? ¿Tu viste que venía el carro antes de cruzar?
Él me respondió que si
Dijo:
—No vi cuando te asustate pero Enzo dice que fue muy gracioso.
Yo furioso y un poco asustado le pregunté :
—¿Que, Enzo estaba ahí?
El respondió:
—Si, no lo viste, estaba en el carro, ¿que no lo
saludaste?
En ese momento se me hizo nudo la garganta, sentí un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo. Aún no sabía si creerle o no, pero si eso era cierto querría decir que aquel niño que salude con alegría era Enzo el amigo imaginario de Alex, si es un amigo imaginario debe ser invisible para todo el mundo menos para Alex y yo lo vi, ese niño que se supone que no existía, que ha acompañado a Alex por más de 3 años ahora lo pude ver y no sólo eso, sonrió cuando casi muero. Todo esto me tenía loco, desconcertado, asustado y preocupado. Y por fin le hice la pregunta a mi hermano:
—¿Quién es Enzo?
El me dijo que era su mejor amigo, que lo es desde que tenía 6 años. Le pregunté porque se llamaba Enzo y me dijó que no sabía, que cuando lo conoció le dijo que así se llamaba
Le pregunté qué cuando lo conoció y lo que me dijo me tumbó contra las cuerdas.
Él dijo:
—Lo conocí en la habitación secreta. Cuando entre él estaba llorando, estaba asustado, estaba volteado, mirando hacia bajo en un rincón. Estaba muy oscuro, yo dije hola? ¿Quién eres?, él me dijo que era Enzo y que se había perdido.
Después de que me dijo todo eso, hice una pregunta tras otra. Empecé con:
—¿Donde esta la habitación secreta?
El me dijo que estaba debajo de nosotros. Me llevó hacia su cuarto y luego le pregunté:
—¿Dónde está? Aquí no veo nada
Apuntó hacia mis pies, yo mire hacia abajo y no veía nada, después él me quito, se agachó y quitó el mosaico del piso. Lo que ví me asombro mucho. Había unas escaleras, no se podía ver nada hacia abajo estaba todo oscuro. Él sin ningún tipo de miedo se acercó a las escaleras y estando apuntó de bajar, lo detuvé y le dije:
—Espera, ¿Que haces?
El me respondió:
—Voy con Enzo, probablemente él esté ahí
Y añadió:
—Tranquilo, voy abajo todo el tiempo y ni te das cuenta
Eso me hizo darme cuenta de que no soy tan responsable como prometí serlo. Pero en fin bajamos, yo iba primero, íbamos bajando lentamente, Alex me decía que bajara más rápido, pero no le ponía atención, iba demasiado asustado para escuchar lo que me decía. Iba bajando peldaño por peldaño, cuando al fin pise el suelo de aquella habitación misteriosa. Alex bajó enseguida, estaba a lado mío y de repente comenzó a caminar hacia delante, hacia lo oscuro, yo sin moverme le decía en voz muy suave casi sin aliento:
—Alex! Alex! Ven acá ¿Que haces? Alex!
Yo ahora me quedé solo, me sujete a la escalera y no podía ver nada seguía diciendo:
—Alex! Alex!
Después de unos segundos así, escuché una voz muy suave, no se parecía a la de mi hermano, pero bueno, ya no sabia que era verdad y que no, así que la seguí, hacía la oscuridad, iba caminando paso a paso, lentamente, con mis dos manos al frente para orientarme. Hasta que, al fin, toque el hombro de mi hermano, y dije suspirando:
—¿Alex? Gracias a Dios
ESPERA, ¿Era mi hermano?, unos segundos después de que dije eso, escuché, ahora si, la voz de mi hermano, pero el problema es que la escuche a 2 metros detrás de mi.
Yo lleno de pánico y terror solté el hombro de lo que sea que estaba delante de mi y corrí hacia atrás, tropecé con algo y caí, en el suelo grite:
—Alex!! Alex!!
Escuché, - aquí estoy-, a 2 metros de distancia ha mi izquierda, un segundo después volví a escuchar - aquí estoy-, pero ahora a mi derecha. Después de eso oía que esas dos voces se acercaban a mi con pasos muy fuertes. Yo no veía nada, cerré los ojos, sentía que iba a morir. En eso escuche un "click", abrí los ojos y había luz, mi hermano había encendido el foco, yo me levante, respiraba muy fuerte, agitado, como si hubiera corrido un maraton. Mi hermano, extrañado me dijo:
—¿Que te pasa?
Yo no podía hablar de lo asustado que estaba. Después de que me recupere le dije:
—¿Que no pudiste haber encendido la luz antes?
El me dijo:
—¿De qué hablas? Me tarde 5 segundos en encenderla.