Capítulo 26

— ¿Se puede saber qué es lo que te causa tanta gracia? —Reclamo Nick enfadado a punto de golpearlo de nuevo.

— ¡Por Dios!, eso es lo más ridículo que he escuchado, ¿Olivia y Yo?, eso es imposible— dijo riendo y negando con la cabeza — ese día; Olivia estaba ayudando a Paige con el escaparate; estaba en la escalera y resbalo. Yo no estaba preparado así que cuando la sostuve, los dos nos fuimos contra el suelo, justo un segundo después ustedes entraron por la puerta.

Dijo Jason explicando lo sucedido.

— ¿Ella cayo de la escalera?, pero, ¿Acaso está loca?— grito Nick— a quien se le ocurre subirse a una escalera con tacones.

—Olivia está loca— dijo encogiéndose de hombros y perdiendo la sonrisa al recordar ese día— ya puedes irte tranquilo de que mis sentimientos por Amanda son verdaderos Nick, pero sé que ella te escogió y ante eso yo no puedo hacer nada—Suspiro— solo espero que la hagas feliz; ella se lo merece— Afirmo Jason.

Nick no comprendía porque le decía eso.

—Jason. No sé qué tan borracho estés... pero Amanda no me ha escogido, al parecer ese día ella fue a hablar contigo, además de que Amanda por el momento no me habla por algo que ocurrió — Acepto Nick bajando la voz al recordar la expresión lastimada de Amanda cuando él le confesó lo ocurrió con Olivia.

— ¡Espera!, ¿tú y ella no están juntos?— preguntó Jason confundido.

—No Jason, así que estamos en igualdad de condiciones donde solo Amanda va a escoger— dijo Nick suspirando.

—Y pensar que casi nos matamos porque tu pensabas que había la había engañado— dijo Jaso negando con la cabeza.

Nick recordó que realmente por lo que casi o mata fue por meterse con Olivia; pero esa era una información que no le diría.

Jason y Nick volvieron al bar y pidieron otra ronda para desahogarse con el otro; no hay nada más sincero que un niño y un hombre borracho.

Después de tres botellas y un montón de tonterías ambos estaban como una cuba.

Ambos evitaban el tema de Amanda, pero a pesar de la borrachera. Jason quería saber por qué Amanda se enojó con Nick.

—Y dime Nick, no entiendo por qué Amanda no quiere sabe nada de ti— dijo Jason.

—Digamos que soy un imbécil— dijo Nick borracho, apenas y lograba formular oraciones— soy imbécil por enamorarme de otra mujer— soltó una risa melancólica al final.

— ¿Una mujer?— pregunto Jason ahora intrigado, a pesar de la borrachera, todavía comprendía a lo que se refería— ¿La conozco?— pregunto Jason entre balbuceos.

— ¿Que si la conoces?, hace una hora te acuse de montártela con ella en la oficina de tu hermana.

— ¿Montármela... ¡OLIVIA!?—Pregunto impresionado — pero ¿Cuando?

—Es una historia larga Jason; solo te puedo decir que cuando me toco escoger, yo preferí a Amanda — dijo tomando un trago de su cerveza — solo esperó que me ella también me escoja a mí.

—Yo preferiría que me escogiera a mí — Admitió Jason

Ambos soltaron una carcajada; los dos enamorados de Amanda Harrison. Juntos y borrachos.

— ¿Sabes?, no me importa lo del espacio; le voy a hablar — dijo Jason tratando de sacar su teléfono pero por sacarlo perdió el equilibrio y cayó al suelo de trasero.

Nick lanzo una carcajada al verlo.

—Eres más imbécil que yo— río Nick antes de tomar un nuevo trago.

Jason desde el suelo, marco el número de Amanda sin ver la hora, eran las doce de la noche y Amanda se encontraba en la cama, pero no lograba dormir.

Se extrañó al escuchar su teléfono así que lo tomo pero al ver el nombre de Jason lo volvió a colocar en su mesa.

No le iba a contestar a ese imbécil, adulador, embaucador, mujeriego... Y toda una regalía de títulos que Amanda creía acertado para él.

Al momento el teléfono se silenció por un minuto antes de comenzar de nuevo, ella se colocó la almohada en la cabeza ignorándolo; pero a la quinta llamada se rindió y respondió la llamada de mala gana.

—Más te vale que se una situación de vida o muerte Jason Evans— dijo Amanda al contestar.

Pero en respuesta la carcajada de Jason la saludo, el seguía en el suelo del bar hablando con ella.

— ¿Sabes?, eres hermosa Amanda— dijo Jason borracho.

Amanda se puso en alerta a escucharlo, ¡Dios! Apenas y podía articular palabras.

— ¿Me puedes explicar porque me estas halando borracho?— le recrimino.

— ¡POR QUE TE AMO!—grito son importarle nada— porque conseguiré enamorarte— dijo arrastrando las “e”.

— ¡Por Dios! Jason, estas peor que una cuba, ¿dónde estás?— le preguntó preocupada que estuviera él solo.

—En el suelo de un bar— le dijo hipando— y te quiero aquí.

Amanda no podía creer lo que escuchaba pero un Jason borracho era algo nuevo para ella.